La política de subsidios a las empresas pequeñas y medianas tiene como marco la interacción de tres actores, conformando un sistema cuyo mecanismo principal son los subsidios, el Estado, quien define las políticas y aporta los recursos, las empresas innovadoras, y finalmente las Organizaciones no Gubernamentales (ONG´s), Instituciones educativas, profesionales, etc., que facilitan la ejecución de las mismas y aportan conocimientos profesionales y técnicos.
La gran cuestión es como organizar ese sistema para que sea eficiente y logre cumplir con los objetivos propuestos. Como lograr el desarrollo sostenido de sectores industriales y de cadenas de valor, que con determinadas ventajas competitivas a nivel regional, permitan generar nuevas fuentes de trabajo calificadas y empresas rentables.
A tal fin, expongo resumidamente algunas consideraciones respecto a cada integrante del sistema referido, el cual podemos visualizar en el gráfico 1.
1) ESTADO: Sería lógico que el Estado, tanto nacional, provincial o municipal, cuando definen las políticas estratégicas de apoyo a la creación de nuevos emprendimientos, consolidación y desarrollo de nuevas empresas, creación de organismos a tal fin, etc., destinan recursos económicos, tal los mencionados subsidios no reembolsables, los que sería de suponer buscan promover emprendimientos originados en detección de oportunidades de negocios con proyección global, en desmedro de los que surgen por necesidad de trabajo o autosubsistencia. A su vez, seguramente se busca promover sectores en crecimiento y con ventajas competitivas que en forma rápida logren promover el empleo, la competitividad a nivel internacional, y en especial en aumentar las exportaciones, reduciendo así el riesgo sistémico país al lograr promover la diversificación de mercados.
Personalmente considero que hoy las políticas públicas no favorecen totalmente la creación de un ambiente de negocios que facilite el nacimiento y la concreción de emprendimientos y su posterior desarrollo sostenido, aún así somos considerados como un país con gran cantidad de emprendedores exitosos, aunque podríamos potenciar mas este sistema si las políticas de los distintos organismos fueran mas coherentes y coordinadas entre sí.
Si bien tenemos un peso devaluado, una prima de riesgo país baja, liquidez en el mercado, demanda creciente, tarifas públicas bajas, por otro lado seguimos con alta presión fiscal, conflictos sindicales, inflación, altas tasas de interés, altos precios de algunos servicios claves como los alquileres, inseguridad física y jurídica, trabas burocráticas, etc.
Es de destacar la labor que están haciendo algunas instituciones que dependen de los distintos gobiernos, como la SEPYME, Secyt, CMD de la C.A.B.A., Ministerio de la Producción PBA, las que en conjunto con distintas instituciones privadas, tales como ciertas universidades (IAE, ITBA, UADE, etc.), Bancos públicos y privados, y ONG´s, buscan canalizar los esfuerzos y recursos en pos del desarrollo de nuevos emprendimientos, búsqueda de nuevos mercados, y de apoyo en general al empresario Pymes.
Conclusión: Promover sólo emprendimientos originados en la detección de “Oportunidades de negocios” competitivos globalmente, y coordinar coherentemente la legislación, las políticas y acciones entre las distintas instituciones oficiales y privadas.
2) EMPRESARIO: El emprendedor es el principal protagonista sobre el cual se mueve este sistema, es el que teniendo la visión y la idea, busca lograr obtener los recursos necesarios para llevar adelante su proyecto y gestionar el crecimiento día a día.
El mérito es doble ya que en nuestro país es bastante difícil ser emprendedor, puesto que sabemos que aquí existen costos fiscales e incertidumbres particulares que dificultan la competitividad con empresas extranjeras, a su vez, nos falta definir el marco legal necesario para que se desarrolle un verdadero mercado de capital de riesgo que permita allanar el camino crítico inicial de un proyecto, tal es la obtención del primer aporte o capital semilla. Le agregamos a su vez la dificultad de obtener recursos para destinar a la investigación, innovación y capacitación, y poder así mantener a disposición del proyecto, personal técnico y gerencial calificado.
En los empresarios locales vemos una cultura individualista, poco proclive a la asociatividad, la que es consecuencia natural del esfuerzo realizado en poder lograr desarrollar su empresa en un ambiente hostil, con crisis profundas reiteradas. El compartir su negocio con nuevos socios y tomando los recaudos legales necesarios, le puede permitir crecer, formalizarse como una sociedad con proyección regional, formar un equipo de trabajo profesional sobre cual pueda delegar y construir una verdadera empresa, etc.
En general asociarse “correctamente” le puede permitir acceder a recursos monetarios y no monetarios que de otra forma no podría.
Generalmente luego de lograr la difícil tarea de obtener un subsidio y luego ser invertirlo en forma eficiente en la naciente empresa, se produce al cabo de tres años aproximadamente un amesetamiento del crecimiento, no se logra crecer sostenidamente ni posicionar en el mercado local, y menos en el regional, con el riesgo que esto genera. Considerando además que nuestro mercado se bastante oscilante e incierto, pueden perderse fácilmente las ventajas competitivas logradas y con ello provocar la decadencia y la frustración de su líder y de su equipo, deduciendo que el crecimiento debe ser acelerado, mas que en otros países con variables macroeconómicas mas estables. Esto implica poco margen para el error en el análisis y luego en la gestión del mismo.
Por ello, los emprendedores iniciales o empresarios que lideran un proyecto en marcha, son concientes de la necesidad de contar desde el primer día con el apoyo profesional interdisciplinario con acabada experiencia en la gestión y visión empresaria, los que integrando redes de contactos y acceso al capital de riesgo, permitan optimizar los procesos, concretar inversiones en equipamiento, incrementar las ventas, lograr nuevos clientes, incursionar en mercados extranjeros, innovar en productos y lograr certificar calidad, etc., acelerando así mediante sinergias el crecimiento sostenido y equilibrado de esas nuevas empresas, consiguiendo convertirse en empresas formales viables, con posibilidad luego de insertarse en el circuito formal de acceso al crédito a menores tasas para mantener la tendencia de ese crecimiento, entre otros beneficios.
Todas las partes son concientes del escenario detallado anteriormente, entonces la cuestión es que factores bloquean la articulación o la conexión entre esos tres actores anteriormente mencionados: Estado, empresarios innovadores y ONG´s, profesionales e inversores, etc.
Seguramente existen paradigmas autolimitantes que inducen a percibir que no pueden acceder a estos recursos, así como el miedo cultural de perder la “propiedad” de la empresa, sumado a las presiones fiscales, políticas no adecuadas para emprender, el entorno hostil e incierto, la desconfianza generalizada, etc., que inmoviliza el desarrollo sostenido de un proyecto, subutilizando recursos disponibles, aunque los proyectos o ideas sean realmente viables. Por ello, no se logra que resulte atractiva ni seduzca a los gerentes de fondos de capital de riesgo, ni a las sociedades de garantías recíprocas, instituciones financieras, organizaciones no gubernamentales, organismos del Estado y toda otra institución, a concretar el apoyo inicial necesario, con lo cual no logra finalmente insertarse como actor del sistema descripto, ni acceder a los beneficios que esto conlleva.
En el mercado de capital de riesgo tenemos a los inversores (ángeles inversores), que aportan capital monetario y a su vez, capital no monetario, este último originado en los conocimientos profesionales y técnicos, experiencias laborales, conocimientos del mercado y en las redes estratégicas de contactos (networking), que permiten generan la tan mencionada aceleración. Tanto los ángeles inversores, como las instituciones que apoyan al emprendedor reclaman de éste, no solo aptitudes personales, tales como, valores éticos, honestidad, visión clara del negocio, conocimiento amplio del mercado, liderazgo, equilibrio emocional, sino aptitudes laborales, como trabajo en equipo, perseverancia, profesionalidad y transparencia respecto a la gestión.
Conclusión: Promover la creación de leyes marco a fin de desarrollar el mercado de capital de riesgo, y difundir entre los emprendedores las ventajas de la asociación que permitan hacer sinergias y canalizar esfuerzos en forma eficiente, para generar valor y crecimiento sostenido.
3) PROFESIONALES y ONG´s: Existen distintas organizaciones oficiales y privadas que dentro del sistema fomentan el apoyo al emprendedor, facilitando así la concreción de las novedosas ideas o proyectos en resultados concretos. Estos apoyos se realizan desde el previo análisis inicial de viabilidad de la idea, la evaluación personal del emprendedor, el estudio del mercado, y en tal caso, el armado del plan de negocios, hasta la presentación del mismo ante los ángeles inversores u organismos que brindan subsidios y asistencia técnica. Están integrados por las llamadas incubadoras, centros de emprendedores, polos tecnológicos, los que generalmente dependen de universidades y de gobiernos nacionales, provinciales y municipales.
Podemos mencionar a: ENDEAVOR, BAITEC, IncuBA del CMD-GCABA, Univ. San Martín, SECyT-Mterio. Educación , Bco. Rio-Nexo Emprendedor, IAE-Centro de Entrepreneurship, Dir. Gral Tecnología, EMPREAR Centro emprendedores del ITBA, UADE, CEMA, Propyme, etc.
Dentro de estos organismos los profesionales en ciencias económicas tenemos campo para el desarrollo, y en especial, podemos integrar desde el primer momento, los equipos de trabajo que llevan adelante el análisis de viabilidad del proyecto y luego en forma activa en la implementación concreta del Plan de negocios.
Nuestra participación es clave en la conformación de ese Plan de Negocio y en la Planificación Estratégica del negocio en general, así como en la presentación del mismo ante los potenciales inversores e instituciones, y luego en la gestión, colaborar en la organización estructural de la empresa naciente, en la formulación e implementación de procedimientos de gestión y de sistemas administrativos generadores de información gerencial económica-financiera, y en el gerenciamiento del proyecto en general, participando activamente en el desarrollo y crecimiento de la empresa desde el inicio. Esto conlleva a construir las bases organizativas necesarias que hacen a la buena relación entre los socios y con todos los demás públicos interesados.
Conclusión: Está en los profesionales lograr ser parte facilitadora de este sistema, ser canal entre el Estado y los empresarios emprendedores, ayudando a cumplir con los objetivos de ambas partes, generando sinergias que desbloqueen el proceso, con la aptitud profesional y la actitud emprendedora necesaria, y con el rol de estar asociado al crecimiento del proyecto.
Contador Raúl Atan Lema, Socio de Improver Capital (www.improver.com.ar), Miembro de la Comisión de Finanzas del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CPCECABA), y de la Cámara Española de la República Argentina (CECRA).