La adversidad es la prueba de la confianza. Es fácil tener confianza cuando las cosas están yendo bien. Es por eso que una vez que se instala una tendencia ganadora es más fácil mantenerla en funcionamiento. Dado que cada vez más y más factores contribuyen al éxito. Una vez que una tendencia perdedora comienza, es cada vez más difícil revertirla, pues cada vez más factores señalan la declinación. Por ejemplo: usted no cuenta con los recursos, no tiene las inversiones; las críticas no están a su favor; no tiene buena prensa; no puede reclutar gente talentosa y cada vez se torna más difícil ganar.
Cuando está ganando, la confianza hace posible ganar, pero el hecho de ganar también crea confianza. Se refuerzan mutuamente. Por eso en la adversidad es cuando realmente vemos la diferencia entre los ganadores y los perdedores, porque los ganadores siguen trabajando y no abandonan. Reencauzan la situación a una senda positiva, mientras que los perdedores entran en pánico, dejan de creer en sí mismos y en los otros. Se convierten en un “sálvese quien pueda” en vez trabajar en equipo. En tiempos de adversidad los perdedores se desconciertan, han aprendido a ser pasivos, por eso no actúan. Se vuelven más negativos y se quejan, lo que hace todavía más difícil resolver los problemas. Por eso, cuando hablo de la cultura que construye tendencias ganadoras, son todos hábitos de conducta que hacen más probable resolver los problemas cuando hay una crisis.
Rosabeth Moss-Kanter. Líder de negocios y experta en estrategia, innovación y liderazgo para el cambio. Titular de la cátedra profesor Ernest L. Arbuckle de Administración de Negocios en la Harvard Business School, es también asesora de grandes corporaciones y gobiernos a escala mundial.