La psicología del dinero y el pensamiento único crearon un pensamiento cero que mide el éxito por la cantidad de ceros de nuestra cuenta bancaria. La psicología del dinero se nutre de ganancias que se buscan de cualquier modo. A los que les falta todo menos el dinero dicen sin embargo que trabajaron toda la vida para que nada les falte. La cara invisible de este pensamiento hegemónico es “El gran hermano”. Cuando dice cultura debemos leer mercado, y donde dice artistas debemos leer comerciantes. Para la psicología del dinero el precio es la medida del valor y hasta los valores humanos los cambia por dinero.
Así las cosas valen lo que cuestan y las personas por lo que ganan. Los juzga por lo que tienen y a la calidad por el precio. Lo bueno y caro, dos veces bueno. Hay que aceptar que todo tiene precio. Con esa lógica lo que se regala y el aire que se respira carecen de valor. Machado dijo “es de necios confundir el precio con el valor” y Discépolo en Cambalache:
Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador.Todo es igual, nada es mejor: lo mismo un burro que un gran profesor. No hay aplazados ni escalafón; los inmorales nos han igualado. Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón.
El mundo del revés. La paradoja de la psicología del dinero es que lo bueno se degrada. Los maestros ganan monedas y las vedettes amasan fortunas. Los dirigentes corruptos cobran tan poco, que roban para compensar. La psicología del dinero se deriva de una sociología del poder que nos inculca los reflejos condicionados que quieren que tengamos. Entonces votamos pero no elegimos libremente. Al respecto Fromm dijo la “libertad sólo tiene sentido si podemos generar pensamientos propios”. Así contribuimos a que muchos vivan a pan y agua, y a que otros se llenen sus bolsillos. Sin embargo sentimos que algo no anda bien. Amamos al dinero pero afirmamos que es la raíz de todos los males y le decimos vil metal. Rechazamos a los ricos pero si alguien se enriquece haciendo cosas buenas lo envidiamos, nos parece sospechoso o pensamos que es injusto. Rechazamos el dinero pero lo deseamos. ¿ Por qué los educadores y los que nos cuidan se llevan la peor paga?¿ Qué provoca esta ambivalencia? La psicología del dinero genera un estado de falsa felicidad.
Poder es querer más eficacia.
Primero debemos saber lo que queremos, porque la realidad es una gran fotocopiadora de nuestras creencias, y como con ellas creamos el mundo para cambiarlo debemos modificarlas. Un nuevo proceso comienza con ideas que se transforman en conceptos reforzadores, se expresan para que sean escuchadas y se conviertan en hechos. Las creencias promueven acciones, y con las peores creencias la humanidad se extinguirá.
Si las creencias son rígidas el pensamiento no prospera. ¿Cómo evitar la resistencia a los cambios? Se trata de invertir el proceso, que las acciones motoricen los cambios. Luego se les dará forma en el discurso, así la mente aprenderá a relacionar el pensamiento con la acción. Para cambiar una creencia hay que actuar rápido porque la mente puede eliminarla antes de que crezca. Al repetirla la mente pronto la aceptará como su nueva creencia. En esto consiste la evolución. Recordamos el 5% de lo que escuchamos, el 10% de lo que escribimos y el 85% de lo que hacemos, por eso hay que transformar la idea en acto.
Otra creencia negativa es que no tenemos bastante dinero, tiempo, amor, comida.
Esa carrera hacia “nunca es bastante” ha creado este mundo desigual. De lo que no hay bastante es de cosas que sean buenas porque el dinero ocupa su lugar. Con el dinero puedes comprar una cama pero no el sueño, la comida pero no la digestión, el libro pero no el conocimiento, una casa pero no el hogar, el remedio pero no la salud, la diversión pero no la felicidad. Las cosas más importantes de la vida el dinero no las pude comprar. Un estudio reciente de 120 científicos internacionales muestra que hay que hacer innovaciones para salvar al mundo, modificando la psicología del dinero. Deben desaparecer los vehículos suntuosos, reducirse el consumo de carnes rojas, etc. Todo apunta a rebajar el hedonismo y a que la vida sea menos consumista. Está claro: decidámonos a mantener la vida y que en el proceso ningún precio supere a su valor.
Dr Horacio Krell. Director de Ilvem. Propulsor de UP Unión de Permutas [email protected].