El concepto “natura” en la filosofía clásica, no se refería a lo biológico, o a la “madre naturaleza”, sino a la consecución del fin. Para los clásicos referencia la esencia de las cosas, es decir, lo que hace que las cosas sean lo que son. Por lo tanto ir contra natura es que los actos no sigan el fin del hombre. Un acto contra natura sería algo que no corresponde a su esencia. Los casos polémicos pueden ser deducidos con facilidad una vez que se da el sentido correcto al término natura.
El altruismo aumenta la probabilidad de supervivencia de otros a costa de la reducción de la propia. Hobbes no creía en esto, para él: “el hombre es el lobo del hombre”. En un constante competencia con los demás aparecen la envidia, el odio y la guerra. Para combatir esta naturaleza innata propuso el contrato social donde un Estado se constituye cuando una multitud otorga, por mayoría, a un cierto hombre o asamblea, el derecho de representar a la persona de todos (es decir a ser su representante). Tanto los que votan en pro o en contra, autorizan sus actos como si fueran suyos propios, con el objeto de vivir apaciblemente y protegidos. El paso del tiempo demostró que la desigualdad no se modera a sí misma y se generan circuitos viciosos de desigualdad.
El gen egoísta
Según esta teoría el altruismo es aparente y disfrazado ya que no se aplica a la humanidad sino a los parientes o amigos. Considera que un gen es un replicante de sí mismo que logra una supervivencia estable encarnándose en los seres vivos. Los genes son eternos: los individuos, no. Que no haya altruismo no significa que no existan acuerdos explícitos o tácitos.
El cocodrilo deja que un pájaro le coma los insectos que tiene encima, podía comérselo. Pero si todos hicieran eso, los pájaros desarrollarían un mecanismo de alerta y dejarían de acercarse.
La evolución cultural
Hay un mecanismo análogo al proceso evolutivo biológico. La herencia requiere una replicación precisa que incluya longevidad, fecundidad y fidelidad. La información genética se organiza en genes. La cultural se constituye por información acumulada en la memoria y es captada por imitación o por la enseñanza. Mientras que los genes son unidades naturales e independientes de nuestras acciones, los aspectos culturales son construidos por el hombre.
Pero los memes son indiferentes a la verdad, como los genes son ajenos a cualquier finalidad. No obstante pueden mantenerse porque son ventajosos para sí mismos. Esto explica por qué, a pesar de la verdad de una teoría, ésta no es aceptada y una falsa sí lo es.
Cerebros memetizados
Como los genes los memes necesitan transporte. El vehículo es el cerebro, el soporte es un texto. Así como los virus parasitan a las células, los memes parasitan el cerebro, que se convierte en medio para difundirlos, como en las epidemias.
Mientras el proceso evolutivo biológico se rige por el modelo darwiniano, la evolución de la cultura se basa en la intervención humana. Los memes se transmiten por educación y ahora rápidamente por Internet. Los memes se activan y energizan según la atención que se le brinda; por eso las noticias que venden son las que impactan emocionalmente. El peligro es que buscamos soluciones fáciles y no las mejores: mientras se promociona ¡Adelgace en 5 días!; cada vez hay más gordos.
Los memes forman patrones, se combinan, salen y repiten el circuito en otras mentes, capturando a las que no poseen filtros. Como estamos expuestos, evitemos la pasividad tomando conciencia.
Controlar al gen egoísta
Quien aplique siempre un mismo meme hará más de lo mismo. Si hace lo que siempre hizo y no lo que quiere hacer, es porque se encuentra prisionero. La trampa es conformarse con aprender las repuestas, sin formular nuevas preguntas. Cuestiónese: ¿por qué defiende una idea?, ¿es beneficiosa?, ¿no existen otras alternativas?, ¿qué pasaría si no la usa?
Para no contagiarse de memes o genes egoístas, hay que aprender por uno mismo, para que las ideas no sean solo copias sino de propia elaboración. Fabricar memes es intermediar entre lo innato y lo adquirido, para llenar la página en blanco que es la mente al nacer y ser el arquitecto del propio destino. Para no ser conducido por una opinión pública devaluada hay que formar una independiente, educada por uno mismo. El problema es que los memes buenos y malos compiten en el cerebro. Por ahora van ganando los malos lo que se refleja en la desigualdad creciente entre ricos y pobres. Cuando la política promueva una ciencia con conciencia social y una educación basada en la igualdad de oportunidades, el altruismo habrá ganado la batalla.
Natura nurtura
Este concepto sugiere que lo resultados están determinados por la genética y también por el ambiente. Contra natura señala lo que es antinatural, anormal y anómalo. Un vicio desarrollado por el hombre es ir contramano y dañar a la naturaleza: destruir montañas para obtener mineral, o arruinar ríos para producir energía.
La humanidad como el Titanic apunta al iceberg y no cambia el rumbo. Lo que se ve venir es inexorable pero se avanza hacia el desastre a toda máquina. Así es como se va contra natura negando la evidencia o buscando excusas. Todo les da igual. La condena moral estigmatiza con la palabra. Si en las relaciones humanas usáramos ese código, viviríamos en guerra permanente.
Si soy así, qué voy a hacer
Se apela a natura o nurtura por conveniencia o para justificar errores y hábitos. Si por naturaleza somos depredadores, podemos aprender a cambiar. En el lenguaje está la clave. Admitamos que es un suicidio ir contra la naturaleza y mientras no expresemos con claridad lo éticamente inaceptable, iremos contra natura en el pensamiento, en la palabra y en la acción.
Natura versus cultura
La cultura es el aprendizaje adquirido (costumbres, lenguaje, moral) y la naturaleza, o mejor dicho, el instinto natural, sería el aprendizaje innato, aquél que es nuestro por genética y especie (comer, beber, sexo). El ser humano posee ambas pero aun así, incluso para la ciencia, es difícil saber en qué punto empieza uno y acaba el otro.
Por ejemplo: ¿es natural o es cultural que a las niñas les gusten las muñecas, y a los niños las armas? ¿es natural o es cultural le hecho de tener miedo, por ejemplo, a arañas y serpientes?
La cultura y el instinto están internalizados, no podemos deshacernos de eso de modo simple: porque lo que priva es la cultura del ejemplo familiar. Por mucho que queramos separar entre cultural (racional) y natural (irracional, instintivo) no podemos, porque ambas cosas forman lo que somos los seres humanos, y lo que es la naturaleza, y el mundo.
En una discusión se planteó que una persona apela a las explicaciones que la cultura en la que ha sido educada le provee para asignar sentido a sus sensaciones. Es muy improbable que alguien viva experiencias a las que no les atribuya un significado dentro del repertorio de “causas” que tiene disponibles. La explicación médica también está provista por la cultura, porque se funda en la hegemonía de la ciencia sobre otras explicaciones alternativas.
El valor de las explicaciones
Una falacia común es desacreditar un argumento, remitiendo a sus causas en vez de sus razones. Siendo que toda teoría filosófica respetable está fundamentada en razones y no en causas. Hay personas que siguiendo a la naturaleza llegan a pensar del modo que piensan, pero al mismo tiempo pasan por alto las razones por las que su postura puede ser errónea. Los valores de la democracia liberal deben estar por encima de las tradiciones y las costumbres.
La ley de los hombres no puede enmendar a la naturaleza. Para serle fiel hay que poder confiar en los argumentos de los que han logrado comprender su mandato. Quienes hablan en nombre de la naturaleza están convencidos de la unidad de sus preceptos. A pesar de que el mundo parece regodearse en la variedad; muchos descifradores del código natural se empeñan en trazar una única vía de convivencia, un solo camino al bien, un solo modelo de convivencia. Para ser adoradores de lo natural no están muy atentos a su variedad y son muy poco perceptivos de sus caprichos.
Los comisarios son incapaces de saborear sus inconstancias. Se han convencido de que al bien se llega solamente por un camino. Están seguros de que la naturaleza ha querido para nosotros un uniforme. Por eso creen que no hay más familia que la suya; que no hay más moral que la suya; que no hay comunidad si no es idéntica a la propia. Desde luego, no es la suya, es la auténtica, la natural, la verdadera. El miedo a lo distinto se esconde en mandamientos sobrehumanos. Pero su dictamen no aparece en el mundo real, el que aparece a quien abre bien los ojos. Por eso se empeñan en negar lo diferente. Estos ejecutores de la voluntad natural se sienten rodeados por anormales a los que deben curar. Para el conservador, la naturaleza es una inapelable carta de legitimación: si es natural es necesario; si es artificial es sospechoso o maligno. La naturaleza no es una ordenanza ética ni tampoco una recomendación política. Bienvenidas las instituciones contra natura; las alianzas contra natura; las prácticas contra natura; los deseos contra natura. Que a la naturaleza se subordinen las moscas
Karl Popper ha expuesto de manera magistral la imposibilidad de derivar normas (morales, sociales o jurídicas) de hechos naturales. Las cosas simplemente son posibles o imposibles bajo las leyes naturales. Si son posibles, la cuestión de su validez normativa se debe fundar en criterios sociales, que generalmente no admiten respuestas absolutas. Por lo tanto, hablar de actos “contra natura” es un absurdo, pero no deja de sorprender que sea un argumento muy usado.
Los pavos inductivos
Aunque Einstein creía que Dios no juega a los dados el criterio de libertad afirma lo contrario. Para el iluso A es la causa de B si al suceder A sucede B. La costumbre hace fallar su feedback con la realidad y así convierte un error en hábito. Russell cuenta como el pavo inductivo cenó a las 21 durante muchos años y terminó creyendo que siempre lo haría, pero una Navidad le cortaron el pescuezo y lo cenaron a él. Hume define la causación (todo efecto tiene causa) y causalidad (a igual causa igual efecto). La inducción no es infalible. El método científico combina la inducción con la deducción para comprobar las hipótesis. Pero en los asuntos humanos, paradojalmente, el deseo puede ser la causa del efecto ya que motiva la acción que lo provocará. A diferencia de lo que pasa en la naturaleza la intención de alcanzar la meta puede crear tanto el bien como el mal. Cuando un país, sistemáticamente, elige el mal y no el bien el resultado es obvio. Su principal problema son sus pavos inductivos. Prigogine se rebeló con contra la idea de una naturaleza pasiva, sujeta a leyes deterministas y atemporales. Einstein era determinista: «Dios no juega a los dados», para Prigogine nada es definitivo, el universo es provocativo y creador. Aunque el universo aparece como terminado, existen sin embargo, otros muchos mundos posibles.
El futuro no está escrito, tenemos autoconciencia y la capacidad de crear el porvenir. Con la atención bien dirigida producimos la energía, con la intención la transformamos en lo que deseamos obtener. Cualquier cosa crece o se marchita según cómo se la atiende, así la intención programa su realización. La inteligencia espiritual se fundamenta en principios verdaderos y permanentes y se materializa cuando las buenas ideas se llevan a la práctica.
Según Prigogine: el aletear de una mariposa en Brasil, puede desatar un huracán en San Francisco. Un hecho, en apariencia irrelevante, que ocurre en un lugar, + una cadena de sucesos, provoca efectos multiplicadores. Cuando hay muchos factores el resultado es impredecible.
El futuro es un enigma donde la realidad será solamente una de las materializaciones de lo posible. Nadie conoce la verdad, ni su resolución. Morin, sugiere navegar en un océano de incertidumbre con archipiélagos de certeza. Para la teoría del caos la vida encuentra su camino, mientras el hombre debe saber cómo innovar con pocos recursos, para adaptarse al cambio continuo.
Tener imaginación, pero carecer de conocimientos, es como tener alas, sin tener pies. El dilema del innovador es el cambio y tener $ para acceder a patentes o licencias. Para poder competir con pocos $, puede variar el viejo producto o servicio. Para ello se requieren ideas y métodos, detectar antes la tendencia o simplificar costosos productos y diseñar otros con menos atributos y costos. Para innovar con pocos recursos basta con una idea, un contacto o una alianza estratégica.
La selección natural
Darwin planteó la supervivencia del más apto. Como los individuos son diferentes su eficacia es diferencial, algunas especies sobreviven más que otras y tienden a transmitir sus características a su descendencia. Normalmente al hombre se le presentan las condiciones, y la mayoría se adapta sin saber a quién le irá mejor.
Pocos son los que aprenden a anticiparse creando previamente el ambiente propicio. En contextos potencialmente móviles y hostiles, los que sepan variar con rapidez sus respuestas serán los ganadores. El cemento tuvo leve variación desde su invención, pero la innovación le cambió la cara. Para decirle sí a innovar con pocos recursos hay que variar, seleccionar y diseminar ideas, generalizar la capacidad de innovar, generar una cultura de la creatividad, de la pasión y de la perspicacia ante el medio y modificar políticas rígidas o procesos altamente regulados.
La clave es respetar a la Naturaleza y respetarnos con nuestras diferencias, para avanzar como sociedad. Para innovar hace falta actitud, cualquiera sea la posición en la cual uno se encuentre. Una institución que funciona contra natura es la educación ya que no enseña a usar el cerebro. La educación es la industria pesada de cualquier Nación, porque fabrica los ciudadanos del futuro.