Hace algunos años, una de las más reputadas organizaciones que dirigía estudios de opinión pública, hizo un estudio de un grupo representativo de personas respecto a sus hábitos de ahorro y sus objetivos. Uno de los puntos más elementales con los que se encontraron fue que prácticamente no había ninguna persona que no pensara que no es una buena idea ahorrar dinero. Descubrieron que la gente quiere ahorrar tanto como sea posible, pero que a la vez quiere disfrutar de su vida al máximo. Y no tiene muy claro cuanto puede permitirse en sus presentes y futuras necesidades. Estas dos ideas básicas a menudo chocan, y por lo tanto la gente generalmente sigue un compromiso práctico e intenta ahorrar tanto dinero como puede, así como reservar una cantidad razonable del mismo para los placeres diarios.
El informe señala que el objetivo más importante es proveer una cantidad de dinero para emergencias, con el fin de usarlo en caso de posibles enfermedades prolongadas o desempleo. Partiendo de estas emergencias, no se pueden determinar a priori, el dinero para las mismas es entonces disponible para otros beneficios futuros específicos.
Aquellos que ahorran para contrarrestar posibles enfermedades o minutas de médicos tienen en mente que hay un amplio espectro de seguridad en el pago de tales obligaciones, así evitan la inseguridad de deudas impagas y el consiguiente deterioro de su reputación. Seguramente la gente que ahorra para iniciar un negocio, para alguna emergencia, o para pagar una hipoteca tiene en mente algún concepto de seguridad. También buscan la gratificación de placeres temporales – ahorrar para un coche nuevo, ropa o vacaciones, o cualquier lujo que pueda tener una base ética y que no hemos de clasificar necesariamente, como extravagancia. Sin embargo, no los podemos considerar como elementos en un programa de seguridad.
Destacan dos objetivos en el ahorro por su amplio campo de uso: la pensión de jubilación y la educación de los hijos.
Referente a la educación de los hijos, la mayoría de la personas no tiene un plan especifico de ahorro. En lugar de esto, dispone de una especie de reserva general de dinero, que espera no tener que usar antes de necesitarlo para los gastos de escolaridad superior.
En relación con los fondos de educación, muchas personas creen que es más importante la seguridad de sus depósitos de dinero que su liquidez.
Los seguros de vida y los ahorros destacan como los medios más importantes de colocar dinero aparte.
Entre las ventajas que ofrece el seguro de vida, hay una que permanece oculta a la vista. La gente compra un seguro de vida para cubrir dos obligaciones, – una hacia los familiares y personas a su cargo, la segunda hacia ellos mismos -. Con cualquier producto del seguro de vida, excepto el seguro temporal, la gente que altruistamente busca proteger a sus familias, automáticamente protege su propia vejez. El mismo programa del seguro de vida que descarga su responsabilidad hacia la familia resuelve problema de las obligaciones consigo mismo.
Así, uniendo estas dos responsabilidades, encontraremos la razón de porque el seguro de vida va mas allá en la ayuda para superar la debilidad de los ahorros a lo largo del plazo. No podemos olvidarnos de prever seguridad para nuestra vejez, sin olvidarnos del futuro de aquellos a quienes amamos.
Efectivamente, uno de los requisitos previos necesarios para extender el conocimiento del seguro de vida es señalar la contribución que hace al ahorro.
Como ayuda al ahorro, el seguro de vida es indispensable.
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