En este mundo global y a veces convulsionado, la flexibilidad es lo que se impone como regla para poder mantenernos enfocados en la productividad de las organizaciones. Sin embargo, muchos gobiernos –incluyendo los gobernantes de las empresas, con sus diferentes nombres y roles: COO, CFO, CIO, Gerente General, Jefes, etcétera- a veces se sienten perdidos en la gran maraña que entrañan hoy las relaciones humanas, además de la complejidad de la propia actividad.
Además de asegurar y sostener en el tiempo la práctica de la sustentabilidad en sus operaciones como una forma de mantener en marcha las cosas, se van perdiendo algunas prácticas que sería conveniente recuperar en todos los niveles, tendientes a la humanización de los negocios. Y, en un sentido más amplio, es lo deseable en todas las relaciones humanas.
El mundo de los negocios y de las empresas, de las organizaciones sin fines de lucro y de los gobiernos se trata de relaciones. Todos somos seres humanos, y vivimos nuestras pequeñas batallas cotidianas. Si aprendemos a gestionarlas convenientemente, podemos lograr atravesarlas no sólo con éxito, sino con bienestar propio y para nuestros equipos, y con felicidad interna, esa que nace de las entrañas.
Estos cinco pasos podrán ayudarte a revisar cómo estás moviéndote hoy y aquí; te invito a probarlos; a adaptarlos a tu filosofía organizacional y de vida –en tu familia, con amigos, con tus vecinos-. No es una fórmula, pero sí la base para que puedas convivir en equilibrio y mantenerte entero más allá de los problemas y las crisis.
1. Escucha
Estamos acostumbrados a decir nuestra parte. Somos como autómatas repitiendo lo que creemos que es justo. Los que tienen mayor poder de decisión consideran que están en un nivel tal, que si se detienen a escuchar en demasía a su gente y a su entorno, se perderán de valiosas oportunidades. La prisa es lo que los lleva a proceder de esta forma. Escuchar significa conectarse desde dentro. No es simplemente fingir que escuchamos al otro, sino que necesitamos recobrar la mirada sincera hacia el otro, reconocerlo como ser humano viviendo su propia experiencia. Conectar, en definitiva, con el alma y el corazón, para desde allí producir las transformaciones o dar nuestro punto de vista.
2. Observa
Este paso es clave, ya que es muy distinto al mirar y ver. Observar nos coloca en una posición de aproximación atenta para no perder detalle de lo que pasa frente y alrededor nuestro; nos permite ir más allá y proyectar el impacto que tiene cada decisión que tomemos. Al observar, abrimos un espacio de perspectiva, para ver más allá del árbol desde el que muchos seres humanos acostumbran a conectarse y comunicarse. La famosa cita “ver más allá del árbol nos permite observar el bosque” es lo que resume esta instancia. Elévate por sobre las situaciones, dales la vuelta, toma tiempo para recorrer perspectivas. Y si es posible, hazlo acompañado: el camino es más entretenido, vital y se transforma en una aventura compartida de crecimiento y descubrimiento.
3. Acciona cuidando tu actitud
Quedó atrás el tiempo de la polarización de la actitud positiva y negativa. ¿Sabías que se necesitan al menos 33 pensamientos positivos para intentar neutralizar sólo 1 pensamiento negativo? Entonces, colócate en situaciones difíciles asumiendo una actitud neutral. Toma vuelo para no participar activamente en las discusiones: más bien escucha, contempla y desde allí, una vez que tengas toda la información, puedes iniciar la acción. La actitud neutral es esencial para encontrar el equilibrio vital que te permite cargar energía para salir de las situaciones más complicadas de la vida, incluso en el mundo del trabajo. No es una actitud pasiva. Es como la PAZ: es un proceso activo dentro de cada uno. Y necesitamos reafirmarlo a cada momento para no desviarnos ni distraernos.
4. Sigue el Propósito
El propósito es el punto de encuentro entre lo que haces, lo que eres bueno, por lo que te pagan y lo que te hace feliz. Entonces, cuando te encuentras en ese corazón de sentido de la vida, aparece espontáneamente la información y la experiencia que necesitas que sea revelada para mantenerte enfocado. Un ejemplo práctico: más del 80% de las empresas tienen problemas de comunicación interna en todos los niveles. ¿Por qué? Porque no está claramente explícito el propósito de cada decisión que deben tomar. Esto incluye la delegación de tareas. Ahora que tienes la herramienta a mano (explicar claramente el propósito de cada cosa a lograr) ya sabes cómo puedes ser más asertivo.
5. Silénciate
Finalmente, no hace falta ponerle tantas palabras a las cosas. Llámate a silencio si no hay nada muy relevante que comentar ni comunicar. Deja de llenar el tiempo con contenido vacío, informes sin sentido. Simplifica los procesos al mínimo: ganarás en efectividad. No tires combustible en las discusiones: si alguien gana, significa que alguien pierde. El ganar = ganar tan célebre es posible de lograr, si dejamos de lado una cuota de orgullo propia de los individuos, para pasar a otra instancia colaborativa, que es, definitivamente, mucho más profunda, duradera y enriquecedora.
Daniel Colombo. Con más de 30 años de experiencia, desde sus comienzos en radio a los 8 años, es comunicador profesional, escritor y coach especializado en desarrollo de carrera y alta gerencia. Ha sido Gerente de Marketing y Comunicaciones en empresas multinacionales y argentinas; creador de emisoras de radio, canales de TV (incluyendo populares marcas a nivel global), periódicos, portales, y presidente de su propia consultora de comunicación en Argentina durante 20 años. Tiene 14 libros publicados. Entrena voceros en motivación, liderazgo y espiritualidad en la empresa; es un reconocido líder en formación en media-coaching, oratoria y comunicación estratégica. Ha realizado más de 2500 proyectos para todo tipo de marcas, servicios y gobiernos, y dictado más de 500 conferencias, talleres y workshops en 18 países.
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