El trabajo de CEO de una startup es cualquier cosa menos glamoroso y no se parece a lo que sale en la película de Facebook
Dirigir una startup es una labor no apta para cardíacos: incertidumbre continua, tomar decisiones sin apenas datos y el desafío de perseguir un objetivo que a menudo no sólo no parece más cerca, sino que parece alejarse.
Y si a esto le sumas una habitual escasez endémica de recursos, parece una tarea apta sólo para superhéroes…
Siento ser yo el que lo diga, pero el trabajo de CEO de una startup es cualquier cosa menos glamuroso y no se parece a lo que sale en la película de Facebook… olvídate de las oficinas súper modernas, de las fiestas y de la charlas (tuertos guiando a ciegos), eso es algo que puede llegar (o no). Normalmente su rol se parece más a ser la “cinta americana” de la startup: cubre cualquier hueco que aparezca y se encarga de mantenerlo todo junto.
Pero claro, en este escenario es muy fácil perder el norte y dedicar tus esfuerzos a cosas que parecen tremendamente importante pero que realmente no lo son… y claro, eso supone que si no estamos trabajando en lo importante, agotaremos nuestro tiempo, dinero y sobre todo, energía antes de haber llegado a la siguiente estación.
¿Te suena?: Una lista de tareas que tardarías semanas en acabar aunque trabajases 24h al día, recursos escasos y la sensación que la meta no se acerca. Pues siento decir que esto es el día a día, y nuestro trabajo es aprender a lidiar con esto. Por eso, en esos momentos que todos nos sentimos abrumados y algo perdidos acudo a un artículo que para mi en su momento fue importante: What a CEO does?
En él se dice:
«Un CEO sólo hace 3 cosas: Definir la visión global y estrategia de la compañía y la comunica a los implicados. Recluta, contrata y retiene el mejor talento para la startup. Y se encarga de que haya suficiente dinero en la caja»
Para mi es una de las mejores síntesis sobre cual es el papel del CEO, y tienen mucha miga… y a lo cual me permito añadir una cuarta:
DEFINE LA VISIÓN Y LA ESTRATEGIA… Y LA COMUNICA
Como hemos comentado alguna vez, una startup normalmente no opera en el “ahora”, sino que vive en una intersección entre la realidad y el sueño, la visión. Porque la expectativa de “forrarse” no compensa las jornadas maratonianas, el no tener salario o que éste sea bajo y el luchar contra corriente, de verdad que no. Lo que lo justifica todo es la visión el por qué de nuestra existencia, lo que pensamos que está mal en el mundo y que vamos a arreglar.
Y no sólo es importante definir esa visión, hay que pensar en una camino hacia ella, una estrategia que nos lleve desde hoy hasta allí… sin utilizar la visión como una forma de hacer lo que nos dé la gana sin escuchar al mercado. Y sobre todo, es clave comunicarla. La capacidad de comunicación de CEO a todos los interesados es una de sus actividades más importantes, ya que no sólo se trata del marketing externo, se trata de enamorar a los empleados, a los futuros partners, inversores, a los clientes… y comprender cómo entienden cada uno de ellos cada cosa. Creo que la mejor forma de comprender la importancia de la visión es volver a ver una de las mejores charlas TED para emprendedores – Empieza por el por qué de Simon Sinek:
RECLUTA, CONTRATA Y RETIENE AL MEJOR TALENTO
Si la visión es el destino y la estrategia la carretera, el equipo es el coche que nos permitirá recorrer ese camino y llegar de la mejor forma posible. Y en primer lugar es clave ser capaz de construir el mejor equipo para tu startup (seguramente uno de los más complicados desafíos – cómo conseguir algo que no puedes pagar), extremadamente importante al principio sobre todo, ya que será la base de la cultura de la startup y sentará el tono de lo que está bien y de lo que no, de cómo se trabaja o del nivel de competencia… etc. (por lo que que hay que ser MUY exigente).
Pero lo más difícil realmente empieza entonces: ¿cómo cuidar y retener a esas personas que apenas conocemos y transformarlas en compañeros del camino, que hacen suya nuestra visión y pelean más duro que nadie?. Desde luego se trata de que haya compensaciones económicas… pero de mucho más: ambiente, aprendizaje, desafíos, capacidad de crecer, reconocimiento, evolución, cercanía, ilusión… para mi las bases para que, a pesar de todo, no nos planteemos ni un segundo cambiar las largas jornadas o la incertidumbre por estar en otro sitio.
HACE QUE HAYA SUFICIENTE DINERO EN LA CAJA
Auto explicativa pero nada sencilla, en absoluto… porque nadie nos ha enseñado cómo hacerlo, sobre todo si el CEO tiene NO un perfil de negocio. No, no sólo se trata de “levantar pasta”. Los mejores inversores son tus clientes (como nos recordaban en Erasmusu), ya que no sólo no se quedan equity sino que además de valorar lo que haces te ayudan a validar el modelo de negocio… oro puro. Por eso el primer punto es definir ese camino a los ingresos y ser capaz de recorrerlo, y tener un ojo en la visión y el otro en la caja (no en la facturación, ojo – en la startup manda la caja).
Pero si, también se trata de inversión: de media una startup tarda unos 6 meses en conseguir inversión para su proyecto… lo que es una auténtica tragedia: 6 meses de distracción del negocio, de reuniones eternas y de muchos “no”. Un proceso especialmente absurdo porque gran parte de ese tiempo se invierte en buscar inversores de startups que a menudo no son los adecuados o acudiendo a foros y presentaciones que no tienen ningún sentido (algo que desde la startup de la que yo soy CEO, Startupxplore estamos intentando cambiar permitiendo que cualquier startup pueda encontrar a inversores que invierten en SU sector y en SU zona).
DICE “NO”.. Y VENDE – TODO EL TIEMPO
Realmente es un corolario de las anteriores… porque desgraciadamente mucha gente piensa que esto va de hacer muchas cosas, de incorporar muchas funcionalidades a nuestro producto y de crecer mucho desde el primer momento… cuando en realidad es justo lo contrario: buscamos la reducción al mínimo, a lo más simple posible, y eso implica quitar muchas cosas, focalizarse en el valor y no sólo en el crecimiento y decir muchas veces NO. Porque la clave es efectivamente la ejecución que nos lleva a esa visión, pero una buena ejecución. Ya sabes:
«VISIÓN sin EJECUCIÓN es ALUCINACIÓN»
Y sin duda, el CEO debe vender. Todos los días. A todo el mundo. Vender el equipo, vender la visión… pero sobre todo vender el negocio. Y no nos equivoquemos, aunque la palabra “vender” conjure en tu cabeza la imagen del vendedor de coches usados, no es en absoluto eso. Vender es salir al mercado, al mundo real, confrontar el producto de tu startup con las necesidades reales de los clientes y conseguir su validación (y los clientes votan con la cartera)… y aprender en el camino. Y luego convertir esto en un negocio repetible… ¡casi nada!.