La 1° tecnología creada por el hombre sigue siendo la más valiosa, y como el aire que respiramos, no advertimos su valor. Hace miles de años tallamos el alfabeto en el cerebro, logrando una capacidad de comunicación inimitable.
Hoy todo se aceleró y la brecha tecnológica crece. La tecnología sube por el ascensor y el hombre por la escalera. El analfabetismo funcional –no leer por falta de tiempo- relegó a la 1ra tecnología y perdió el poder que antes conquistó.
La educación se resiste al cambio tecnológico. Si reviviera un maestro de hace 200 años se insertaría fácilmente en el aula, ya que se mantiene con el mismo formato: edificios, exámenes, períodos lectivos, títulos, libros. Se enseña desde los medios sin pensar en los fines, en lo que debería saber hacer un egresado. Los contenidos no incorporan las virtudes que se necesitan en la actualidad.
El conocimiento crece exponencialmente. La paradoja es que el título es una misión casi imposible mientras crece la enfermedad de la titulitis. El graduado no sale preparado y el niño ingresa a un sistema que no descubre su inteligencia singular entre las inteligencias múltiples. Así carece de esa fuerza impulsora.
La sociedad del conocimiento asocia la producción de riqueza con el saber. Sin riqueza no sustentaremos a los 6500 millones habitantes del planeta.
Tecnologías creadoras de riqueza. En los orígenes se vivía de la caza. Hace 10.000 años la tecnología de la semilla dominó a la naturaleza en lugar de esperar sus designios y el hombre se pudo arraigar. La división del trabajo expandió el comercio. A fines del xvii surgieron las fábricas y se combinó la energía de los combustibles con las tecnologías de producción en serie, educación masiva, medios de comunicación y cultura de masas.
Los recursos tradicionales -tierra, mano de obra y capital- se sometieron ante el conocimiento y las jerarquías ante la red. La 1ra tecnología hizo crecer cosas, la 2da las fabricó, la 3ra piensa, sabe y experimenta. Sus símbolos son el arado, la cadena de montaje y el ordenador. Es imposible construir economías avanzadas con sociedades atrasadas.
La tecnología es más rápida. La escuela cuesta cientos de miles millones de U$S y no produce en consecuencia. Debe formar mentes inteligentes que transformen, sinteticen y aplique el conocimiento. El aprendizaje continuo supone articularlo con las TICs (tecnologías de información y comunicación).
Al compartir las innovaciones en redes se consolidan nuevas competencias sin reproducir los discursos dominantes para no ser esclavos de planes ajenos.
La energía espiritual surge al descubrir la inteligencia singular y circula por el carril creativo del cerebro, el generador de las ideas. Luego, el hemisferio izquierdo se encarga de organizarlas en proyectos para lograr resultados.
Tecno filia y Tecnofobia. Tecnofilia es la pasión exagerada por la tecnología que en el extremo puede convertirse en adicción. El tecnofílico compra las últimas versiones a precios exorbitantes. La tecnofilia crece por la dependencia que genera la tecnología. Tecnofobia es el rechazo a lo tecnológico como miedo irracional. En 1624 Francis Bacon en su libro “La nueva Atlántida” supuso que la tecnología mejoraría al mundo. Mary Shelley publicó en 1818 “Frankestein” mostrando lo que pasa cuando la tecnología se descontrola. El Apolo 13 fue una misión para transportar astronautas a la luna. Una explosión de los tanques de oxígeno obligó a abortar la misión y orbitar alrededor de la luna. Los tripulantes agregaron un paracaídas al módulo lunar y lograron regresar sanos a tierra.
La fe en la tecnología hizo creer que se podía bombear petróleo desde el fondo del mar. El derrame del golfo es un argumento tecnofóbico sobre como las máquinas dominarán al hombre o desaparecerá en una guerra desastrosa.
Los tecnofílicos se preparan para la “la singularidad” cuando las máquinas se volverán conscientes y el hombre pactará con ellas. Entonces los problemas de salud serán cosa del pasado y los problemas de la humanidad desaparecerán.
Los tecnofóbicos creen que dividirá a los humanos de inteligencia superior, que vivirán cientos de años, mientras que los demás serán sepultados. No será una sociedad para todos sino un salvavidas para los ricos que saltarán del barco.
Multitasking. Es hacer 100 cosas al mismo tiempo y a la vez, ninguna. La tecnología mediática impuso la cultura de la interrupción. La consecuencia es un pensamiento episódico, fragmentario, que opera sin secuencias, a saltos y reduce el conocimiento experimental y aumenta el que se recolecta en la web.
Hay culturas policrónicas (orientada a los eventos) y culturas monocrónicas ( orientadas al reloj). Las 1ras funcionan bien haciendo multitasking, las monocrónicas hacen una tarea por vez, siguen al reloj y respetan el plan. Para McLuhan los medios son extensiones del cerebro. Hoy que las redes extienden el sistema nervioso, el hombre puede ser una prótesis de la tecnología que creó.
Sintonizar el sistema nervioso y el sistema digital. Hoy se educa para un mundo inexistente. El átomo es pasado, el símbolo de la época son los chips y la red. La red no tiene centro, ni certezas. Combina la simpleza del átomo con el desorden del caos. El chip de silicona y la fibra de vidrio de silicato se unen a velocidades fantásticas y visten al mundo con un tejido de redes con nodos y conexiones. Los nodos se hacen pequeños mientras que las conexiones crecen.
Así como células poco inteligentes crearon el sistema inmunológico, una PC conectada con otras tejió la telaraña “World Wide Web”. Este mundo de especialistas en red promueve un diálogo que divida al todo en partes que logren entenderlo y mejorarlo y se paralizaría sin ideas y trabajo en equipo.
El poder del futuro consistirá en saber aprovechar la comunicación. En una red el talento se multiplica creando un poderoso y enigmático cerebro social.
La tecnología aplica el saber para adaptar el mundo al deseo del hombre, mientras que la política distribuye el poder. Cambiar mitos por leyes, nos hizo racionales, pero con la explotación del conocimiento perdimos el contacto con la naturaleza. Los conceptos sustituyeron a lo real creando la realidad virtual.
Las tecnologías mecánicas y energéticas eran analógicas. Se podía ver como aumentaban nuestra potencia. Las tecnologías digitales se fugan de lo real y del sentido común. La fibra óptica permite correr pero la información no es conocimiento, ni el conocimiento es sabiduría. La creencia ilusoria en el poder de la máquina hace olvidar que ciencia sin conciencia es la ruina del alma. Calcular no es pensar: las máquinas no piensan. No hay que confundir el esfuerzo del pensador con el automatismo de un programa. Las tecnologías no son neutrales, son manipulables y pueden profundizar la desigualdad.
El lenguaje fundó la tecnología y otorgó al hombre el 1er poder. El vacío entre el orden natural y el humano se cubre en la 1ra persona de los verbos creer y crear: «Yo creo». El hombre hecho a imagen y semejanza del gran creador detenta el poder de la Inteligencia: puede adaptarse al cambio y provocarlo.
Al crear la PC reconocimos las fallas del cerebro. La PC es la extensión natural de la mente. Allí los átomos más las unidades digitales funcionan en una red donde circulan ideas, contactos e información, amplificados por la tecnología informática y de la comunicación, y sintetizados en internet. Sincronizando lo humano con lo digital se logra el sueño de Arquímedes: “dadme una palanca y moveré el mundo”. Las aptitudes genéricas crean las aptitudes técnicas. Son las virtudes de crear, imaginar, leer, interpretar, razonar y decidir.
Ciencia: la perfección del sentido común. La ciencia cuestiona su saber, duda y genera hipótesis. La creatividad produce las ideas que la innovación ejecuta. En la destrucción creativa el exitoso es superado por el innovador. La sociedad se beneficia pero alguien quiebra. Así hay más destrucción que creación. Para evitar ser uno el destruido hay que tener la valentía de destruirse uno mismo.
Salir de la innovación controlada por el mercado demanda educar cerebros creadores de valor que no caigan en la trampa tecnológica. Investigar el mercado tiene límites: el cliente siempre quiere más por menos. Hay que apuntar a un valor que el cliente desconoce, no a la novedad per se. Para Einstein el arte llega a las verdades por otra vía. Debe conectarse con la ciencia
La teoría del océano azul. La idea madre fue el tallado del alfabeto en el cerebro. Sin ideas no habría ciencia. Hace 100 años Gillette ideó un producto para que se lo compraran toda la vida: la hojita de afeitar. En los 50 la NASA vio que el bolígrafo no funcionaría en el espacio, la tinta no bajaría. Invirtió u$s12 millones en un bolígrafo que escribía a gravedad cero. Los rusos a costo 0 dieron lápices a su tripulación.
En 1970 un japonés se quejó por una caja de jabón vacía. La empresa gastó millones en una máquina de rayos «X» pero falló. Un obrero apuntó un ventilador a la línea de empaque. Las cajas avanzaban y las vacías volaban.
«Bienvenido nuevamente» dijo el recepcionista del hotel al empresario hotelero quien ideó un software de reconocimiento de rostros que desechó por costoso. Averiguó como hacían. El taxista preguntaba al pasajero si ya había estado y colocaba su valija según la respuesta. Pequeñas ideas revolucionaron el mundo.
Creatividad es crear ideas que la innovación concreta, no toda idea es buena ni toda innovación valiosa, como el creador bohemio o la tecnología innecesaria.
La teoría del océano azul sale del rojo infectado de tiburones creando valor. Callaway Golf creó un OA de no golfistas aumentando el tamaño de la cabeza del palo de golf y atrajo a los que habían aceptado vivir con esa dificultad.
El cerebro es rutinario por eso la Tormenta de ideas o Brain Storming fue ideado por Alex Osborne para fabricarlas, recolectando muchas sin evaluarlas ni criticarlas, lo que restringe la creatividad. Hoy que no hay tiempo para nada la tecnología Webstorming saca partido del conocimiento tácito de la gente con herramientas web 2.0 y redes sociales. Las buenas ideas no mueren nunca y se implementan educando el cerebro y potencializándolo con la tecnología.
* Dr. Horacio Krell, es el Fundador y CEO de Ilvem, entidad educativa cuya misión es el desarrollo de la mente humana en el marco de la teoría de las inteligencias múltiples. Su correo es: [email protected]