No hay fórmulas para el éxito; aunque sí es posible resumir estos 7 pasos fundamentales para encauzarlo con mayor precisión y menor posibilidad de desvíos.
Desde tiempos inmemoriales muchas personas han desarrollado su espíritu de realización. Transformando sus ideas en obras, y éstas, en resultados concretos de éxito, se persigue concretar aquello que tanto anhelamos. ¿Se busca sólo el éxito como motor para las concreciones? No siempre. Por lo general hay un sentido trascendente más profundo, que incluye -aunque no limita- eso que llamamos éxito.
El éxito tiene un parámetro personal para ser medido. Pequeños logros y grandes desafíos concretados positivamente, son dos puntas de la dimensión variable que tiene según cada realizador.
Y es este término, el de “realizador”, el que se necesita como una base principal para consolidar el paso de la idea al desarrollo. Realizar es más que hacer. Se trata de construir paso a paso, diseñar, programar, planificar, idear y encauzar cada momento, buscando plasmar lo más fielmente posible aquello que se anhela.
No hay fórmulas para el éxito; aunque sí es posible resumir estos 7 pasos fundamentales para encauzarlo con mayor precisión y menor posibilidad de desvíos. Funciona para realizaciones de todo tipo, sin importar su dimensión.
Primero: Creer que es posible
Las personas que en el mundo obtienen lo que desean lo hacen partiendo de una base de convicción interna tan fuerte y potente, que es prácticamente imposible que los desvíen de su resultado. Eso de la “profecía auto cumplida”, que muchas personas aplican en sentido negativo, se manifiesta aquí a la inversa: en positivo. Un buen condimento de fe, y sobre todo de esperanza, son los cimientos fundamentales para atravesar los momentos de desánimo o contrariedad que puedan presentarse.
Segundo: Necesitas disponer del tiempo y esfuerzo extra necesario
Una condición esencial es que se cuente con el plan que permitirá dedicarse con máximo enfoque en lograr el resultado exitoso. A la par, el esfuerzo extra estará reflejado en extensas jornadas dedicadas a la realización. (Observa que no menciono el tema del dinero).
Tercero: No te conformes
La mayoría de los seres humanos se desalientan luego del segundo o tercer intento; y una gran parte, luego tan solo del primero. Las personas que consiguen el éxito no se quedan quietas, y van más allá de sus posibilidades. Los obstáculos son trampolines que los impulsan cada vez más alto para proyectar mejor su resultado satisfactorio en su máxima expresión.
Cuarto: Dejar la comodidad. El éxito es muy incómodo
Contrariamente a lo que la mayoría de la gente piensa, cuando se conquista aquello por lo que se ha trabajado tan fuerte es probable que aparezcan situaciones no deseadas, sobre todo de entornos directos, queriendo tomar parte de lo que no les corresponda. Puede haber estafas económicas, morales, emocionales, acciones que atenten contra el éxito conseguido; y muchas personas enfocadas en que no se pueda avanzar. Incluso, habrá momentos en que tal vez te toque perder prácticamente todo… menos tu espíritu, el gran motor del éxito.
La gran clave de las personas de éxito -después de pasar durísimas pruebas en aspectos como los detallados- es que aprenden a separar la paja del trigo, y se quedan con muy pocas personas: justo con aquellas que acompañan su éxito. Es inevitable que a veces se corten amistades, sociedades y se rearmen equipos de talento humano que lo único que querían es beneficiarse sin hacer su parte. El éxito se comparte con aquellos que lo sienten de verdad.
Quinto: Persistencia
Esta clave es fundamental para los realizadores del éxito en cualquier campo. Está demostrado en cientos de historias de personas exitosas que cualquier dificultad los fortalece de tal forma que ya no vuelven a ser los mismos. Permíteme compartir una experiencia personal: un gran impulsor de mi persistencia es el aprendizaje continuo; me encanta aprender, explorar, soy curioso por naturaleza; tengo habilidad para conectar muchísima información que fui estudiando y recopilando durante toda mi vida. Esta gran fuente confluye y hace sinapsis -se conectan las neuronas positivamente- cuando estoy realizando éxito.
La persistencia es diferente a la resistencia: la primera tiene flexibilidad, maleabilidad y es dinámica. La segunda, lo único que trae es persistencia de aquello que se resiste.
Sexto: Enfoque
Más allá de la mente, cerebro, cuerpo y entorno en armonía y sintonizados en una perspectiva global (de esto trata la disciplina del Neurocoaching 4D, excelente para fortalecer tu aspecto de realizador de éxito), poder sostener un enfoque extremo en la visualización del éxito todo el tiempo, por más largo que sea el camino, es lo que determinará el éxito. Para el 95% de la población esto es extenuante y una gran excusa para abandonar y rendirse. Sin embargo, el otro 5% sabe capitalizar esto en sentido positivo. Es el pasaporte directo a la concreción de aquello en lo que se ha invertido tanto tiempo, esfuerzo, dinero, disposición, corazón y alma. Alma, en esencia, es el motor de lo que hacen las personas que realizan su éxito.
Séptimo: Recursos
A esta altura, posiblemente muchos lectores estarán pensando “¿…Pero cómo lo hago si no tengo dinero?” Una información estadística: más del 75% de las realizaciones de las personas exitosas en el mundo durante el siglo XX se hicieron sin contar con dinero alguno para emprenderlas. Es decir: tenían lo más importante, más aún que el dinero: tuvieron una idea genial. Este es el mayor recurso que necesitas para realizar tu éxito. Puedes prescindir de todo lo demás. Podrías tener un millón de dólares, y fracasarías a muy corto plazo si tu idea no fue consolidada en su corazón, tu espíritu y tu alma. Es una ley universal. Y esta ha sido mi experiencia: todo lo que he emprendido, lo he hecho sin capital inicial. ¿Cómo se hace? Una buena idea; enfoque total; entrega continua por los años que sea necesario; dedicación 24/7 -24 horas los 7 días de la semana, quizás por varios años-; espíritu de superación y unas enormes ganas de tener éxito por más lejano e imposible que parezca.
¿Estás dispuesto a asumir el desafío de realizar tu éxito? Como vemos, sólo y exclusivamente depende de ti. No tiene que ver ni el momento del país, el gobierno, el banco, ni siquiera tu título de estudios. Hay miles de casos de personas de éxito total que empezaron de la nada. Y es así: de la nada.
Nuevamente, ¿estás dispuesto a asumir el desafío de realizar tu éxito? Esta es la pregunta fundamental que necesitas hacerte antes de lanzarte de cabeza a la aventura de tener éxito. No es posible que te la formules más tarde; es cuestión de blanco o negro: estás o no estás comprometido para tener éxito en tu vida.
Atención: Es totalmente legítimo que te quedes mirando a los demás, en tu pequeño espacio cómodo muy incómodo, encajonando sueños y proyectos, y sin ánimo para sacar la cabeza y salir adelante. Si esa es tu elección consciente, sigue así.
Ahora, si quieres un cambio de raíz en tu vida: ¿qué vas a hacer al respecto? El momento es ahora mismo, ya. Pequeñas metas, tu gran éxito. Proyectos gigantescos, tu gran éxito. No hay dimensiones: el termostato del éxito es personal y solamente tú lo gradúas.
Entonces: Toma papel y lápiz; empieza a dibujar tu éxito. Haz tu mapa mental de cómo te proyectas. Realiza cálculos. Consigue fotografías de “eso” que será tu éxito. Ancla muy fuertemente tu confianza. Afianza tu ánimo y espíritu de superación. Investiga. Conversa con personas afines. Participa de programas gratuitos que hay en todo el mundo con mentores de excelencia. Toma cursos. Indaga. Escribe. Borra. Escribe de nuevo. Siente con tu alma cómo estarás en algún tiempo, cuando estés conquistando ese éxito ya realizado. Y de allí, al infinito.
Excelente noticia: una vez que aprendiste cómo se hace, puedes replicarlo todas las veces que quieras, en cualquier tipo de realizaciones de éxito. El método es siempre el mismo. Lo que cambia es esa idea genial.
El universo está lleno de oportunidades. Y las oportunidades están para los que saben verlas, eligen tomarlas, y se dedican con el corazón y espíritu fuerte a realizarlas y llevarlas adelante. Todo lo demás, son excusas.