La sensación de que son las grandes instituciones financieras quienes llevan las mejores chances de ganar en los mercados, ha sido desde siempre un factor que empuja a los pequeños inversores a dedicarse a observar la acción de los mercados desde fuera del campo de juego, delegando al mismo tiempo la responsabilidad sobre sus decisiones de inversión en manos de asesores o de administradores de activos, que pueden o no ser una buena opción según el caso.
Sin embargo, lo cierto es que muchos inversores no toman conciencia de que pueden estar mejor posicionados para obtener ventajas en los mercados que los grandes y sofisticados inversores.
Tal vez la peor de las desventajas con la cual corre un pequeño inversor frente a los profesionales, es su falta de educación y conocimientos acerca del funcionamiento de los mercados. En este caso, no existe mejor solución que tomar la decisión de incrementar paulatina y constantemente sus conocimientos financieros.
La ignorancia es una clara desventaja del inversor individual, quienes no estén dispuestos a incrementar sus conocimientos en materia de inversiones, probablemente encuentren como mejor opción a los asesores o administradores de activos.
Sin embargo, una vez saltado el escollo de la falta de conocimientos, los inversores individuales pueden tener muchas ventajas frente a las grandes instituciones.
Antiguamente se decía que era muy ineficiente armar una cartera en base a los activos de un pequeño inversor, debido a que los pequeños montos de capital disponibles no eran suficientes para diversificar la cartera. Con la llegada y proliferación de todo tipo de ETFs, armar una cartera bien eficiente y diversificada es realmente muy sencillo y está al alcance de cualquiera.
El pequeño inversor y los grandes retornos
Obviamente, los grandes inversores necesitan poner su dinero en grandes compañías para poder colocar una parte suficiente del capital que administran en un activo. Las oportunidades pequeñas no les sirven, dado que no pueden invertir un porcentaje importante de sus activos en ellas como para lograr una importante diferencia.
Los pequeños inversores, en cambio, pueden realizar operaciones tanto en grandes corporaciones mundiales, fondos bien diversificados (ETFs o no), o cualquiera de las opciones de bajo riesgo disponibles para los grandes inversores.
Sin embargo, es importante considerar que los inversores más chicos pueden encontrar y sacar provecho de grandes oportunidades en compañías con un alto potencial que estén todavía por debajo del radar de Wall Street. Las empresas más pequeñas, a menudo tienen mayores chances de hacer crecer rápidamente sus ventas y sus ganancias, generando así explosivos retornos para los accionistas.
Por supuesto que el riesgo en este tipo de acciones es también mayor que en grandes empresas, sin embargo lleva consigo la posibilidad de retornos extraordinarios e inaccesibles para grandes inversores.
Una vez salvada la diferencia en conocimientos y capacitación sobre inversiones, los pequeños inversores se encuentran hoy en día con oportunidades tanto o más rentables que las disponibles a los grandes administradores de activos.
Hernán Dobry, Editor de la revista Inversor Global