¿Conviene esta situación? O ¿ el dinero concentrado en pocas manos y el interés ayudan a quienes lo acumulan patológicamente y dañan a la economía?
En el medioevo, la moneda era metálica, a fin de año los reyes tenían que refundirla porque la gente raspaba las monedas y les quitaba valor. Antiguamente funcionó la oxidación del dinero, -el impuesto a su posesión- que incentivaba a realizar obras valiosas. Hoy el costo financiero obliga a pensar a corto plazo. En esa época el dinero se veía como un servicio público y se pagaba por usarlo. El dinero circulaba creando trabajo e inversión. Entonces no se cortaban los árboles para hacer dinero sino que se plantaban semillas.
En el Egipto de los faraones y en la Edad media una tasa negativa de interés motivaba su circulación. Se realizaban obras para que duraran siempre. Invertir en catedrales, en el siglo XII, cumplió la función económica de atraer turistas. Hechas para durar crearon dinero a largo plazo: Chartres vive del turismo desde hace 800 años.
La oxidación del dinero. Para Silvio Gesell se puede hacer envejecer el dinero. Dónde se aplicó su teoría la experiencia dio como resultado una velocidad mayor en su circulación. El problema del faltante de dinero es que aunque la gente sea capaz, no tiene trabajo. Para evitar la acumulación Gessel propuso un impuesto, la oxidación del dinero, y sus ideas inspiraron movimientos.En un pueblo Alemán se creó el Wara -moneda mercancía- respaldada por una mina de carbón. La empresa pagaba a su gente con waras que tenían casillas para estampillas. Lamentablemente en 1931 el gobierno lo declaró ilegal. En Austria se creó el Wörgl para obras de crecimiento del pueblo. La gente lo hacía circular rápido para no comprar estampillas y llegó hasta pagar impuestos por adelantado y realizar obras de todo tipo, pero en 1933 el gobierno lo prohibió. En EEUU se hicieron proyectos exitosos hasta que Roosvelt – convencido de la centralización- los vetó. En la época previa a las 2da guerra mundial, los gobiernos al dejar sin salida a la gente, prepararon a sus países para la guerra y apresuraron la llegada de Hitler. Si bien Roosevelt combatió las ideas de Gesell, coincidió en que de debajo del colchón, el dinero no sirve socialmente.
Fundamentos de la oxidación del dinero. Así como cuidamos las PC con antivirus, la oxidación desalienta a quienes quieran acumularlo perversamente.
El impuesto Tobin, – la versión moderna de la oxidación- es un gravamen propuesto sobre el dinero utilizad para la adquisición y venta de divisas, con el fin del desarrollo de los pueblos pobres. Parece utópico, pero es posible. Es utópico porque los encargados de implantarlo, son los mismos que especulan. Pretenden, desde que no existe el patrón oro, que sus negocios sean universales y sin trabas: y el zorro no protege el bienestar de las gallinas. Pero es posible, porque técnicamente lo es. Si existe la imposición a la renta, ¿por qué no podría existir un impuesto al especulador?
Los que creemos en otro mundo posible señalamos la hipocresía de los gobiernos que dicen querer parar las crisis y hacen lo contrario. Un peatón no puede parar el tráfico, cien peatones sí. Hay que derribar el tabú del monopolio de la moneda y resolver el problema de las monedas dominantes. Se trata es de construir una moneda que cumpla con su misión de servir al hombre y que como todo, tenga vida y tenga muerte, que no sea eterna.
No nos llevemos el dinero a la tumba, desde allí no plantaremos ninguna semilla
* Dr Horacio Krell. Director de Ilvem. Secretario de rel. internacionales de UAF Unión Argentina de Franquicias y Propulsor de UP Unión de Permutas [email protected]