Aunque suela venderse habitualmente como algo sencillo de lograr con eficacia, emprender no es siempre un camino de rosas. Ni siquiera todo el mundo está preparado para ello, ya que un emprendedor necesita una serie de cualidades. Al principio es duro pero haciendo las cosas bien puede proporcionar libertad y beneficiar a todas las personas que consumen los productos o servicios producidos. Pero de lo contrario puede volverse una auténtica pesadilla. Hay seis señales que determinan tu falta de preparación para asumir el reto.
- No estás completamente motivado
La labor del emprendedor es solitaria pero es clave saber manejar esta sensación de la manera más adecuada. La habilidad de hacer las cosas de esta forma es fundamental para conseguir los objetivos propuestos por eso se requiere una gran motivación, especialmente cuando estás haciendo algo que no te gusta demasiado. De lo contrario es muy común tirar la toalla, algo que no debe permitirse.
Si eres el tipo de persona que necesita un jefe diciéndole su próxima labor, aconsejándole sobre los pasos a seguir entonces no estás preparado para asumir el reto. Ahora eres tú quien toma el control.
- No has establecido los pilares
Antes de dejar tu vida actual, ese puesto de trabajo donde tienes garantizado un sueldo mensualmente debes tener claro que los pilares del negocio están establecidos. Entre ellos destaca un amplio fondo de emergencia para cuando las cosas no vayan tan bien como estaban planeadas. Tener una base financiera fuerte es un elemento diferenciador a la hora de tener éxito emprendiendo.
Las deudas no deberían estar fuera de control, teniendo siempre una cantidad suficiente para pagar las facturas así como algún extra que pueda aparecer de imprevisto. Cuando se emprende, las facturas no siempre son fijas por lo que hay que estar preparado para todo. Muchos se quedan en el camino por no tener las cuentas saneadas, no caigas en el mismo error. Hoy en día aprovechar la tecnología y los servicios en la nube permiten ahorrar costos.
- Te sientes confuso bajo presión
El estrés en un negocio es abrumador en numerosas ocasiones en las que hay que seguir luchando para alcanzar los objetivos a la vez que aparece la presión por diferentes ángulos. Puede derivar de componentes internos, externos o ambos a la vez. Si eres una persona que es capaz de responder ante este tipo de situaciones lo mejor es pensárselo dos veces antes de embarcarse en una aventura empresarial.
- No has realizado una investigación adecuada
Cualquiera que sea el negocio que quieres empezar necesita que realices una investigación previa. Antes de dar los primeros pasos deberías haberte convertido en un experto en el campo que vas a tratar, sabiendo que cosas te llevarán a obtener beneficios y cuales te supondrán un gasto desmesurado. Además, por supuesto, tener claro que la idea es viable y no una lotería. Incluso una buena idea puede no tener éxito pues nadie la está demandando en ese momento.
Hoy en día con internet y las redes sociales es más fácil obtener la información necesaria para realizar una investigación exhaustiva. También se puede conocer más sobre la competencia y cuáles son los modelos que están siguiendo para obtener sus beneficios.
- No tienes pasión por el negocio que quieres empezar
Tienes que tener siempre claro la importancia de la pasión a la hora de elaborar la ecuación de emprender y tener éxito. Sobre todo en esos momentos donde el negocio se hace muy pesado y todo lo malo de un trabajo aparece enfrente de ti. Debes recordar todas las ganas que tienes para hacer las cosas bien y conseguir todo lo que te ha propuesto de antemano.
En estos casos es recomendable emprender en algo que esté relacionado con una afición, ya que de esa manera es más fácil sentirse motivado. Siempre hay unos vínculos que generan conexiones más positivas que con algo de lo que no se disfruta. Pero sin ninguna pasión las posibilidades de triunfar son bastante escasas, terminarás abandonando.
- Tu estrategia de crecimiento es algo que hizo otro
Ver como crece un negocio puede ser divertido, algo ilusionante que crea más motivación para continuar con el proyecto. Pero cuando no se consigue puede llegar a frustrar demasiado y mucha gente ante la falta de avance, ideas e investigación trata de copiar a otra gente que tuvo éxito previamente. La realidad muestra que algo que funcionó para otro no tiene porqué funcionar contigo. Cuando estás en el proceso hay que buscar algo que encaje contigo y tu modelo de negocio. Si sólo confías en imitar a otra compañía entonces no estás preparado para emprender.
No dejes tu trabajo actual si no estás preparado para la incerteza que genera ser emprendedor. Llega un punto que es algo maravilloso, que proporciona muchos beneficios empresariales y personales, pero para llegar hasta ahí hay que sufrir bastante y pasar por momentos difíciles. Sé honesto contigo mismo sobre lo que quieres en la vida y sobre tus cualidades para conseguirlo. A veces lleva tiempo estar preparado, puede que incluso no seas la persona adecuada para ello. No importa. Es mejor dejar al lado un sueño a que se convierta más adelante en una pesadilla
Alejandro García. Economista especializado en marketing y mercados financieros. Es un apasionado del mundo startup y las nuevas tecnologías