Lo que parece claro es que la economía real del mundo depende del humor de los inversores cuya lógica financiera no es la misma que se aplica en la economía real. Periódicamente se reproduce la crisis del lunes negro del 19 de octubre de 1987 cuando las bolsas mundiales cayeron un 20%.
Hoy bastó con que Alan Greenspan hablara de recesión y que el gobierno de Beijing resolviera poner fin a la burbuja financiera de Shanghai, controlando a los capitales y poniendo restricciones a los bancos; para que las bolsas tiemblen.
La incertidumbre aqueja a la más grande potencia del mundo. Los que compraron inmuebles en EEUU a crédito, pagan intereses mientras los valores de las propiedades se deprecian. La burbuja inmobiliaria se desinfla.
Los fondos buitres nacidos de la especulación financiera generan inestabilidad mundial en cadena. El hecho de que hoy la economía global haya sido sacudida desde
China informa que algo no funciona bien en la estructura del capitalismo.
En China como en otros países en el mundo han comenzado a gestarse redes protectoras para los excluidos del sistema, redes que se expanden más cada vez que el sistema monetario cruje. Se trata de las monedas complementarias. Veamos este informe de lo que sucede en China:
A cambio de cuatro horas diarias cuidando niños, la viuda Yuk Chan puede ganar para sus dos hijitas una hora de tutoría privada y algo de pan para el desayuno. La recuperación económica está dejando rezagados a los pobres de Hong Kong, como la viuda Chang, pero un establecimiento les está permitiendo ganarse la vida intercambiando capacidades: una tienda de trueque. La práctica ancestral está demostrando ser muy popular en Hong Kong, admite Yuen Hoy-yan, funcionaria del proyecto llamado Programa de Economía Mutua Orientada a la Comunidad (COME, en inglés).
El primer experimento moderno de trueque en Hong Kong es operado por el grupo de beneficencia St. James’ Settlement, y su tienda usa una moneda inventada localmente para intercambiar servicios o comprar alimentos o productos necesarios para el hogar.
Los miembros pueden obtener un corte de pelo, un masaje, una visita a un médico chino, servicio de plomería o limpieza, o incluso asistir a clases de cocina, yoga, tai chi o baile con los “cupones de tiempo” inventados por la institución.
Tienen “moneda” colorida para servicios desde cinco minutos hasta una hora. Funciona como el efectivo: si se pierde, no se puede recuperar. Más de 400 miembros del programa han estado intercambiando bienes y servicios a través de un boletín mensual. Ahora pueden hacer lo mismo usando los anaqueles del negocio que está abierto seis días por semana.
La institución también funciona como un banco. Se pueden pedir prestados cupones si uno está desesperado, pero es necesario hacer una solicitud formal y luego hay que restituir su costo. Esto está diseñado para ayudar a los pobres, en gran medida ignorados por la monetizada sociedad capitalista de la ciudad, dice Yuen. “Hay una brecha tan enorme entre ricos y pobres. Queremos ayudar a los pobres y ayudarles a mejorar su nivel de vida”.
De este modo, pueden aprovechar sus habilidades e intercambiarlas por los alimentos o juguetes que necesitan para sí mismos y sus hijos”, señala la funcionaria.
Alrededor de 1.12 millones de los 6.9 millones de habitantes de Hong Kong están por debajo de la línea oficial de pobreza, y más de 200 mil familias ganan menos de 513 dólares norteamericanos por mes, de acuerdo con el Consejo de Servicio Social de Hong Kong, que representa a 350 agencias de beneficencia en la ciudad.
St. James’ Settlement también colabora con empresas locales y grupos comunitarios que donan sus productos y proporcionan servicios a los miembros con mucho descuento ( pan, muebles de segunda mano, productos electrónicos e incluso servicios médicos o dentales).
El grupo benéfico renta un local en el distrito central de Wan Chai, en la isla de Hong Kong, por un pago mensual de 13 centavos de dólar. Este pago simbólico se hace al departamento de tierras del gobierno.
Los miembros pueden vender en la tienda toda clase de productos, desde computadoras y ropa hasta equipo eléctrico. Hasta cinco puestos pueden montarse cada día en la sencilla habitación de 65 metros cuadrados.
No hay criterios especiales para convertirse en miembro, pero Yuen dice que la mayoría están desempleados y son pobres.
La viuda Chan ha sido participante activa de la institución durante cuatro años. La mujer de 42 años, oriunda de China continental, se mudó a Hong Kong hace siete años con su marido. Cuando su esposo murió, Chan se vio en aprietos financieros; luchando por salir adelante con fondos de beneficencia, no ha podido hallar un empleo para mantener a sus dos hijas, de 7 y 9 años. Gracias al programa COME, ahora Chan se gana la vida cuidando niños para amigos que conoció a través de la institución, o bien limpiando departamentos.
Con los cupones, compra juguetes para sus hijas en las ferias que regularmente organiza St. James. Paga lecciones privadas para ellas e incluso ha logrado poner persianas en sus ventanas y tareas de plomería, todo con la “moneda” de la institución benéfica.
“He tratado de buscar empleo, pero como no puedo hablar bien el cantonés, nadie me quiere emplear. Así que me alegro de haber hallado este programa. A través de él he hecho muchos amigos”, dice Chan.
El cantonés es el idioma local en Hong Kong, mientras que la lengua nativa de Chan es el mandarín, el idioma oficial de China continental.
Otra madre soltera, Yeung Chu-mui, de 33 años, divorciada, trabaja tiempo parcial como dependiente para mantenerse y sostener a su hija de 10 años. Con los cupones que gana ayudando en las ferias del juguete de St. James, ha logrado pintar su casa, reparar sus llaves y comprar adornos para decorar su departamento. “Esto es muy útil porque no tengo en quién confiar y tengo que trabajar duro para mantenernos”, dice Yeung.
Pero el programa no es sólo para los pobres y desamparados. La doctora Poon Pui-man, una ágil trabajadora de beneficencia, practica la medicina china y ofrece servicios médicos gratuitos a los miembros de COME. Y les hace descuentos para las medicinas.A cambio, usa sus cupones para tomar lecciones de baile y de japonés organizadas por la institución.
“Deberíamos ayudarnos más entre nosotros. Si puedo usar mis habilidades para ayudar a mejorar su calidad de vida, ¿por qué no hacerlo?”, dice.
Fuente: Philippe López/AFP
El jueves 1ro de marzo una tormenta sacudió a Buenos Aires, no fue un tsunami financiero pero desde ese día las principales empresas de cable e internet no pueden prestar adecuadamente sus servicios. Imaginemos que pudo pasar en algunos hogares según este cuento que circula por internet.
Anoche, mi mujer y yo estábamos sentados a la mesa hablando de las muchas cosas de la vida, entre ellas, la eutanasia. Sobre la idea de vivir o morir, le dije:
-Nunca me dejes vivir en estado vegetativo, dependiendo de una máquina y alimentándome de líquidos de una botella. Si me ves en ese estado, desenchufa los artefactos que me mantienen vivo. Ella se levantó, desenchufó la televisión, apagó la computadora y me tiró la cerveza.
El mismo estado vegetativo que refleja el cuento lo tenemos con el dinero, ¿ qué pasaría si un día para otro dejara de existir?
La ley de la atracción. Vivimos en una cultura de masas en la cual somos manipulados en mayor o menor grado. Como dijera Erich From la libertad tiene sentido solamente si tenemos la capacidad para generar pensamientos propios.
Millonarios en un día. Los consumidores decidieron el mes pasado hacer millonaria en poco tiempo a Rhonda Byrne una productora de documentales devenida en empresaria espiritual que vendió a 34.95 u$s 1 millón de copias de la película “ The secret”, donde formula la ley de la atracción, según la cual el universo hace que los sueños se concreten en realidad si uno cree efectivamente en ellos.
Pareciera que los compradores del dvd de la película creen en la magia, la misma que los mantiene atados a un sistema monetario que bajo la apariencia del pensamiento positivo esconde una realidad preocupante.
La ley de la causa y el efecto. Somos libres para decidir pero no para evitar las consecuencias de esas decisiones. El pensamiento positivo y la ley de la atracción tienen sentido si las causas y los efectos se relacionan coherentemente mediante un planeamiento estratégico y una ejecución certera. Los que fallan al planear planean fracasar.
Claves del desarrollo. Siempre existirán oportunistas que detrás del “sálvese quien pueda” se hagan ricos de la noche a la mañana. Pero los países que progresaron en serio aplicando políticas debieron su éxito a las condiciones previas.
Su principal activo son las capacidades sociales, educativas e institucionales sin las cuales no son efectivos los sistemas de ahorro e inversión, el desarrollo del sector privado y el crecimiento de la productividad.
Una encuesta Naciones Unidas, realizada en 135 países, resaltó que los factores mencionados explican el 80% de las diferencias de crecimiento. Un requisito esencial es la sinergia entre el desarrollo de creación y administración del conocimiento, la innovación empresaria y las políticas públicas.
Las economías complementarias. Como demuestra la experiencia relatada sobre China y múltiples ejemplos internacionales, las monedas complementarias son un valioso auxilio preventivo y un innovador mecanismo, con el cual personas y empresas pueden paliar las crisis cíclicas del sistema monetario y el fantasma del desempleo.
Estos sistemas de economía social resaltan y concretan el valor de “nosotros”, de la cooperación frente al yo o el anonimato de la competencia, y proporcionan la oportunidad de contar con mecanismos de defensa para enfrentar la ceguera de los que se apoderaron del mundo y a los gobiernos corruptos o equivocados.
Dr Horacio Krell. Director de Ilvem. y propulsor de UP Unión de Permutas [email protected].