Recientemente estuvo en Bogotá como profesor visitante de la escuela de verano de la Universidad de los Andes. Para Chandrasekar, el emprendimiento tiene todo que ver con la capacidad de agarrar las oportunidades cuando estas se presentan y ello es lo que se les debe enseñar a los alumnos.
D — ¿Los emprendedores nacen o se hacen?
– Esto es algo que la gente siempre me pregunta y, en esencia, se refiere a si el emprendimiento puede enseñarse. La respuesta es: no se enseña cómo ser emprendedor pues es muy difícil, ya que para convertirse en uno muchas cosas deben ocurrir en el mismo lugar simultáneamente.
Lo que sí se hace es enseñar bajo la premisa de que las oportunidades golpean en la puerta de una mente preparada. Por una parte, se puede hacer conciente al estudiante del concepto de emprendimiento de modo tal que cuando vea una oportunidad la pueda tomar. Por la otra, se puede enseñar también la forma de crecer y ser exitoso una vez se está en la etapa del emprendimiento.
Como profesores no nos interesan las personas que se ven forzadas a convertirse en emprendedores porque no tienen nada más que hacer. Lo que queremos son emprendedores que empiecen un negocio, lo crezcan, generen empleo y contribuyan con la sociedad.
D — En Colombia, la Ley de Emprendimiento obliga a los colegios a enseñar emprendimiento a los niños. ¿Está de acuerdo con esto?
– Ciertamente. Creo incluso que los padres deben criar a sus hijos con un enfoque empresarial porque de lo que se trata al final es de encontrar soluciones únicas a los problemas. Poder manejar los recursos, que son escasos, y poder juntar a la gente para que trabaje con una meta común. Todos estos son elementos de emprendimiento. No hay por lo tanto ninguna restricción en cuanto a la edad en que debe enseñarse y, entre más jóvenes, mucho mejor. Ser emprendedor es todo un placer. Por ejemplo, es maravilloso ver a los niños en Estados Unidos ganando dinero, repartiendo periódicos o vendiendo limonada en las esquinas durante las vacaciones. Todo esto es emprendimiento.
D — ¿Cuál es el enfoque que usted le da a su cátedra de emprendimiento como profesor visitante en la Universidad de los Andes?
– Yo enfoco el curso en la dimensión del cambio. El emprendimiento tiene que ver con saber aprovechar las oportunidades y lo que más contribuye a las oportunidades es un entorno cambiante, una sociedad cambiante o un mercado cambiante.
En este curso hablamos de los mercados emergentes. Los mercados emergentes que, como el de la India, tienen un alto grado de cambio dinámico y por tanto presentan oportunidades a todo nivel. En este contexto, enseño las dinámicas del emprendimiento y muestro lo que está pasando en India y cómo un mercado cambiante trae oportunidades y cómo la gente las ha aprovechado.
D — Pero, ¿que es lo que debe saber un emprendedor para ser capaz de aprovechar estas oportunidades?
– Hay algunas herramientas básicas, como el concepto de planeación inducida por el descubrimiento. Cuando se introduce en un mercado nuevo una idea nueva es muy difícil saber cuál va a ser el resultado, pero de todas formas se tiene la sensación de que se va a tener éxito. Entonces, hay que empezar al revés.
Primero se fija el objetivo y se hacen supuestos acerca de lo que se necesita para alcanzarlo. Lo mismo que harían unos padres cuando se proponen que su hijo se convierta en el mejor jugador de tenis del mundo. Los padres hacen una serie de supuestos para lograrlo, como por ejemplo, cuánto dinero se va a invertir, durante cuántos años, el tipo de entrenador que deben contratar, cuántas horas diarias, etc. También se imponen diferentes metas a lo largo del camino, como por ejemplo ganar una serie de competencias para poder determinar qué tan bien van hacia el logro del objetivo. Revisan los supuestos iniciales e introducen nuevos elementos.
D — ¿Cree usted que para iniciar un negocio es indispensable tener un plan de negocio?
– Definitivamente sí. ¿Qué es un plan de negocio? Es la articulación de lo que se quiere hacer hacia adelante. Habiendo dicho esto, quiero enfatizar que un plan de negocio no es un documento estático, es muy dinámico y va evolucionando en la medida que se hace exitoso. Es muy probable que cuando se mire hacia atrás, una vez alcanzado el éxito, se dé cuenta de que lo logrado no tiene nada que ver con el primer plan de negocio que se hizo.
Este es un aspecto de los planes de negocios. Otro es que ellos toman diferentes formas de acuerdo con el grupo de interés al cual van dirigidos, con el fin de que estos entiendan qué es lo que se quiere hacer. La forma como se presenta el plan de negocio a un inversionista es muy diferente de la que se utiliza para presentarlo al equipo que quiere construir para que compren la idea y se comprometan.
D — ¿Qué sigue después de haber elaborado el plan de negocio?
– El emprendimiento empieza con una idea o una innovación. Pero, para que estas puedan ser exitosas, necesitan del descubrimiento de una aplicación. Por ejemplo, un científico hace un gran descubrimiento, pero este solo es exitoso si alguien es capaz de utilizarlo para algún propósito práctico, como fue el caso de Steve Jobs con el MP3.
Por lo general, existe una distancia enorme entre quien tiene la idea o la innovación y quien puede darle un uso. Este último es el que tiene el conocimiento del mercado y es por ello que se requiere un buen equipo. Al final, para que un emprendedor triunfe tiene que encontrar un mercado que encuentre valor en lo que le está proporcionando. Si no hay valor no hay precio. Un emprendedor debe saber de mercadeo, finanzas y estrategia. Hay que hacer un prototipo, ver en qué mercado se puede vender, venderlo, presentarlo a los diferentes grupos de interés, comprometerlos y luego conseguir el financiamiento inicial.
D — ¿Cómo es el apetito de los inversionistas por los proyectos de los emprendedores en la India?
– El mercado es muy dinámico. Prácticamente todos los jugadores de venture capital en Silicon Valley, en el Reino Unido y en el mercado europeo tienen presencia en India. Dicho esto, debo anotar, sin embargo, que el problema más grande, como en todas partes del mundo, está en la primera etapa del financiamiento. Para esto se necesitan inversionistas ángel o lo que yo llamo el financiamiento de confianza que los pueda llevar al mercado. Detrás de los planes de negocios hay mucho trabajo.
D — ¿Cómo puede superarse el problema de financiamiento inicial?
– En esta fase, los recursos del gobierno deben jugar un papel importante. Es el caso en la India. Estoy en un programa con el Departamento de Ciencia e Investigación que pertenece al gobierno y creamos el programa Promoción del Emprendimiento en Tecnología. Si alguien tiene una buena idea, le otorgamos el financiamiento inicial para que la pueda desarrollar.
D — ¿Cuánto dinero le dan?
– Los financiamos en distintas etapas. Para hacer el prototipo les damos US$20.000, porque no hay un placer comparable al de ver algo funcionar.
D — ¿Cómo seleccionan las ideas?
– Hay un comité que lo hace. Está conformado por gente como yo que viene de todas partes del país. Profesores de tecnología o de industria. Por ejemplo, si llega una idea que tiene que ver con química y no sabemos del tema, la enviamos a la persona encargada de los laboratorios químicos del gobierno. Ellos determinan si la idea tiene o no potencial.
D — ¿Cuál es la tasa de éxito?
– Relativamente alta, porque en los mercados emergentes no estamos buscando innovaciones disruptivas ya que sabemos que es posible que no las logremos.
D — ¿Qué es una innovación disruptiva?
– Para mí, es una innovación que cambia radicalmente la forma de hacer algo, como por ejemplo el I-pod o Skype. Para el profesor C.K. Prahalad, es cualquier innovación que cambie las condiciones de un grupo de la sociedad. Por ejemplo, el acceso a una lavadora de ropa.
D — ¿Cuál es su opinión sobre el emprendimiento en Colombia?
– Yo creo que hay bastante interés en el tema y en particular en el emprendimiento social. En mi clase, dediqué un tiempo largo a hablar acerca de que las compañías no solo se crean por razones de lucro sino también por un valor social.
Esto es algo que el Gobierno debería aprovechar, crear un programa y conseguir los recursos. También debería seleccionar un grupo de personas con mentes abiertas que estén dispuestas a donar parte de su tiempo y contribuir con esta causa.
Fuente: Revista Dinero