Cualquiera sea el resultado, una expatriación siempre representa un antes y un después en la vida de una persona. Pregunta a cualquiera que haya tenido la oportunidad de vivir parte de su vida en el extranjero y podrás confirmarlo. Sin embargo, que la experiencia sea positiva o negativa depende en gran parte de los hábitos que se desarrollen durante el proceso de adaptación al nuevo país. ¿Cuáles son esos malos hábitos que lamentablemente vemos con demasiada frecuencia en los expatriados? En nuestro grupo en Linkedin, ”Profesionales globales y equipos multiculturales“, realizamos una encuesta para recabar la opinión de quienes tuvieron la experiencia de vivir afuera. Estos fueron los resultados:
Comparar todo con su país de origen – 38%
Fue la alternativa más seleccionada. ¿Por qué los expatriados comparan todo con su país de origen? ¿Y por qué está mal comparar las cosas con el país de origen? De alguna manera, es un acto natural utilizar como referencia las reglas del juego del propio país, ya que es lo que uno conoce y maneja. El problema surge cuando utilizamos estas comparaciones como una manera de demostrar que el país de uno es mejor. ¡Qué difícil es poder disfrutar del nuevo país cuándo estamos permanentemente comparándolo en forma negativa con el país de origen! Si no comprendemos que los valores y comportamientos que observamos tienen sentido y explicación bajo su propio contexto cultural, nos perdemos la posibilidad de aprender sobre la nueva cultura.
Quejarse/juzgar sin entender la cultura – 35%
Desde mi punto de vista, el peor hábito que puede desarrollar un expatriado y lamentablemente el más común. Simplemente sucede cuando evaluamos la cultura anfitriona bajo los parámetros de nuestra propia cultura. Es decir, evaluamos a la nueva cultura bajo lo que nuestra propia cultura nos dice sobre qué es correcto e incorrecto, qué esta bien y qué está mal. Y bajo este escenario, es natural que la nueva cultura este equivocada y nos lleve a quejarnos… ¿Cuál es la solución? En primer lugar, desarrollar conciencia cultural propia. Después, aprender sobre la cultura anfitriona. (¿Ya conoces al expatriado resentido?)
Sumergirse en una burbuja de expatriado – 12%
Está claro que comprender y adaptarse completamente a la cultura de otro país es un proceso por lo menos difícil. Pero es casi imposible cuando nos involucramos exclusivamente con la comunidad de expatriados. Es necesario salir de la zona de confort y sumergirse en la infinidad de alternativas que nos ofrece la cultura local para descubrir, experimentar y aprender.
Vivir chateando con sus amigos – 6%
¿Qué sucede cuando los expatriados invierten la mayor parte de su tiempo libre interactuando con sus amigos en casa a través de las redes sociales? Un estudio reveló que en promedio, los estudiantes estadounidenses gastan más de 4 horas por noche comunicándose con amigos en su país a través de Facebook y Skype. Si la experiencia internacional no resulta bien, puede erosionar cualquier intento de desarrollar sensibilidad cultural y hasta acentuar el etnocentrismo y los estereotipos.
Otros – 6%
Algunos de los comentarios adicionales que recibimos y que de alguna manera están alineados con las 4 categorías, son:
- No aprender bien el idioma local
- Ignorar la necesidad de preparar a la familia para enfrentar el desafío de integración (La familia y los hijos)
- Vivir afuera como lo hacían en su casa
- Intentar mantener el control sobre la familia y amigos a la distancia
- Sentir desilusión o frustración por no poder entender la nueva cultura
- No sumarse a las actividades sociales del nuevo lugar (culturales, deportivas, de ayuda comunitaria, etc.)
Autor: Autor: Marcelo Baudino – Iceberg Consulting