Los caminos de la vida…
“… no son lo que yo esperaba, no son lo que yo creía, no son lo que imaginaba”. Esta frase, además de pertenecer a una maravillosa canción de Vicentico, sirve para graficar el escenario de cambio que estamos viviendo y que muchos de nosotros todavía no terminamos de asimilar. Los videos digitales que vamos a tomar de nuestro futuro difieren completamente de las fotos sepia que tenemos de nuestras generaciones anteriores.
La imagen de una pareja de abuelos sentada en la puerta de su casa viendo pasar el tiempo quedó por siempre grabada en mi mente. Este cuadro corresponde a un modelo de vida en el cual:
• Estudiar consistía en completar la escuela primaria y pública. Esto salvo muy raras excepciones fue así para nuestros abuelos. En el caso de nuestros padres la gran mayoría completó la escuela secundaria, y nuevamente pública, y comenzaron a avanzar, en algunos casos a estudios universitarios, también públicos.
• Trabajar implicaba ingresar a una actividad, ya sea en el campo, en una empresa o continuando con el emprendimiento de los padres, y como regla general significaba desarrollar esa actividad para toda la vida. El motivo pudo ser la consolidación del conocimiento adquirido, la lealtad hacia quién le dio la primera oportunidad, el seguir los pasos de padres y abuelos. En cualquier caso ese trabajo fue y es para toda la vida, sin demasiados cuestionamientos.
• Jubilarse significaba descansar luego de una vida “plena” de trabajo y disfrutar de los últimos “pocos” años de la vida en compañía de los afectos. Y poco mas …
Estas personas que en promedio estudiaron desde los 6 hasta los 20 años y trabajaron durante otros 40 años, alrededor de los 60 se convirtieron en personas mayores jubiladas por otros 10 años. Estas son las generaciones que nos preceden.
Muchos de nosotros fuimos educados y vivimos nuestra infancia y juventud bajo estos patrones de conducta, sin percibir completamente los cambios que se produjeron a nuestro alrededor y que afectarán fuertemente nuestro futuro. La vida de una persona de 40 años hoy se parece mucho mas a esta película:
• Estudiar significó completar la escuela primaria, en muchos casos pública, y también la escuela secundaria y la universidad, y aquí casi sin excepción privada o mixta. Además muchos de nosotros ya avanzamos en estudio de post-grado, y la educación que proyectamos para nuestros hijos es “la mejor”, lo cual se traduce casi mayoritariamente en privada desde que nacen (porque ahora los chicos comienzan la escuela con chupete, pañales y dos padres que trabajan para pagarla)
• Trabajar implica “experimentar” sensaciones. Estamos a la búsqueda del lugar que nos corresponde en el mundo, de la persona/empresa que reconozca lo que valemos, que interprete nuestras capacidades potenciales profundas. Esto nos lleva a estar entre 5 o 10 años cambiando de trabajo, hasta que encontramos “el” lugar. Todo esto sin mencionar que muchas veces lo encontramos entre los 35 y 40 años, lo cual hace que sea muy poco frecuente y casi impensado comenzar a ahorrar para un futuro todavía muy, muy lejano porque somos muy, muy jóvenes.
• Formar pareja implica además del amor, tomar un crédito para comprar un departamento, un auto, y tal vez también una casa en un barrio cerrado, y como necesidad derivada otro auto. Esto nos lleva a vivir permanentemente cancelando deudas al tiempo que vamos cambiando de trabajo y pagando los estudios de nuestros hijos que hoy ya acceden a mejores colegios, con cuotas mas caras, libros mas caros, listas de materiales, etc.
• Lejos quedó la varicela, el sarampión, y todas esas cosas que sufrimos de chicos. Hoy la “vieja” sabin ya es quíntuple y reforzada con otra media docena de vacunas. Los adelantos de la medicina nos permitieron llegar a nuestros 40 sintiendo que tenemos 25, y esto sin hablar de la medicina estética reconstructiva que logra que nuestra sensación interna de juventud se complemente perfectamente con la imagen que nos devuelve el espejo.
• Vamos a enfrentar los 50 con el desafío de afianzar nuestra actividad laboral y cosechar los frutos de nuestro esfuerzo. Este sin contar que además debemos terminar de pagar las casas, los autos, los colegios, las vacaciones, la tecnología, y toda la magnífica calidad de vida que estamos construyendo a nuestro alrededor.
• A los 55-60 vamos a pensar que ya es tiempo de disfrutar del merecido descanso, sacar la silla a la puerta de casa y mirar pasar el tiempo … ciertamente esto no va a ser así.
Nuestra vida es diferente y lo será aún mas. Debemos prepararnos para vivir muchos años. Necesitamos detener el tiempo por un instante y ponernos a pensar, a imaginar nuestro futuro, a delinear objetivos, y a trazar un plan …
Debemos asegurarnos, y asegurarle a nuestras familias, poder disfrutar de los 20, 30, y quién sabe mas, años que tendremos por delante al final de nuestra etapa laboral. Debemos buscar un balance entre la calidad de vida actual y la que queremos mantener hasta el final de nuestros días. Cuánto antes empecemos mayores serán las oportunidades que tengamos de lograr éxito en ambos procesos.
Nosotros nos merecemos el teléfono celular con mp3, cámara y video, las vacaciones en un crucero de lujo, un LCD que ocupe toda la pared del living, los mejores colegios para nuestros hijos, un departamento con SUM, pileta y gimnasio, escalar una montaña, estudiar filosofía, o lo que sea que nos haga sentir plenos como persona.
Nosotros también nos merecemos seguir haciendo estas cosas hasta el final de nuestros días, y es por eso que debemos organizarnos para que así suceda. De mas está decir que en ningún lugar del mundo los Estados podrán garantizar esto, afortunadamente nosotros tenemos las herramientas para lograrlo. Solo nos queda empezar …
De esto se trata la Planificación Financiera Personal
Claudio Cardani
Planificador Financiero de PF Asociados
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