El escritor inglés, Daniel Tammet recitó en Oxford durante cinco horas continuas la constante matemática pi (3.1416) con 22 mil 514 decimales en el año 2004. La memoria humana es fantástica, además de muy valiosa. Pero comparativamente se instala un interrogante: ¿podemos estar generando ideas nuevas durante cinco horas sin detenimiento?
La neurociencia nos dice que tenemos entre 30mil y 70mil pensamientos diarios. ¿Cuántos de ellos son verdaderamente originales? ¿Cuántos imaginativos?
Nuestro arsenal cognitivo no está recortado a unas escasas 200-300 neuronas como los invertebrados. Nos asisten más 100 mil millones de neuronas. ¿Estamos haciendo todo lo posible para, utilizando la jerga arquitectónica, «poner en valor» el sistema cognitivo hacia la divergencia y la imaginación creativa?
Nos excusamos en los bloqueos creativos para esconder carencias de ideación. Ahora bien, para que exita un bloqueo creativo es condición necesaria que primero haya existido un fluido creador. ¿Estamos seguros que todos los individuos contienen esa mágica cualidad de fluidez conceptual creativa?
¿Cómo asistir a sesiones de lluvia de ideas o de pensamiento lateral desprovistos de las herramientas más primitivas que le den éxito a las mismas? Es como asistir a un recital de música con los oídos taponeados. A su vez, y para continuar con las analogías, esperar a un brainstorming o cualquier técnica de creatividad para tener ideas es como esperar un clima de 25 grados, sin viento ni humedad para hacer actividad física al aire libre.
Teniendo 70 mil pensamientos diarios ¿necesitamos forzar pensamientos creativos extras? Claramente no estamos usufrutuando esa «masa crítica» de pensamientos. Algo estamos haciendo mal en el pensamiento de la cotideaneidad.
La lluvia de ideas es un proceso grupal para el ejercicio de la ¿supuesta? creatividad. Uno asume tener dotes creativas al momento de un brainstorming. Las personas desempeñamos aún (y lamentablemente) largos momentos del día en la individualidad de la tarea o en el trabajo en equipo pero desde un tarea estilo Taylor/Ford. Si esos momentos de individualidad son potenciados y desarrollados los individuos accederían a las lluvias de ideas con competencias más adecuadas. El gran error del brainstorming es dar por hecho que con el acceso a esta plataforma de generación de ideas alcanza. La realidad demuestra que es necesaria una preparación y ejercitación en dotes creativas individuales para desplegar todo el potencial que puede aportar una sesión colectiva.
El fin del brainstorming no es el cultivo de la creatividad (aunque puede considerarlo como un objetivo secundario que se desprende del primero) sino más bien como una herramienta destinada a PRODUCIR IDEAS EN GRANDES VOLUMENES. Y el requisito para producir un volumen apreciable de ideas (con el relativo grado de originalidad necesaria) es la creatividad conceptual. Esto no es el dilema del huevo o la gallina. Primero Creatividad, más tarde Lluvia de ideas.
Cuando se hacen encuestas a la gente en que lugar obtienen las mejores ideas los encuestadores buscan intencionalmente cual es el entorno creativo más productivo entre trabajo y no trabajo. Lo que no buscan pero puede inferirse perfectamente cuando las respuestas son: “en la ducha”, “caminando” es que, en ningún momento contestan “haciendo un scamper” “generando un mindmapping”. O sea, las buenas ideas se le ocurren en la vida real haciendo actividades de la vida real.
Si bien ha habido grandes avances respecto de la adopción creativa aún no hemos llegado a una “masa crítica” y a una democratización e inclusión masiva de la creatividad.
El gran desafío del siglo XXI es extender masivamente la creatividad por las neuronas de la humanidad, visión que incluye por obvia pertenencia a los empleados de nuestra empresa, para así poder extraer de los 70 mil pensamientos diarios y sin la necesidad de artilugios intelectuales, disfrazados en forma de técnicas, los nuevos pensamientos que le otorgarán un nuevo sentido al mundo, a las empresas, a las personas y a los intervínculos entre todos ellos.
• Prof. Germán Castaños. Creativo. Consultor en creatividad. www.ideavip.com.ar.
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