"También los empresarios tenemos una vida personal. En nuestro camino hacia el éxito, ésta es la que paga muchas veces el peaje y, aunque sobre el papel somos los que tenemos en nuestras manos el timón de nuestras vidas:
¿Cómo es posible que no encontremos la calidad de vida que deseamos?
¿En que medida la falta de tiempo nos estresa y tenemos un exceso de ansiedad?
¿Qué papel juega en todo esto el que tengamos o no alineados nuestros valores personales con los de la empresa?
¿Cómo podemos equilibrar nuestra familia y negocio, además de conseguir un espacio y un tiempo para uno mismo?
El coaching personal para emprendedores facilita el encontrar respuestas a estas y otras cuestiones, y sobre todo, generar la acción que nos permita encontrar la dirección de vida que deseamos.
¿Qué necesitamos los emprendedores?
Actualmente, ante la pregunta en nuestro entorno de compañeros empresarios y emprendedores, ¿Qué tal te va?, las respuestas no difieren mucho de lo que podría responder un directivo o un director general por cuenta ajena:
– Un número excesivo de horas trabajadas
– Una sensación de no acabar nunca
– Llevarse de continuo preocupaciones a casa
– Haber dejado de lado las cosas que nos hacían disfrutar y divertirnos, esperando a un buen momento
– Tener la prisa como máxima consejera
– Querer hacer de continuo más
– Tener la sensación de que nuestra vida personal y/o familiar no es la que debiera
– Estar abocados a una frenética carrera hacia "ningún sitio"
– Etc, etc.
Lo especial de este caso es que los empresarios somos gente hecha a nosotros mismos, lo que quiere decir que hemos sabido moldear las circunstancias e incluso crearlas para sacar nuestros negocios y sueños hacia delante.
Pero parece que después de un tiempo hayamos olvidado que estas circunstancias se moldeaban, no "nos moldeaban", y hemos conseguido crearnos una serie de esclavitudes y ataduras dentro de la empresa, que hacen que nuestra vida no sea lo plena que debiera ser.
¿Cuáles son las causas de todo esto?
Hay multitud de causas que nos llevan a esta situación, aunque algunas de las más frecuentes son:
1. No tener sentido de dirección y misión
A veces estamos trabajando por inercia, y cada vez trabajamos más, y nos involucramos en una frenética carrera hacia delante, sin saber la meta. Buscamos el éxito, sin tener claro que representa para nosotros. Y una vez alcanzado, queremos más. ¿Más, qué? No somos conscientes del precio que pagamos a nivel personal, tanto como individuos como con nuestra familia y entorno. La clave es definir cual es nuestra misión vital, y en que dirección queremos ir. En definitiva, trazar un rumbo definido.
2. Falta de alineación de nuestros valores personales con los valores de empresa
Lo que principalmente nos motiva en la vida son los valores. Los valores son conceptos abstractos, personales, que definen como creemos que debe ser la vida, tanto en ámbitos personales como profesionales. Por ejemplo serían valores el sacrificio, la justicia, la familia, la amistad, el disfrute, la perseverancia, y así miles.
No estamos acostumbrados a pensar en los valores que nos mueven. Pero conocerlos es clave, porque vivir de acuerdo a ellos es la principal llave para una vida satisfactoria. Y una vez detectados, nos damos cuenta que varios de los valores que nos guían en la empresa, no están alineados con los que nos guían en la vida personal.
3. No conocer qué creencias nos están limitando
¿Y qué es una creencia? Sencillamente, algo que considero que es verdad. Por ejemplo: "El trabajo duro es la clave del éxito".
No me cansaré de insistir en la importancia de conocer las creencias que nos mueven. Porque ellas, y sólo ellas, son las que han conformado el mundo en el que hoy vivo. Y qué duda cabe que hay muchas que me están limitando para alcanzar la vida que deseo. Por ejemplo:
"El trabajo duro es la clave del éxito": Entonces, ¿no puedo trabajar poco pero inteligentemente para alcanzar el éxito? ¿Tengo que echar muchas horas para tener la satisfactoria sensación de que me he ganado el pan? ¿Es incompatible el disfrute en el trabajo? ¿A la hora de elegir, elijo siempre el trabajo duro antes que cualquier placer personal o familiar?
Y ahora la pregunta clave es: ¿en que medida esta creencia me está favoreciendo? ¿Cómo puedo cambiarla? Porque efectivamente podemos cambiar nuestras creencias a otras que nos potencien. Pero primero necesitamos conocerlas.
4. Haber olvidado que las circunstancias las creamos nosotros
Cuando comenzamos nuestros negocios, creamos nuestras propias circunstancias para hacerlo posible. Es muy posible que tuviéramos que luchar contra viento y marea, contra opiniones diferentes, contra muros que parecían infranqueables, y pese a todo pudimos con ello. Hoy, en cambio, nuestro discurso está lleno de recurrentes "dependo del mercado", "tengo que trabajar las horas que trabajo, sino el negocio se va a pique", "me llevo los problemas a casa", "no puedo permitirme el tiempo libre que me gustaría", etc, etc. Parece que hemos dejado nuestro destino en manos de las circunstancias. Y hemos olvidado que las circunstancias las hacemos nosotros.
5. No saber que es urgente y que es importante
¿Qué te voy a decir de este tema? Lo urgente prima sobre lo importante, y lo curioso es que dejamos lo importante para cuando esté acabado lo urgente, cosa que nunca ocurrirá. El mejor filtro para centrarse en lo importante es primero definirlo, cosa que no es muy habitual. Si tuviéramos una meta clara centrada en lo que es importante para nosotros, todos sería más fácil. Pero sin metas, avanzamos sin rumbo.
6. Nos hemos olvidado de cuidarnos a nosotros mismos
¿Crees que no te puedes permitir estar con tu familia más a menudo, aunque eso es lo que más te satisface en el mundo? ¿Crees que nos puedes salir más con tus amigos, pese a que eso sea importante para ti? ¿No te das tiempo personal para tus cosas? Entonces estás apostando por un futuro muy insatisfactorio. De quien primero debemos ocuparnos es de nosotros mismos, porque ¿no es cierto que cuando tu estás bien, el entorno se beneficia también de ello? Es fundamental que aprendamos a cuidarnos, y a tomárnoslo en serio. Tenemos una energía limitada, y ésta hay que recargarla continuamente, para estar como queremos y debemos estar.
7. Pensar que tenemos un tiempo ilimitado para realizar cambios
¿Cuántas veces actuamos como si tuviéramos todo el tiempo del mundo por delante para demorar las cosas que nos importan? ¿Cuántas veces lo dejamos para un futuro a corto, medio o largo plazo? No tenemos ni idea de lo que va a pasar mañana. ¿Cómo nos permitimos entonces el lujo de actuar como si hoy fuera un ensayo? El día de hoy no vuelve, y normalmente no podemos pedir prórrogas.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
– Decidir que queremos cambiar cosas
– Que nos merecemos más calidad de vida de la que tenemos
– Aprovechar hoy y no mañana para ponernos en marcha
– Definir que queremos en la vida, y que todo lo que hagamos, tanto en el ámbito personal como en el profesional esté alineado
– Estar dispuestos a cuestionarnos cosas
– ¡¡¡¡ INICIAR LA ACCIÓN !!!!
Iciar Piera Iglesias. Coach personal y empresarial española
fuente: www.coachingparaelexito.com
Siempre hay que recordar que nosotros somos nuestra propia empresa, el cuidado de nuestro tiempo, nuestra salud, y nuestra calidad de vida es el cuidado ante todo de nuestro emprendimiento.
Felicitaciones Iciar por el artículo.