El estrés laboral, generado por presiones extremas y exigencias constantes en el trabajo repercute de forma negativa en la salud, generando incontables trastornos como dolores de cabeza, contracturas, insomnio y agresividad.
Estas consecuencias directas del estrés son una de la principales causas de ausentismo en las empresas y desde hace un tiempo llaman especialmente la atención de los departamentos de Recursos Humanos, que trabajan con el yoga para evitarlas o revertirlas.
A través de las consultas o el pedido de implementación de actividades grupales para combatir esta problemática, la Fundación Indra Devi ha podido observar que las organizaciones optan cada vez más por cursos de relajación para mejorar el clima laboral y la salud de sus empleados. El yogui urbano crece como una opción para implementar en la oficina, tanto es así que algunas organizaciones proyectan incorporar esta ciencia milenaria dentro de la capacitación formal y obligatoria de las empresa.
En la actualidad, en Argentina, no hay cifras oficiales sobre la cantidad de trabajadores que padecen esta enfermedad ni tampoco de las pérdidas económicas que deben enfrentarse. Algunos de los motivos de esta falta de datos es el alto costo de los estudios, que deben ser extremadamente rigurosos para discernir entre el estrés crónico y el laboral.
David Lifar, director de la Fundación Indra Devi comenta que los ejercicios fundamentales se basan en “el concepto de Higiene de columna y respiratoria donde se adaptan determinadas posturas y se realizan trabajos con el cuerpo, para mejorar la capacidad respiratoria, aliviar dolores lumbares y cervicales, y darle una mayor movilidad a las articulaciones que por la tensión y concentración se han entumecido”.
En sintonía con esta problemática un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que las secuelas del estrés laboral afectan directamente al empleado generándole, dificultades para concentrarse, pensar lógicamente y tomar decisiones. Estos trastornos se relacionan directamente con los que debe acarrear la compañía; al alto ausentismo habrá que sumarle una excesiva rotación del personal, el deterioro en el rendimiento y la productividad, el aumento de las tasas de accidentes y quejas del cliente.
Como primera opción para evitar o revertir estas consecuencias la OMS aconseja cursos de relajación. Haciendo también hincapié en la gestión del tiempo, la reafirmación personal y ejercicio físico. Recomiendan, a su vez, que se mejore el equipamiento de trabajo y las condiciones físicas del mismo, y se capacite al personal directivo sobre este tema para su comprensión.
Todas las recomendaciones apuntan a mejorar el clima laboral y la salud del empleado, a disminuir las consecuencias negativas del estrés, y por ende el ausentismo, llegando a aumentar la productividad de la empresa. No obstante para David Lifar los beneficios de aplicar esta ciencia milenaria en la oficina van más allá porque pueden lograr que «La persona al terminar su jornada aún tenga energía suficientes para disfrutar de las hermosas cosas que la vida le sigue dando más allá del trabajo».