Podría parece un poco arbitrario declarar que los primeros cien días de gestión son vitales para un nuevo líder. Seguramente, el transcurso de los primeros mil o incluso cinco mil podrían decir muchas más cosas sobre lo bien o mal que alguien ha realizado su trabajo. Demasiado tarde. Todos los nuevos líderes, especialmente los que están en la alta dirección, tienen que enfrentarse a la valoración de sus primeros cien días al mando, les guste o no.
Algunos de los problemas experimentados por los nuevos jefes en sus primeras semanas pueden deberse a su incapacidad para hacer los deberes básicos. “Algunos líderes no están bien preparados para saltar al siguiente nivel”, dice Steve Newhal, director general de la consultora DDI. “Si aterrizas en una nueva situación, tienes que averiguar quién tiene el poder e intentar entender la relación con los accionistas. Pero si estás ya dentro de la empresa, te enfrentas al reto de dirigir el lunes a aquellos que el viernes eran tus colegas”.
Prepararse para esta transición lleva su tiempo, algo que no siempre se tiene. ¿Qué pasos prácticos puede dar un líder para dirigir bien? Thomas Neff y James Citrin, cazatalentos de la firma Spencer Stuart, señalan que es necesario un entrenamiento meticuloso para ser eficaz el día uno y el cien. Esto significa realizar una investigación sistemática las semanas previas. “Reunirse con los observadores más inteligentes que se puedan encontrar –empleados, clientes, proveedores y analistas- para conocer sus opiniones”, sugieren. “No sentirse obligados a asumir el nuevo cargo con una estrategia ya desarrollada: será inútil y estará incompleta”. La preparación intensiva es necesaria porque una vez que estás en el cargo, los acontecimientos y nuevas responsabilidades se sucederán y apenas habrá tiempo para pensar con claridad sobre las difíciles decisiones a las que se enfrenta.
Y cien días no es un periodo largo que pueda producir impacto. “Suponiendo que el nuevo líder trabaje seis días a la semana y 14 horas al día, apenas tiene disponibles 1.200 horas en los primeros cien días. Necesita pasar el mayor tiempo posible absorbiendo, escuchando, aprendiendo, estableciendo relaciones y tomando decisiones, y no puede permitirse perder ni una hora”.
Los nuevos líderes se enfrentan a otra elección: lanzarse a la hiperactividad o escuchar y aprender antes de pasar a la acción. El contexto informará al nuevo líder sobre la estrategia a seguir. Una crisis es una buena justificación para tomar medidas drásticas. Y las primeras semanas podrían ser el mejor momento para hacer algo radical, mientras los colegas y los inversores acepten la necesidad de dar esos pasos.
Stefan Stern / Financial Times
Fuente: Expansión y Empleo (Traducción: Ana Colmenarejo)