Pregunto con curiosa inquietud. ¿Qué tanto estamos haciendo por la innovación? ¿Por las ideas? ¿Por la divergencia?. Más allá de las propias elucubraciones de un editorial voy a proponer algunas pequeñas acciones «de campo».
Las empresas buscan ideas desesperadamente.
Whirpool tiene un grupo de medio millar de empleados pensando nada más que en nuevas ideas.
En Shell Oil cualquier empleado goza del derecho de disponer de 10 minutos para presentar un «Power Point» a un jefe.
General Electric acaba de lanzar el Desafío Ecoimaginación donde busca ideas de investigadores, emprendedores, start up. No importa el lugar del mundo donde estés. Si estás trabajando en «temas verdes» GE quiere escucharte.
Yahoo! quiere escuchar las buenas ideas de los hackers
Movistar apoyará las mejores 10 ideas de un Campus Party.
La lista podría hacerse mucho más extensa aún….
Claro que, como dice Henry Chesbrough (el creador del concepto open innovation ) «sin fracaso empresarial no hay innovación». El mensaje es simple: puedes recolectar todas las ideas del mundo pero si no corres el riesgo de que ellas «fracasen y triunfen», «triunfen y fracasen» no dejan de ser una entelequia. Un «jugar a la innovación». Ya no se trata entonces de cuantas ideas eres capaz de recolectar sino más bien cuantas eres de capaz de implementar y en que velocidad lo hacés.
El cuidado de la gestión (entre ellas la gestión de ideas + la gestión de la innovación) es vital. Triste sería arribar a la conclusión que nos movemos en dirección a una de las frases célebres de Peter Drucker: «90% de lo que llamamos gestión consiste en dificultarle a la gente la posibilidad de que pueda hacer cosas».
Pero… ¿qué pasa puertas adentro? Quiero enfocar algunas ideas en la productividad intelectual de quien le toca desempeñar el rol de «empleado».
El «empleado ( obrero ) desea ser empleado (utilizado en el buen sentido)»; empleado para opinar; empleado para sugerir; empleado para crear; empleado para imaginar. Siendo empleado para tales tareas se eleva sobre sí mismo para erigirse en un verdadero hacedor de la empresa.
Y, como la idea final es «producir impactos de campo» hay algunos tips que se pueden implementar YA. Que animarán el espíritu creativo de nuestra gente.
Me preocupa el hecho de que si una idea buena que viene a la mente y no fue «capturada» no vuelve jamás. Dejar escapar esos «insights», esos «eurekas» (tan solo porque estás desempeñando una tarea «rutinaria») me sabe a un terrible desperdicio. Como ejecutivo te propongo que obsequies a cada uno de tus empleados un pequeño block (tipo post-it) donde cada vez que surja una idea puedan «distraerse dos segundos», dejar anotada la idea en dos o tres palabras claves, y volver a la tarea. Tendrás una «recolección de ideas» jamás imaginada.
Sería muy divertido que cada uno de esos post-it puedan ser pegados en las puertas de los ejecutivos. Una práctica tan básica, tan elemental, permitiría sin embargo, que ninguna idea «por dentro de la organización» corra riesgo de escaparse. ¿Cuantas ideas huyen por día? Huyen porque no supimos capturarlas. Huyen porque no nos animamos a seducirlas. Lo más grave quizá sea, que ni siquiera tenemos conciencia (institucional) de ello.
Un empleado escuchado en sus ideas se siene valorado. Y si son implementadas, se siente comprometido, importante.
No conozco todavía a ningún ser humano que no desee ser valorado, que no necesite sentirse importante.
Por el motivo que sea: motivación, autoestima, productividad, empatía…. necesitamos empresas de «Si tienes una idea…que no escape»; empresas del estilo: ¡ Si la pensaste…contala !
* Prof. Germán Castaños. Creativo. Consultor en creatividad. www.ideavip.com.ar.
Para diseño creativo de productos o servicios, acciones de marketing, publicidad, disertaciones, talleres o desarrollo del potencial de creatividad individualizada: [email protected]