Veamos dos historias.
Apple está en el mejor momento de su historia. Tras la disrupción provocada por el iPod en 2001 se le sumó la realizada por el iPhone en 2007 (por estos días se han superado el millón de ventas de la segunda versión con 3G entre otras tecnologías).
Microsoft está ¿en el momento más complicado de su historia?. No innovar radicalmente en los navegadores le está haciendo perder terrenos en proporciones cada vez mayores frente a Firefox de la fundación Mozilla.
Pero innovar también le está trayendo problemas y dolores de cabeza.
Recientemente, el vicepresidente de marketing de Windows Vista ha reconocido que con ese producto “han traído más de un dolor de cabeza”, sintiéndose avergonzados del producto y prometiendo soluciones en un corto plazo.
Ahora bien, el iPhone también ha presentado problemas. Por ejemplo: las actualizaciones de la primer versión son queja frecuente de los “early adopters” del terminal de Steve Jobs.
Y ahora llegan las preguntas:
¿Es el sentimiento de evangelismo de la marca lo que provocan que se perdonen fallos en algunas marcas y se condenen en otras?.
¿Innovamos de manera radical o incremental?
¿La innovación no es nada sin una estrategia de marketing?
¿El marketing por sí solo resuelve los problemas de fallas en la innovación del producto hasta llegar a una versión mejorada 2.0?
¿Esperamos para innovar o innovamos sin cesar?
¿Tomamos la delantera de nuestros competidores o esperamos sus fallas y salimos al mercado con un producto mejorado?
Se acabaron las respuestas de manual.
Las recetas de gurús se vencen cuál productos perecederos como la leche o el yogurt.
Cada día estoy más convencido de mis dudas.
Prof. Germán Castaños. Creativo. Consultor en creatividad. http://www.ideavip.com.ar/.
Para diseño creativo de productos o servicios, acciones de marketing, publicidad, disertaciones, talleres o desarrollo del potencial de creatividad individualizada: [email protected]