Se supo que científicos de Harvard y de Columbia convirtieron células de piel en neuronas a partir del tejido de ancianas enfermas, las que podrían ser usadas también para autotrasplantes si se logra integrarlas al sistema nervioso. Esto recuerda la metáfora del águila a los 30 años. Su pico atrofiado no le permite comer, sus uñas débiles le impiden capturar a la presa, sus plumas pesadas no le permiten volar. Entonces el águila realiza un vuelo de renovación a un lugar tranquilo, raspa el pico hasta desprenderlo, espera hasta que nace un pico nuevo con el que arranca las uñas débiles, al crecer uñas potentes se saca las plumas y emergen otras ágiles y livianas. Después del lifting el águila vivirá hasta los 70 años.
Un dedo mutilado que creció
Un día, en Ohio, USA, Lee Spievak, de 69 años, jugaba con un avión a escala. Pero la hélice le cortó la punta del dedo medio derecho. Su hermano, que trabajaba en medicina regenerativa, le recetó un polvo. El dedo creció en 4 semanas, con uña y todo. El polvo se llama matriz extracelular y se obtiene de vejigas de cerdo.
Otras experiencias recientes confirman algo que se presumía: las neuronas se reproducen en el cerebro a partir de células madres. Antes se creía que teníamos la misma cantidad de neuronas para toda la vida y que no tenían recambio, hoy sabemos que las células madre las pueden crear. Una investigación del Salk institute y el Instituto Leloir comprobó la actividad eléctrica y la liberación de un neurotransmisor entre neuronas cuando establecen conexiones.
La ciencia y la conciencia
Las investigaciones confirman la hipótesis de la neuroplasticidad, que es la acomodación del sistema nervioso para integrar nuevas neuronas en redes asociativas. El problema científico es la especialización. La ciencia sabe mucho de las partes pero poco del todo. El científico tiene el martillo ( su conocimiento) por eso lo que ve es un clavo. En el siglo XVII un sabio podía abarcar todo el saber de su época. Hoy no, el conocimiento se expande y sus hallazgos nos afectan a todos. Mientras la ciencia y la tecnología se perfeccionan la humanidad está en crisis. Lo que no depende de la ciencia es qué problemas debe abordar, porque la ciencia sin conciencia es la ruina del alma.
La sociedad cuenta con un gran laboratorio inexplotado que es el aula, el lugar ideal para medir el papel de los sistemas educativos en la conformación y rendimiento del cerebro. Si mejorara la interrelación entre la ciencia y la educación podríamos observar en qué casos la experiencia de aprender genera conexiones neuronales de alto valor agregado.
Se podría investigar en vivo y en directo el fenómeno de la neuroplasticidad comparando el efecto de diversos métodos educativos con en el desarrollo ulterior de las redes cerebrales. Por ahora la educación se concentra más en igualar debilidades y la ciencia no se acopla para resolver los graves problemas sociales. Si la educación pusiera el acento en el descubrimiento y desarrollo del genio interior y la ciencia la acompañara, el aula se convertiría en el laboratorio de la inteligencia. El desarrollo no pasa por el crecimiento de las neuronas sino por lo que hacemos con ellas.
Dr. Horacio Krell. CEO de Ilvem, Contador Público y Licenciado en Administración de empresas (UBA). Contacto [email protected]
me interezasaber sobre re ingenieria cerebral.
el tema es importante y es necesesario saber y conocer mas como funciona nuestro cerevro.