Puede parecer extraño pensar en el golf como un deporte que vaya más allá de la diversión y el relajamiento y considerarlo como un incentiv de negocios o promotor de la productividad en una empresa. Curioso, pero sí, lo es. La relación entre golf y negocios existe y además es fructífera.
El propio multimillonario, Donald Trump lo señala en su libro “Cómo hacerse rico”. Trump declara: “fui a jugar golf a uno de mis campos, algunos creerán que estoy perdiendo el tiempo, pero lo tomo como un trabajo y disfruto mucho haciéndolo. Un día jugando se me acercaron cuatro personas que deseaban formar parte del club de golf. Les dije que la membresía costaba 250 mil dólares y ellos me hicieron un cheque cada uno. Esa tarde volví a mi casa con un millón de dólares y todo por haber ido a jugar golf”.
Por ello, la Universidad Camilo José Cela de Madrid elaboró un estudio al respecto llamado “El golf cotiza en la bolsa”, donde se demostró que las empresas en las que sus principales directivos practican este deporte ven incrementar el valor de sus acciones con mayor rapidez que las empresas cuyos ejecutivos no juegan.
¿Cómo puede suceder algo así? Según expertos, la práctica de golf relaja a las personas y les permite olvidar las preocupaciones de la oficina: una ronda de golf implica estar al aire libre por lo menos cuatro o cinco horas, caminar a paso rápido por lo menos seis o siete kilómetros, todo lo cual es excelente para la salud de un individuo.
Así, cuando directivos de distintas empresas se reúnen a jugar, nace en el césped una camaradería y confianza que luego se traslada a terrenos financieros.
Por eso no extraña a nadie que muchos de los grandes acuerdos, alianzas o ventas empresariales surjan ahí, mientras las personas tratan de meter la bola en los agujeros.
El deporte de la ‘elite’
Lejos ha quedado la idea de que el golf es un deporte extremadamente refinado y sólo para las clases altas. Lo podemos ver sólo con uno de los más grandes íconos mundiales en la materia: Tiger Woods, quien es capaz de atraer a grandes masas a ver sus partidos.
Dentro de la popularidad del golf no están ausentes ejecutivos de diferentes rangos, quienes conciente o inconcientemente entrenan las habilidades directivas en cada uno de los partidos.
En España, por ejemplo, específicamente en la Academia de Golf de La Manga Club los ejecutivos consideran que aprender este deporte no sólo es un valor añadido a sus conocimientos profesionales sino cada vez más indispensable en el mundo de los negocios en el que se mueven.
¿Quién te dice si en el césped puede estar el cliente que has estado esperando por años?
Fuente: www.altonivel.com.mx