El mayor desafío es pasar de un crecimiento sostenido por la mano de obra barata, que da ventajas competitivas sólo por un tiempo, a uno basado en la alta productividad y la innovación. Esto requiere fuertes inversiones en un sistema educativo de calidad que fomente la creatividad y apoye los avances científicos y tecnológicos que redunden en beneficios para la economía.
La trampa de los ingresos
Hace 50 años había 101 países con ingresos medios y solo 13 dieron el salto a los ingresos altos. En el siglo 20 estaban todos en una escalera mecánica pero hoy se volvió una cinta de correr. La mayoría no puede salir y nunca llegan al desarrollo.
Son como un auto en el barro cuya rueda gira siempre en el mismo lugar, enterrándose cada vez más. Los países que mejoraron en el siglo 20 lo hicieron con menos inversión en investigación y desarrollo, en educación y en tecnología; factores que hoy son imprescindibles. Tienen mayor costo de mano de obra, su tecnología es inferior, y eso los lleva a que queden atrapados.
Cómo salir de la trampa
Es necesario pensar qué hacer hoy para llegar a la meta dentro de 10 años, no qué hacer en este año. Se esperaba que después del éxito de Singapur, Hong Kong y Corea, Malasia e Indonesia hicieran lo mismo, pero no fueron lo suficientemente ricos, ni tuvieron la productividad y competitividad suficientes. Cuando se pasa de pobre a clase media la aceleración se frena. Esta idea de los ingresos medios se basa en la macroeconomía.
La paradoja de Tocqueville
Señala que al salir de la pobreza y ser clase media, igualmente no se pueden acceder a ciertas cosas. Los servicios son malos, se generan demandas de los sectores sociales que a veces terminan en conflictos fuertes. En Argentina generan una demanda sobre el sector público que no está en condiciones de responder y la respuesta populista es que se paguen esas demandas a expensas de la inversión, los servicios, la educación; cosas que son menos visibles al momento de votar. Cuando las decisiones pasan del largo plazo a satisfacer estas demandas, se genera estancamiento, porque generan déficit fiscal, y se desinvierte en desarrollo.
El gobierno reorienta la asignación de recursos
Así pierde impulso el crecimiento, y se generan pobreza y exclusión. Y a la demanda de la clase media se suma la de los pobres.
No alcanzan los fondos y puestos a priorizar, deciden sacrificar a algún sector. Entonces le cobran más impuestos a lo que queda de la clase media alta. Ya no en un estancamiento sino un decrecimiento y todos son cada vez más pobres. Y va a seguir así porque el Gobierno no tiene cómo financiar las transferencias que hace a la clase media baja y la los sectores vulnerables.
Y el único camino que le queda para ganar elecciones es ponerle más impuestos a la clase media alta que de ese modo se descapitaliza. Es un proceso implosivo, el producto cae y se termina liquidando los inventarios, es decir carneando a la vaca lechera.
Quiénes son los dinosaurios y quiénes las marmotas
En el micro cuento de Augusto Monterroso decía: «Cuando desperté el dinosaurio seguía allí». Y el dinosaurio es nuestro subdesarrollo. Estamos cada vez peor y sin intentar resolver los problemas. Y somos las marmotas porque estamos dando vueltas en círculos viciosos y volvemos a repetir conceptos y políticas que ya fracasaron y que no nos llevan a ninguna parte. El desarrollo es un ejercicio de cooperación. ¿Cómo se sale? No individualmente. La solución es por arriba, con líderes que se comporten de otra forma, empresarios que demuestren que no todos son iguales. Lamentablemente no tenemos líderes que estén a la altura de las circunstancias.
Las pruebas PISA de la OCDE
Los países con mejor educación tienen mayor bienestar económico. Las pruebas de Pisa muestran qué es necesario mejorar el capital humano. Para mejorar la educación el factor más importante es la familia y sus circunstancias. El segundo es el profesor. Hay que pensar cómo mejorar su formación, motivarlo y pagarle mejor.
Lo preocupante en América latina según PISA (Programa Internacional de Evaluación Estudiantil) es que los países no lo admiten pese a que están entre los últimos de las 65 naciones participantes. Las pruebas PISA miden el conocimiento de los jóvenes en matemáticas, ciencia y lectura. En matemáticas, la ciudad china de Shanghai salió 1ra, seguida por Singapur, Hong Kong, Taipei, Corea del Sur y Japón. Más abajo están Suiza (9), Finlandia (12), Alemania (16), Francia (25), España (33), Rusia (34), Estados Unidos (36), Suecia (38), Chile (51), México (53), Uruguay (55), Costa Rica (56), Brasil (58), Argentina (59), Colombia (62) y Perú (65).
La educación es la industria pesada de cualquier país ya que fabrica ciudadanos.
Si no conoces la causa de tu problema esa es la causa
Si un país rico como Argentina fracasó conviene comparar su sistema. ¿Cómo hicieron algunos países para estar primeros en educación y cómo hizo Argentina para estar entre los últimos? Y en economía, ¿cómo hicieron los países sin recursos naturales para convertirse en potencias y cómo hizo la Argentina potencia de los años 20 del siglo XX para convertirse en una fábrica de pobres? La pregunta la responde Finlandia. Hace años afirmaron que eran muy pobres como para no invertir en educación e hicieron de ella su política de estado. Los maestros son las estrellas de la sociedad. Ahora para ser maestro hay que tener título universitario, para estudiar no hay que ser rico y todos tienen igualdad de oportunidades. Hace 100 años Finlandia era pobre y Argentina una potencia.
Los docentes son claves para la recuperación
Hoy los jóvenes no saben leer, escribir, ni manejarse con números. A los 15 años salen al mercado de trabajo, sin educación y obtienen trabajos de baja calificación, baja productividad y menor salario. Se precisa un enfoque más de sector o de algún producto, estrategias ‘mission driven’, como cuando se trazó la meta de llegar a la Luna y se hicieron tareas previas con ese objetivo. Argentina en los 90 decidió aumentar la calidad del Malbec para poder competir en mercados internacionales y eso se hizo con el Gobierno y con los productores. Tenían la meta definida y se habló de qué hacer año a año para llegar. En eso, la colaboración público-privada puede tener impacto.
Muchos de los países que están en la trampa exportan recursos naturales lo que no requiere mano de obra muy capacitada, pero si más tecnología y es una manera de aprovechar los recursos que ya existen, donde el país tiene más ventajas, como el caso de la soja, que Asia importa. Está lo que llaman la agricultura de precisión. Hay que formar a la gente, es una inversión a10 años. Hay que pensar quiénes podrían apoyar, que debería ser básicamente el Estado. Y hay que pensar cómo hacerlo
Los países que están en la trampa son democracias
Los gobiernos cambian, y hay que pensar políticas a largo plazo. Un pacto o colaboración con esa idea con la meta de llegar a un objetivo. Por eso se trata de un proceso político previo a todas las iniciativas económicas.
Hay que ver cuáles fueron las experiencias exitosas y hay casos de países que estaban retrasados e hicieron un gran esfuerzo de concertación entre gobierno, trabajadores, sindicatos y empresarios. Y este tipo de colaboración sale de lo partidario; no es liberal o de izquierda, sino sectorial. Hay que proteger a los trabajadores. Se pueden bajar las indemnizaciones y aumentar el seguro de desempleo, pero es muy difícil. Es otro problema de carácter político.
La corrupción sistémica
Hace un siglo Rusia abarcaba todo, una inmensa superficie bajo control de un único zar que fue quien rigió los destinos del imperio. Al salir de la normativa rusa, Finlandia logró ubicarse entre los primeros en el ranking mundial de anticorrupción junto con los países escandinavos, y ser el país más feliz del mundo. Argentina está en el puesto 78 en el ránking de 180 países de Transparencia Internacional y Rusia está en el puesto 129.
La influencia sueca
Su histórico derecho a la apelación es una muy buena explicación de la igualdad ante la ley en la sociedad finlandesa de hoy, Otro factor que prolongó la impronta sueca fue que tras la ocupación rusa, el emperador Alexander I (1777-1825) permitió conservar la forma de gobierno y la religión luterana. Finlandia se convirtió en un Gran Ducado con su propio gobierno. La frustrada rusificación fortaleció la identidad y los valores finlandeses.
Hay una raíz común con los valores de los otros países nórdicos en los pilares la lucha contra la corrupción: la defensa de la democracia y de los derechos de los ciudadanos, la igualdad ante la ley, así como la apertura y la transparencia en la administración del Estado. Entre las claves de Finlandia, las instituciones públicas son confiables, con premios y sanciones para los funcionarios. También existe una vigilancia estricta y además una prensa independiente.
La resistencia activa de la población terminó llevando a la declaración de la independencia de Finlandia en 1917 y provocó un efecto acción-reacción fortaleciendo la identidad propia con banderas que Rusia había puesto en peligro: instituciones locales autónomas con una Dieta de representación diversificada, la afirmación de la ética luterana de la austeridad y el trabajo duro, y medios de comunicación independientes. No se trata de una fórmula. Pero buscar la eficiencia en la administración, desarrollar la ética del servicio civil, y contar con instrumentos de control independiente, pueden ser áreas para capacitarse y desarrollar en cualquier nación.
La contradicción principal es capitalismo o pobrismo
Ahí se juega el destino de un país que no deja de autodestruirse. La iglesia ayudó a consolidar la idea de que una Argentina más justa es más uniforme pero también más pobre. Que ser pobre da un certificado de superioridad moral, y que los empresarios son neoliberales corruptos. El pobrismo logra que cuantos más indigentes haya esto sea mejor, porque dependen del Estado y se vuelven votantes cautivos.
Para ser coherentes, los peronistas republicanos deben migrar hacia la oposición y abandonar una fuerza donde quedan los que modulan clandestinamente las mismas convicciones, pero que a la hora de la verdad se dejan arrastrar por un verticalismo cobarde y por una estrategia regresiva que lleva a todos, incluso a ellos mismos, al fracaso y al infortunio.
No hay populismo sin riqueza
Fidel Castro profetizó que el nivel de vida de Cuba sería mayor que el de EEUU. Eliminó la actividad privada, creció el mercado negro, la censura y la represión. Abandonada a su suerte tras la caída de la URSS, las epidemias se multiplicaron, bicicletas y bueyes sustituyeron a autos y tractores. El cubano pasaba el día buscando alimentos, los muertos y los suicidios subieron a las nubes; escuelas y hospitales cayeron a pedazos. Fidel entonces modificó su discurso: adiós modernidad inmoral, combatió a la riqueza y no a salir de la pobreza. Ser pobre es un honor. La utopía se transformó en un discurso. Cristina Kirchner dijo que Fidel era el último líder moderno. Esa afinidad convirtió al país en una espiral devastadora, con argentinos ignorantes que la votan y en una Fábrica de pobres. Acertijo: argentinos e ignorantes tienen las mismas letras en distinto orden.
El poder inteligente – smart power
Es una cualidad que comparten pocos países.
El poder duro – hard power
Procede de la fuerza militar o económica. El poder blando – soft power- atrae por la cultura o por la buena política. Poder inteligente es querer con eficacia, donde el querer produce la energía y la eficacia alcanza el objetivo. Mientras eficiencia es hacer las cosas bien, eficacia es elegir la meta correcta, de nada sirve hacer bien lo que no tiene valor.
El poder inteligente suma también las relaciones públicas: hacerlo bien y hacerlo conocer.
Cerebros de izquierda y de derecha
Cada hemisferio controla la parte opuesta del cuerpo. Los cerebros de izquierda son los favoritos, “andá por derecha” (pero controlado por el izquierdo). La psicología cognitiva creció sin estudiar la biología cerebral. Asimiló el cerebro al ordenador, porque ambos manipulan símbolos, prefirió el software e ignoró la biología cerebral.
Neurobiología política
Un experimento de la Universidad de NY sugiere que la orientación política se conecta con el tipo cerebral. Los liberales toleran la ambigüedad y el conflicto mejor que los conservadores. Los conservadores serían más estructurados y los liberales más abiertos.
Para Frank. J Sullowa, de Berkeley, las diferencias individuales se relacionan con la actividad cerebral. Así Bush fue inflexible en la guerra de Irak y el senador John Kerry, el demócrata liberal, fue indeciso. Se puede esperar que los liberales acepten más las nuevas ideas. Para David Amodio, de la Universidad de NY, se analizó un segmento muy estrecho del comportamiento. La tendencia conservadora a bloquear datos podría ser apta en otra situación. La orientación política está influenciada por la educación y la posición. Así algún liberal se opone a más impuestos y algún conservador está a favor del aborto.
La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro de modificarse. Esto genera efectos en la organización de las redes neuronales. No hay cerebros de izquierda y de derecha sino un reformateo continuo regulado por la educación, la cultura y la actividad.
El cerebro social
Juzgar desde el egocentrismo promueve acciones contradictorias. Formamos parte de grupos cuyo éxito es también el nuestro. Todo individuo será nuestro aliado estratégico si los integramos a redes de valor. La inteligencia social se ve en los grupos. El amiguismo obstaculiza el camino a la competencia. Los equipos deben integrar la diversidad: individuos creativos generando ideas, analíticos eligiendo las mejores, ejecutivos llevándolas a la práctica y sociales tejiendo lazos internos y externos. Así el todo será superior a la sumatoria de sus partes. Somos piezas del tablero social en interacción con las reglas del juego. Un peón puede ganar una partida y una neurona vale más si está bien relacionada. El principio clave es que solo no se puede. Dijo John Donn: “cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la tierra. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad, por consiguiente: Nunca preguntes por quién doblan las campanas, las campanas doblan por ti”.
La economía de la inteligencia
El conocimiento (tecnologías, innovaciones, productos) debe contar con una inteligencia previa. El conocimiento se puede comprar, la inteligencia no. Tampoco la información es garantía de éxito, hay que saber usarla. Lo que importa es la inteligencia de la gente. Desarrollo no es lo que se tiene sino lo que se hace con lo que se tiene. Una nación debe ser innovadora, moderna, centrar su estrategia en su gente, para que los integrantes de la empresa país sientan que son parte del cambio.