El franchising tiene connotación comercial pero la franquicia social convierte el concepto en una estrategia para promover fines sociales dejando de lado el negocio en sí, que es la base de la franquicia comercial.
Usando el concepto genérico, cuando se detectan casos de éxito en cualquier lugar del mundo, se intenta replicarlos en otra parte, para la resolución de los flagelos que hoy afectan a la humanidad en las áreas de la salud, el empleo, la educación y la pobreza.
Ilvem ha desarrollado una franquicia social cuyo objetivo es combatir estos flagelos mediante el desarrollo de la inteligencia de las personas que aprenden a usar este instrumento. Esta entidad desde hace 50 años se dedica al entrenamiento y desarrollo de la capacidad de cerebro con un formato alternativo aunque complementario del que ofrecen la medicina y la psicología.
Los investigadores de Ilvem buscaron responder a dos preguntas: ¿Por qué el hombre rinde el 10% de su capacidad potencial? y ¿Por qué la educación no hace nada al respecto? Y detectaron un cambio paradojal: mientras que los griegos cultivaron las habilidades blandas del cerebro, que facilitan el aprendizaje de cómo (mnemoctecnia, inteligencia y oratoria), la educación actual se concentra en el qué, en las habilidades duras, en el conocimiento como un fin en sí mismo.
El estudiante fracasa al estudiar una carrera porque carece de métodos de estudio idóneos.
En las investigaciones advirtieron que la forma de estudiar, más que el genio individual, hacían de los métodos la mayor riqueza del hombre. Carecer de métodos es como enviar a un soldado a la guerra sin enseñarle a usar el arma. El arma más importante del ser humano es su cerebro.
Einstein donó su cerebro a la humanidad para que se investigara la naturaleza de su genio. Los científicos se llevaron un chasco, no notaron diferencias con el cerebro común, lo suyo no tenía que ver con el hardware sino con el software con el que lo hacía funcionar.
Si bien observaron un cuerpo calloso muy ramificado -el conjunto de fibras nerviosas que conectan los hemisferios cerebrales- no es el resultado de una herencia genética sino del modo en que trabajaba de manera complementaria, es decir del software con el que lo hacía funcionar.
Lo que no se mide no se puede mejorar
La mayoría de las personas no saben responder a una pregunta muy simple: ¿Cuántas palabras lee usted por minuto? También desconocen su capacidad analítica, carecen de técnicas de memorización, se distraen continuamente por la irrupción de ideas parásitas, etc. En un taller evaluativo se les ofrece la posibilidad de medir su capacidad de generar resultados y comprobar si utiliza sólo el 10% de su potencialidad.
El test es conducido por un docente entrenado en técnicas mentales y durante los ejercicios el participante compara con él su rendimiento, con la técnica denominada bench marking. En las pruebas la mayoría suele hacer uso de la fuerza bruta en lugar de métodos efectivos.
La educación del cerebro sigue un concepto equivocado derivado de la frase de Sarmiento: la letra con sangre entra. Por ese camino los estudiantes llegan al burn out o cerebro quemado. Cuando más estudian menos rinden porque aparece la ley de los rendimientos decrecientes, como resultado del cansancio agregar más horas de estudio no genera mejores resultados.
En el taller se explica a los asistentes cómo funciona el cerebro. La mayoría no lo sabe y lo usa en piloto automático, desconociendo la metodología para usarlo con eficacia.
No saber usar el cerebro es cómo recibir una computadora y usarla como máquina de escribir.
La franquicia social inteligente
Ilvem la creó teniendo en cuenta el concepto de Prosumidor. En la economía del conocimiento hay una forma avanzada de la división productor- consumidor que los sintetiza en una sola persona. La receta de ingresa al sistema capitalista es crear algo vendible, conseguir un empleo o una herencia, una donación, un regalo o un préstamo, casarse con un rico, lograr asistencia del gobierno, etc. Es una cárcel del dinero a la imaginación.
Por separado el productor produce y el consumidor gasta, mientras que el prosumidor hace las dos cosas. Un prosumidor inteligente invierte en activos que generan renta, en mejoras que aumentan el valor del patrimonio y hace cosas que no compra en el mercado. Muchas de sus creaciones se transforman en negocios monetarios. El mercado los estimula a innovar.
Internet y World Wide Web, crearon la red www . En 1980 un ingeniero que quería vincular fragmentos de conocimiento, creó la web. Fue el resultado del prosumo de Tim Berners-Lee-
El propósito del consumidor es comprar, pagar y usar. Puede quejarse, solicitar la devolución de su dinero; pero es un cliente. Muchas empresas los convierten promotores de sus productos y pasan a comprar-pagar-recomendar-ganar como si fuesen accionistas y a obtener ganancias. ¿Recuerda cuántas veces recomendó un producto? ¿Recibió algo por eso? Ser cliente genera descuentos, promociones, sorteos, e invitaciones a ferias en la que se degustan productos, pero usted terminará gastando para celebrar alguna fiesta. Tiene que sacar plata de su cuenta para ser reconocido como cliente especial. Sí se hace prosumidor, va a recibir ingresos.
La aplicación del concepto prosumidor en la franquicia Ilvem
La idea fue sumar a su franquicia comercial, que es exitosa en todo el mundo, la franquicia social, que consiste en convertir a sus clientes (alumnos) en prosumidores. Esta herramienta es usada también por sus franquiciados en todo el mundo para expandir sus negocios. De esta manera se logra compensar la falta de capital financiero que tienen muchos emprendedores para instalar una master franquicia o una franquicia local, con el desarrollo de los activos intangibles de la personalidad (conocimientos, actitud emprendedora, experiencia, capital intelectual y social).
El único costo de la franquicia social de Ilvem es realizar el curso de coach o instructor comercial y educativo. De este modo y simultáneamente el franquiciado optimiza su propio nivel intelectual (velocidad y comprensión en la lectura, técnicas de estudio, memoria, concentración, oratoria, liderazgo, inteligencia y marketing personal), de eso se ocupa el método y al mismo obtiene una franquicia que le permite trabajar.
El método es además una terapia cognitiva basada en educar a la mente y en las neurociencias, siendo una herramienta para el desarrollo personal y para prevenir enfermedades mentales.
El Alzheimer no tiene cura y los neurólogos aconsejan la gimnasia mental preventiva.
No se conoce ningún caso de Alzheimer en ajedrecistas famosos.
La franquicia de Ilvem mata varios pájaros de un solo tiro, mientras optimiza la capacidad para el trabajo, el estudio y los negocios, ofrece una salida laboral con el formato de franquicia.
El caso de las monjas francesas
Un estudio de 1986 detectó que algunas envejecían de forma saludable, conservando sus facultades mentales intactas. Tenían estilos de vida parecidos e igual asistencia sanitaria y alimentación. Les hicieron estudios anuales y muchas donaron sus cerebros para su posterior estudio. Una mejor educación y el entrenamiento mental protegen del Alzheimer o retrasan su aparición. Y aunque sea sólo por esto hay que tenerlo en cuenta ya que los avances científicos pueden dar en la tecla y curar la enfermedad pero hasta el momento no. El depósito de sustancias que provocan el mal puede estar presente, pero la reserva cognitiva logra eludirlo. Algunas monjas tenían la neuropatalogía sin su manifestación clínica. Por su reserva cognitiva, sus cerebros pudieron acomodarse. Para prevenirse del Alzheimer entrenar la mente genera mayor plasticidad neuronal y hay que practicar antes de que aparezca el mal.
Como franquicia social deriva de la comercial
Sin embargo se pueden combinar cuando alguien tiene ideas que pueden ser universalizadas En este mundo global donde la tecnología provoca problemas sociales se podría usar la tecnología para revertir los daños que engendra.
La interacción entre los problemas sociales e individuales, así como la existente entre la economía y la sociedad, hacen que sea muy importante que las herramientas de inteligencia social y comercial se armonicen para disminuir la brecha entre ricos y pobres.
La franquicia es la clonación de una experiencia exitosa y comprobada en cualquier país del mundo para reproducirla en otro. El método Ilvem se fundamenta en que el lenguaje del cerebro es el mismo para todos los habitantes del planeta, pero muy pocos lo saben usar.
La propuesta es aprender a aprender y a emprender, es decir a dominar los métodos que permiten aplicar los avances de las neurociencias a la educación. Cada año que pasa deja una marca en el cerebro y si no se mide no se puede superar. El «Test de rendimiento intelectual» (IQ), permite ver cómo funciona la mente y las neurotécnicas que potencian su rendimiento.
Titulitis
Es importante estudiar pero muchos desconocen su vocación y no pueden convocar al genio interior que todos tenemos dentro, según la teoría de las inteligencias múltiples.
Enseñanza individualizada
La tendencia es a enseñar en formato grupal porque es mejor para el negocio, pero eso es desastroso para los más lentos, que sienten que retrasan al grupo, como para los más rápidos que se aburren mientras esperan que los demás avancen. Es el caso de
Bill Gates que es la persona más rica del planeta pero no pudo obtener el título de ingeniero.
Empowerment
Todos tienen empowerment (poder interior) pero no todos saben capitalizarlo. ¿Está seguro que dispone de las destrezas para actuar de la mejor manera posible? ¿Sabe acudir al back up de los casos similares del pasado? ¿Tiene a mano lo que aprendió en su historia? ¿Recuerda qué estrategias fueron exitosas y las que debe evitar porque lo condujeron a fracasos?
Aprender la lección
Al contrario de lo que se cree, una lección no se sabe si se repite de memoria sino cuando la respuesta cambia ante igual situación como consecuencia del aprendizaje. Ahí se puede afirmar que se aprendió. La memoria sistematiza el conocimiento para que se encuentre disponible. Para que el conocimiento sea útil debe ser almacenado con un criterio que facilite su uso, pero la memoria no es muy eficiente auto organizando información.
Recordar y resolver problemas
Es distinto hacer algo de memoria que resolver un problema. Una tarea sólo exige voluntad y energía para aplicar la memoria. Un problema es algo nuevo y por eso no se puede resolver sin generar una idea. Hay un conocimiento tácito al que no se sabe cómo acceder y otro explícito pero que no se sabe utilizar para generar ideas.
Soy lo que seré
Para llegar a ser lo que se debe y se quiere llegar a ser hay que descubrir lo que se desea. El deseo es el principal motor del cerebro, ya que cuando es muy grande cualquier obstáculo se vuelve pequeño. Así se inicia el camino a la excelencia. La mediocridad consiste en no llevar adelante los sueños y fabricar excusas para no correr el riesgo de fracasar.
Inteligencia múltiples
Nacemos con un genio interior a descubrir y potenciar. La educación busca igualar a todos convirtiendo la debilidad de la ignorancia en mediocridad, pero lo que hay que lograr es que la fortaleza se transforme en excelencia. El poder duro -hard power– procede de la fuerza. El poder blando – soft power– atrae por la cultura o por la bondad de una política.
El cerebro humano tiene los dos: el poder duro de la razón en su hemisferio izquierdo y el poder blando de la emoción en el derecho. El poder inteligente –smart power-conjuga razón con emoción, plan con intuición, conocimiento con imaginación.
Instalar un GPS en el cerebro
El GPS cuenta con el mapa de la ciudad. El cerebro debe contar con la información sobre qué y cómo se hace o se hizo (procesos), qué dio mejores resultados (buenas prácticas), sobre qué hay que evitar (errores), quiénes pueden ayudarnos (capital social). El GPS necesita saber dónde uno está para brindar la información.
Para eso hay que llevar puesto el GPS, lo que se consigue con un teléfono inteligente, como extensión natural del cerebro. El sistema de comunicación lo facilitan los satélites que orbitan la tierra. La clave es saber dónde uno está y a dónde quiere ir. Sin conocer los objetivos, el GPS es inútil. Un software externo no sabe nada de nosotros, es un radar que nos vigila. El software interno es como una brújula que recurre al pensamiento creativo y estratégico:
¿Dónde estaba ayer? ¿Dónde estoy hoy? ¿Dónde quiero estar? ¿Cómo haré para conseguirlo?
Un doble camino de desarrollo
El método Ilvem enseña primero a usar y actualizar el cerebro en la percepción: velocidad y comprensión en la lectura, capacidad de escucha, agudeza sensorial y capacidad de observación. En el procesamiento: técnicas de estudio, concentración y memoria. En la comunicación: oratoria, redacción, diseño de un sitio web propio. En la aplicación del conocimiento: técnicas para la resolución de problemas. El segundo recorrido es aprender a convertir espíritu en materia. La inteligencia espiritual es la batería que brinda y recarga la energía. La inteligencia emocional la pone en movimiento, la creativa la hace circular mediante ideas, la estratégica las convierte en planes, la corporal ejecuta el programa, la social permite liderar y trabajar en equipo, la digital consolida el proyecto en internet.
Convertir espíritu en materia
Finalmente el proceso se concretará en un logro, entonces el espíritu se habrá convertido en materia La PNL o programación neurolingüística descubrió que aprendemos imitando. Lo ideal es imitar a los mejores hombres y a las mejores técnicas. Este principio se aplica a personas, empresas y naciones. Japón destruido después de la 2da guerra y sin recursos naturales, imitó y mejoró los productos que importaba y se convirtió en potencia.
Gestionar el conocimiento significa no empezar de nuevo cada día ante una hoja en blanco, como si no existiese la experiencia. Hay que salir de la prisión de la amnesia educativa.
Carrera de metodología intelectual
El programa es sistémico porque las materias están relacionadas, holístico porque se usan todas las fortalezas, ecológico porque sustituye la fuerza bruta por la calidad, es sinergético porque el todo resultante supera a la suma de las partes.
La franquicia social de Ilvem incrementa la autoestima, el capital invisible presente en cualquier logro significativo y permite aplicarlo a todas las disciplinas, en el estudio, el trabajo y los negocios, y se adecua a las necesidades del alumno franquiciado. Como dijo una vez Nietzsche: “los métodos constituyen la mayor riqueza del hombre”. La educación debe tenerlo muy en cuenta ya que es la industria pesada de cualquier nación porque fabrica ciudadanos.