El motivo principal por el cual continúo bullish con respecto al mercado sigue en pie. Estoy hablando del valle del estímulo monetario.
Mientras la economía del imperio siga con riesgos deflacionarios latentes, sus hacedores de políticas – en este caso Ben Shalom y Obama – no abandonarán sus esfuerzos reflacionarios.
Es cierto que la situación del presupuesto de los Estados Unidos es un tema de lo más delicado, que no tiene consistencia en el tiempo, y que van a tener que hacer algo al respecto. Pero existe otra cosa que va más allá del análisis emocional, intelectual, de la necesidad o de los deseos: estoy hablando del instinto natural de supervivencia.
Ser duros con el presupuesto, en forma estricta, achicarlo, ajustarlo, retocarlo, y cuantas otras cosas se quieran hacer, es un suicidio político en el contexto en que se encuentra la economía norteamericana en este momento. Si llegasen a tocarlo ahora, corren el riesgo de reanimar la crisis vivida hace poco; y ese no es un riesgo que quieran correr, menos sabiendo que el mercado inmobiliario aún no se recuperó y que el desempleo ha alcanzado una tasa mayor del 10%. Pueden ir preparando el terreno para hacerlo en un futuro, para que el impacto negativo (sobre la economía) de subir las tasas y disminuir el presupuesto sea lo más leve posible. Pero realizar esto hoy es inaceptable, es un suicidio político.
Según la oficina de administración y presupuesto, el déficit norteamericano será de un 10,5% del GDP para el 2010. De este porcentaje un 3,2% corresponde a la recesión, el resto refleja lo que queda del TARP, paquetes de estímulo monetario y el soporte del gobierno al mercado de real estate. Proyectan disminuir el déficit a un 4% para el 2015, no a raíz de políticas implementadas, sino por la naturaleza misma de que los planes de estímulo para ese momento estarían finalizados, al igual que los recortes impositivos temporales que había implementado la administración de Bush Junior.
Nuestros dos mosqueteros saben muy bien que la economía local de su valle se mantiene endeble, muy inestable aún. Luego de lo vivido en los últimos años no van a querer arriesgarse ni un mínimo en caer nuevamente en una espiral deflacionaria y de recesión, con riesgos severos de entrar en una depresión. Por dicho motivo es que nuestros valientes hacedores de políticas mantienen el estímulo monetario, mantienen bajas las tasas, siguen inyectando liquidez en el mercado y proponen todas las ideas que se les puedan ocurrir para estimular la economía.
No tengo ninguna duda de que seguirán por este camino, por lo menos hasta que la economía del valle haya retomado un sendero positivo, bien ancho y fuerte, seguro y con pocos riesgos latentes. Recién en ese momento se van a ocupar de los otros asuntos del valle, cuando su instinto y empuje por sobrevivir se haya calmado y vuelvan a reinar necesidades, deseos, emociones e ideas en su estar diario.
Desde el punto de vista del análisis técnico, esta recuperación aún no llegó a ser tan robusta y proporcional a la caída que tuvo el mercado entre el 2007 y 2009. Si creemos que la vida se balancea naturalmente – tanto nuestra vida personal como los mercados financieros que representan múltiples emociones de los agentes en su totalidad – el mercado está en camino de hacerlo, pero aún falta más por recorrer.
Siendo así, no sorprende que el representante que maneja los hilos de la economía del valle presidido por Obama, Ben Shalom, haya reforzado el anuncio de que las tasas de interés se van a mantener bajas hasta fin de año, por lo menos. Anticipa que las condiciones económicas siguen garantizando que la Reserva Federal deberá mantener bajos los niveles de la Federal Fund Rate por un largo período.
Este tipo de anuncios no son casuales y están muy bien pensados. Cuando el líder de la economía realiza un anuncio de este estilo, lo que busca es disminuir la incertidumbre. De esta forma, les genera cierta confianza a los agentes que actúan en el mercado, les dice que todo está bien, que el estímulo se mantiene. Lo que busca es que desaparezcan sus miedos, o por lo menos lograr disminuirlos, para que vuelvan a animarse a nadar dentro de las profundidades del océano. Porque tuvimos la tormenta del siglo. Y casi todos abandonaron las aguas y se refugiaron en tierra firme. Lo que hicimos los pocos que quedamos fue nadar por la costa, donde la marea es baja y podemos escapar a tierra firme rápidamente si lo creemos necesario. Y ahora nuestro capitán nos dice que nos animemos, ¡qué volvamos a las profundidades!
Leandro Taub es chairman de Intuition Investment. Es un activo inversor y asesor financiero que vive viajando alrededor del mundo, trabajando desde una oficina dinámica, siempre cambiante. Fue docente de la
Universidad del Cema en Argentina enseñando finanzas, analista y asesor de reconocidas instituciones financieras, y entrepreneur