Solemos caer en la trampa de llenarnos de tareas y actuar como bomberos ante el exceso de ocupaciones. Hay un costo grande que pagas por decirle que sí a todo lo que aparece, para luego lamentarte por aceptar la carga. Otro factor que debilita la administración del tiempo, es la irrupción de los ladrones internos y externos, que te interrumpen o entretienen sin dejarte nada a cambio. Se trata de hábitos adquiridos para hacer las cosas mal y juegos perdedores que se miden en las horas que pasas en las redes sociales o mirando la TV, entre otros muchos defectos.
Lo que no debes hacer. Para hacer sólo lo que es necesario y no cargarte con la mochila de sumar tareas improductivas, realiza un cuidadoso inventario de pensar y separar lo importante de lo accesorio, lo urgente de lo productivo y dejar de lado las cosas que consumen energía innecesariamente. Este análisis te permite concentrar el esfuerzo, responder que no cuando haya que hacerlo y sostener tus prioridades.
El cerebro procesa unos 60.000 pensamientos diarios, pero no todos traen buena información. Alrededor de 90% son repetitivos, se practican diariamente y se refuerzan con cada repaso. Cuando esos pensamientos son negativos pueden alterar tu estado de ánimo y hasta tu personalidad. Para evitarlos es conveniente generar una mecánica de interrogaciones que refuercen el pensamiento positivo. Para lograrlo elige las preguntas correctas que empujan los botones de la derecha (los del hemisferio derecho). Las preguntas hacen tomar conciencia. Es frustrante tener preguntas sin respuesta, entonces la mente se esfuerza para buscar la respuesta. Y la respuesta llega justo cuando ya no piensas en ella.
Si el cerebro es tan persistente y hábil para buscar respuestas a las preguntas, entonces: ¿Por qué no hacerte preguntas que puedan mejorar tu calidad de vida? Comienza a realizarte preguntas inteligentes y con ese estilo con mayor frecuencia.
¿Qué cosas te hacen sentir orgulloso? Esta pregunta permite apreciar tus virtudes y logros. Tus hijos, tu pareja, tu carrera profesional o logros que nadie conoce o reconoce pero que son importantes para ti. Entrena tu cerebro diariamente para mantenerlo a la vanguardia de tu pensamiento.
¿A quiénes amas y por qué? El amor tiene gran alcance. Ya se trate del amor platónico, por una pareja o el amor por la familia, aprender a mantenerlos cerca o recordarlos con frecuencia, hará que tu vida tenga un sentido espiritual.
¿Qué puedo ver mientras espero? Si estás esperando en la cola, o yendo a una reunión que te pone ansioso, sé consciente de las cosas hermosas que te rodean para levantar tu estado de ánimo. Mira a la naturaleza, por supuesto, pero también la belleza del diseño humano.
¿Cómo sentirte una persona afortunada? Aprecia las cosas que tienes y sé agradecido, esto creará tu propia suerte. La gratitud es una poderosa manera de ver la felicidad y desterrar los sentimientos negativos. El mundo no conspira contra ti y podrías pensar otra perspectiva para tu vida.
¿Y si fuera la última vez? Vive cada día a como si fuera el último. Pregúntate si eres feliz con lo que tienes o haces. Tómate un día libre y piensa si realmente has hecho de tu vida lo que habías querido y qué cosas nuevas puedes comenzar a hacer.
¿Qué cosas positivas te pasaron en estos días? Si estás pensando que todo va a salir mal, recuerda las cosas buenas que pasan al mismo tiempo. Pon el acento en esos acontecimientos y momentos que te han hecho sentir realizado y feliz para que el mundo te parezca más brillante y positivo.
¿Qué puedes hacer hoy? Agrega algo nuevo a tu rutina diaria al empezar cada mañana. Una vez que hayas establecido los aspectos positivos que quieres incluir en tu agenda, ya encontrarás el modo de crear un día feliz.
¿Cómo puedes alegrar a tus relaciones? Siempre trata de buscar cosas positivas en las personas en lugar de sus defectos, pues aunque todos tenemos cosas malas en nuestra personalidad, es mucho mejor hacerte de amigos que de enemigos.
¿Qué puedes hacer por tu futuro? Recuerda que los malos días y las malas semanas no duran para siempre, aunque a veces lo sientas de esta manera. Puedes empezar a hacer algo para concretar un viejo anhelo.
¿Qué es lo que te apasiona? Esta pregunta explora dos emociones muy diferentes que a menudo puedes utilizar para motivarte: La pasión y el miedo. Siempre debes tratar de llamar a la motivación de la pasión en lugar de llamar al miedo. La pasión hace nacer el optimismo, la energía y la gratitud, mientras que el miedo acerca el resentimiento y la culpa. Trata de ser guiado por tu pasión más que empujado por el miedo.
Problemas y oportunidades. Si bien es cierto que si te enfocas en los problemas no tendrás cabeza para encontrar las soluciones, también enfocarte sólo en encontrar la solución puede limitar tu creatividad y no salir del problema. Hay modos de atención que estimulan la creatividad:
La orientación, que te brindan los datos. El cerebro necesita de información para generar conexiones. A mejor información más eficiente será la respuesta. La atención es selectiva ante retos concretos. Contar con objetivos claros y definidos, facilita las respuestas. La consciencia abierta, es entregarte a la asociación libre hasta dar con la solución. Un momento de relajación permite al cerebro recordar, idear y asociar. Llenarte de información permite descubrir lo que no viste a simple vista, pero en la fase de ideación, usa más la atención selectiva.
«La mente creativa es un don sagrado y la mente racional un sirviente fiel, por ello resulta muy curioso que hayamos creado una sociedad que, olvidando el don, haya acabado honrando al sirviente». Albert Einstein
Pensar en positivo. Cuando Pandora abrió la mítica caja sin saber que contenía todos los males, ellos se escaparon, pero pudo cerrarla justo a tiempo para atrapar a los antídotos: la esperanza y el optimismo. Para aprender a pensar en positivo hay métodos eficaces.
Escribe tus objetivos. Y al lado los obstáculos que ves para alcanzarlos. La negatividad suele reflejar un déficit en la autoconfianza. Repite estas frases: me aprecio, me acepto, confío en mí, y controla si generan resistencias. Sentirte mal revela al pensamiento negativo que lo produce.
Que sí o que no. Ir directamente al bien es más fuerte que evitar el mal, porque la opción polariza a la mente y el obstáculo termina ejerciendo una atracción fatal. Buscar directamente el bien coordina lo subjetivo con los principios rectores de la vida y del universo.
Practicar por escrito. Eso refuerza la conexión mano- cerebro con lo visual y lo táctil. La lentitud que implica la escritura del pensamiento graba profundamente la idea que se pretende inducir. La mente tiene una capacidad sugestiva que le permite transformar en acto todo aquello que decide aceptar. Sembrar pensamientos positivos es la mejor manera de ganarle el espacio a la negatividad.
El método del nuevo punto de vista: Es asumir lo contrario a algún obstáculo que traba tu objetivo. Hazlo en dos carillas, repitiendo la frase inductora sin meditar y rápidamente. Conviene practicar antes de dormir y al despertar, Ejemplo: (el supuesto es que soy cobarde)
Yo (mi nombre) soy valiente y hablo libremente
Yo (mi nombre) soy valiente y me libero del pasado.
Yo (mi nombre) soy valiente y vivo en paz.
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En los dos renglones finales resume la experiencia y asume el nuevo punto de vista. Saber cómo cambiar el marco para pensar en positivo es aplicar correctamente la ley de la siembra y la cosecha, según la cual el que siembra vientos cosecha tempestades.
*CEO de ILVEM. Mail de contacto: [email protected]