En artículos recientes hemos analizado los costos que suelen asumir los expatriados y sus familias cuando no logran integrarse adecuadamente a la cultura local. Es hora de hacer el mismo análisis pero desde el punto de vista corporativo, es decir, desde la perspectiva de la empresa que envía al expatriado. Supongamos que la compañía no tiene el mínimo interés en utilizar estratégicamente la reubicación internacional como una experiencia de desarrollo del expatriado y tan sólo busca cubrir una brecha de conocimiento en otro mercado. Aún en este caso (que lamentablemente son la mayoría) tendrá que asegurarse de que ocurra una transición tranquila y exitosa del expatriado y su familia, porque de fracasar, estará asumiendo un formidable costo.
Las asignaciones internacionales no son para nada un juego empresarial económico. Enviar a un gerente de cualquier compañía por 2 años a Londres por ejemplo, le cuesta a la compañía un ojo de la cara. Comencemos con lo primero, o mejor dicho, con lo más obvio: Alojamiento. El alojamiento en Londres es difícil de encontrar y muy caro. Además, la compañía probablemente haya pagado el transporte en contenedor de los bienes de la familia hacia Londres y, por supuesto, el transporte de regreso a Argentina una vez que finalice la asignación. El asignado también recibirá un aumento de sueldo como incentivo, más el agregado adicional del costo de vida mientras esté en Londres. Su familia disfrutará del uso de un auto de la compañía en Inglaterra y la compañía tendrá que pagar el costo de los pasajes del expatriado y su familia varias veces a Buenos Aires durante su estadía en el exterior. Quizás necesiten contratar a alguna firma de reubicación para que facilite el proceso de visas y para que ayude a conseguir una escuela que se ajuste a las expectativas de educación de la familia. Y la lista sigue…
Se estima que los costos de asignar a un individuo o familia al extranjero se encuentran entre USD 50.000 y USD 500.000, dependiendo de variables como la posición y salario del empleado, país de destino, duración de la asignación, la industria, la compañía u organización patrocinante, las tasas de cambio y muchos eventos impredecibles durante la asignación (guerras, boicots, enfermedades, terrorismo, etc.). Las estimaciones se disparan cuando consideras el hecho de que si el empleado fracasa, será necesario repatriarlo junto con su familia y luego preparar para enviar a alguien nuevo (junto con su familia y bienes del hogar) a que tome su lugar.
La pregunta básica es “¿Cuánto estás dispuesto a perder?”. A pesar de la enorme inversión en la que incurren, la mayoría de las empresas, cuando planifican las iniciativas de movilidad, no invierten estratégicamente una pequeña cantidad de dinero en áreas fundamentales como la preparación intercultural de los futuros expatriados. Como resultado terminan perdiendo, algunas veces mucho dinero. Irónicamente, algunas de las empresas más grandes y con mejor reputación, se encuentran cegadas, ya que no operan con una estrategia intercultural sólida y de largo plazo. ¿Será porque algunas empresas sienten que pueden permitirse perder algunos cientos de miles de pesos o algunos empleados por aquí y por allá?
Marcelo Baudino / Socio Consultor / ICEBERG Inteligencia Cultural
fuente: Blog Iceberg Consulting