No es oro todo lo que reluce, el valor de una relación puede tener mayor valor que el más rico de los metales. Somos parte de grupos cuyo éxito debe ser el nuestro. Cada grupo en el que actuamos, a su vez, podría ser aliado de otros complementarios para formar cadenas de valor. La inteligencia social de una persona se muestra en los grupos que elige participar.
El amiguismo obstaculiza la formación de grupos de alto rendimiento. Los equipos que valoran el mérito integran la diversidad. Incorporan individuos creativos que generan las ideas, analíticos que elijan las mejores, ejecutivos que las concretan, socializadores que tejen lazos internos y externos. Así el todo resultante es superior a la suma de sus partes. Como en el ajedrez somos piezas del tablero social en interacción con las reglas del juego. Un peón puede ganar una partida y una neurona vale más si está bien conectada. Solo no se puede. Dijo John Donn: “cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la tierra. La muerte de cualquiera me disminuye porque estoy ligado a la humanidad, por eso: Nunca preguntes por quién doblan las campanas, las campanas doblan por ti”.
Toda organización se especializa para lograr su misión. Eso puede generar la paradoja del especialista que tiene un martillo y que, por eso, sólo puede ver el clavo. Tercerizar o delegar ciertas actividades facilita concentrarse en el objetivo central.
Inteligencia emocional es aprender a manejar las propias emociones y a administrar las relaciones con los demás. Ambas implican la posibilidad de concretar alianzas estratégicas internas y externas. Hacia adentro una empresa puede aliarse con su personal, hacia afuera con su clientes y proveedores o con otras instituciones de la sociedad.
La inteligencia social afirma que la unión hace la fuerza, que una disposición a agruparse acompaña a los hombres desde los albores de la humanidad.
El principio de asociatividad. Del trabajo común surgió la fabricación de herramientas que promovió el trabajo organizado, de la comunión nació el lenguaje, que, instalado en la corteza cerebral perfeccionó al cerebro primitivo, heredado del reptil y del mamífero.
El trabajo en equipo que construyó el lazo social tuvo también una función económica. Adam Smith conectó la productividad laboral con la división del trabajo: «Un obrero trabajando solo, hace un alfiler al día. Pero si uno estira el alambre, otro lo endereza, un tercero lo corta en trozos iguales, un cuarto hace la punta, una fábrica con diez personas fabrica más de 48.000 alfileres por día, 4.800 por persona». Hoy podrían fabricar 800. 000 alfileres diarios, con mayor productividad, ya que la jornada laboral es más corta.
Acción individual y acción social. Ante gobiernos que no mejoran la ecuación social se necesita un cambio individual que se proyecte a las instituciones. La estrategia empresarial también debe ser transformadora para adecuar los recursos internos y externos. Las alianzas estratégicas pueden ser explícitas cuando se formulan o implícitas cuando se utilizan instituciones vigentes para afianzar los objetivos. Un aliado puede llegar a serlo sin saber que lo es. Así, sin educación y sin familia una empresa no tendría recursos humanos.
La resiliencia es la aptitud para enfrentar la adversidad y los desafíos, el recurso personal es el empowerment – el poder interior- y el recurso social son las alianzas estratégicas –que combinan los recursos individuales-. Los que sobreviven en un mundo complejo aplican: a) la destrucción creativa: se desatan del pasado y cambian defectos por virtudes, b) hacen foco en los recursos y c) tienen una visión realista del presente.
La innovación toma en cuenta las carencias de cualquier tipo y crea ideas reparadoras. Así nacieron el autoservicio, el container, la caja de fósforos, la publicidad, es decir, en sentido amplio, un sentido común aplicado que asocia los diferentes tipos de inteligencia.
Más de lo mismo implica el mismo resultado. En épocas de crisis algunos deciden cambiar Prefieren un estilo más agresivo y proactivo, no sólo defenderse y reaccionar. Otros adoptan una postura defensiva y reactiva. Lo mejor es inventar algo y llevarlo a la práctica.
La estrategia de las alianzas estratégicas. La inteligencia social subraya la importancia del contacto con el otro. La habilidad para relacionarse y generar redes es una ventaja competitiva. La alianza estratégica implica tomar conciencia de las debilidades y fortalezas. Las dificultades comunes son información, marketing, capital, canales de distribución.
El individuo solo no puede. Pero la alianza no es un fin sino un medio. Los fracasos muestran las fallas. Falta de valores y proyectos comunes, de recursos, celos, no dividir las tareas según los puntos fuertes de cada uno, no cuantificar cuál es el fruto esperado.
Las relaciones virtuales permiten considerar con velocidad las oportunidades y ampliar el alcance de las alianzas para convertirlas en alianzas estratégicas múltiples.
Mala educación, el peor pecado social. El Programa PISA de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), identifica las aptitudes de los jóvenes de 15 años, para evaluar si el sistema educativo los prepara para participar en la sociedad del conocimiento. Las pruebas se tomaron a 400.000 alumnos. La UNESCO propone la Educación de calidad para todos. La gran confianza depositada en el Estado como articulador de políticas educativas hizo que algunos países se posicionaron entre los mejores. Sus estudiantes analizan datos, evalúan puntos de vista, comunican con precisión. En cambio, los ubicados en las últimas posiciones no saben hacer uso del conocimiento.
Para articular el poder individual y social hay que lograr que la gente acceda al poder inteligente y hacer de la educación una política económica, una política social y una política de estado, tomando conciencia que el recurso mayor de la sociedad es su gente y no sus cosas y que el mayor pecado social es no saber cómo educarla.
Baden Powel, creador del movimiento juvenil más grande del mundo (Scouts) basado en medio ambiente y ecología, dijo: «Dejen el mundo mejor de como lo encontraron«.
Para Mahatma Ghandi -1869-1948- los pecados sociales son: Política sin principios, Economía sin moral, Bienestar sin trabajo, Educación sin carácter, Ciencia sin humanidad, Goce sin conciencia, Culto sin sacrificio.
¿Para qué sirve la asociatividad? Para aprender a actuar en nuevos escenarios. Para activar capacidades ociosas Para adquirir destrezas. Para enfrentar las crisis desarrollando ventajas competitivas. Para potenciar escalas. Para integrarse a nuevas cadenas de valor.
¿Qué es el capital social? El hombre fue el único ser que pudo tallar el alfabeto en su cerebro. El lenguaje (la primera tecnología genérica que inventó) creó el lazo social. Esta tecnología fue la madre de todas las demás y le permitió comunicarse como ninguna otra especie pudo. El capital social individual es la sumatoria de las relaciones que se poseen.
La estrategia de las alianzas. Es asociarse con los mejores sin el trabajo que hicieron para conseguirlo. Debe sumar respuestas transformadoras. Optimizar la ecuación entre recursos internos y externos. No es un fin, es un medio. Si dos no quieren uno no puede.
Ventajas de la asociatividad. Contratar expertos mejora la calidad del servicio. Evita deficiencias en tareas no focales Ejemplo: concentrados en la misión principal una inspección municipal nos clausura el negocio. Pero ¿por qué fracasan tanto las alianzas? Cuando son romances sin casamiento y el egoísmo impide el gana-gana. Cuándo no existen visiones compartidas. Cuando, como dijo Borges, no los une el amor sino el espanto.
Misión. El que no sabe quién es y lo que quiere es manipulable. Por eso, aprender a ser y a conocerse a sí mismo son las claves para convertirse en arquitecto del propio destino. De conocer el ser surge el propósito o misión. No estamos solos en el mundo ni podemos desarrollar la misión sin capital social. Participando en organizaciones se puede alcanzar lo que sería imposible lograr solo. La misión compartida genera compromiso. No hay que confundir misión con conveniencia, el fin con los medios. La misión debe estar presente en todo lo que se hace. Saber para qué y por qué se hace lo que hace refuerza los objetivos y los valores para que contribuyan a la misión. La acción cotidiana, cuando tiene en cuenta la misión, contribuye a su fortalecer la identidad del misionero
¿Qué es la misión? Es la definición de la razón de ser. El éxito acompaña a quienes alinean sus acciones con la misión. Entenderlo evita costosas desviaciones. La misión se concreta por objetivos. Sin objetivos la misión es intrascendente, sin misión el objetivo es ciego.
Visión es una imagen factible del futuro, realista y atractiva. Vivir el futuro en el presente, sentir cómo seremos cuando lleguemos. Los valores guían el viaje hacia la visión: si actuamos como debemos, ¿qué se logrará? Misión es el propósito: señala porque somos, porque estamos y hacia dónde vamos. Metas son resultados a corto plazo que queremos alcanzar. Motivación: El temor motiva por períodos cortos, pero la aspiración perdura.
“ Qué deseo” es más potente que “qué quiero evitar”. La visión muere si es imposible concretarla y baja el entusiasmo. La gente se siente abrumada y pierde de vista la visión. Sinergia positiva. Cuando se relacionan en un pensamiento sistémico, el todo se hace superior a la sumatoria de las partes. La sinergia positiva combina armoniosamente las partes para lograr que la misión cumplida refuerce la identidad del ser para toda la vida.
Proyectos participativos. Funcionan mejor que desde arriba porque provocan el crecimiento del empowerment (el poder interior). También incrementan el capital social y cultural. Hoy el presente se aleja del pasado de la organización tradicional y se convierte en futuro rápidamente, lo que demanda una mayor capacidad de adaptación y de innovación.
Muchos no simpatizan con las alianzas estratégicas porque miden todo por el parámetro de la ganancia inmediata y así el medio se transforma en fin. Entonces descuidan su responsabilidad social y pierden al mismo tiempo la riqueza de la diversidad.
La democracia no demuestra eficacia en el plano social. Habría que crear una alianza estratégica cultural en torno a la participación que incluya universidades, gobiernos, empresas, medios de comunicación y una agenda pública. Saliendo del idealismo hay que mostrar que las alianzas son una necesidad. Sólo puede haber crecimiento económico genuino con progreso social. En los países más desarrollados la diferencia entre lo que más tienen y los que menos tienen es de 1 a 3 y no de 1 a 100. Si no logramos convencer sobre las ventajas de la cooperación alabando sus virtudes hagámoslo mostrando los defectos del sistema vigente. Mientras que el capitalismo se fundamenta en la desigualdad y la democracia en la igualdad la solución debe darla el Estado aliviando el desequilibrio que impone el capitalismo financiero. Las empresas líderes y los países ricos deben devolver a la comunidad internacional parte del beneficio que reciben de ella. Una forma de hacerlo es generando alianzas estratégicas productoras de trabajo e inclusión social. Hay que educar hacia la convergencia de la inteligencia individual y la inteligencia social. La tarea pendiente es apuntar a la revolución del aprendizaje en consonancia con que educar que es sacar de adentro el potencial: aprender a ser, a aprender, a hacer y a convivir. El sentido profundo de una alianza de oro es que debe involucrar a toda la humanidad.
Dr. Horacio Krell. Director de Ilvem. Dicta conferencias gratuitas sobre métodos para optimizar la inteligencia. Su mail de contacto es [email protected]