Paul Graham, programador y emprendedor norteamericano fundador de Y Combinator, ya en octubre del 2006 compartía lo que a su parecer son los 18 errores que asesinan las startups; en retrospectiva mantienen una vigencia tal que vale la pena poner atención a ellos:
1.- Fundador único: Son realmente pocos los emprendimientos que han llegado a tener éxito donde sólo hay un fundador detrás de ellos. Paul lo considera, de inicio, un voto de desconfianza no poder transmitir con otro(s) aquello que deseas llevar a cabo. Esos otros comunmente son los amigos, pues son quienes nos conocen mejor. Aún considerando que sobre una sola persona pueda recaer todo el trabajo de arrancar un proyecto, no hay que desestimar que los colegas son necesarios para lluvia de ideas, toma de decisiones y animarse en las adversidades. El contar con multiples fundadores obliga a todos a no sucumbir y poner el máximo por el bien de los otros, rendimiento extra que no se obtiene al ser una sola persona.
2.- Mala ubicación: Hay que aceptar que hay lugares donde las startups prosperan y otros en las que no. Es de conocimiento en el sector que muchos emprendedores no han logrado despegar sus proyectos hasta que no migraron a San Francisco o Palermo Valley. Incluso ciudades como Nueva York y Houston no son garantía. La razón de esta dinámica es qu es en estas matrix empresariales donde se concentran los expertos, los inversores, los contactos… ¿Serán Madrid, Barcelona y Valencia puntos estratétigos para la convergencia de los expertos españoles?
3.- Nicho marginal: Paul, en su calidad de inversor, se queja de un problema en común que comparten muchas startups: la elección de un pequeño y oscuro nicho con la esperanza de evitar la competencia. Al respecto opina que conseguir hacer algo buena implica la aparición de competidores: la única manera de evitar la competencia es evitando las buenas ideas. Considera que de manera inconsciente muchos emprendedores se dejan llevar por proyectos más seguros que les proveen mayor seguridad y menos riesgo de fracaso, lo que termina siendo una falacia (nicho reducido = pocas visitas = nula rentabilidad).
4.- Idea derivada: Si analizamos, las verdaderas startups exitosas son aquellas que no se inspiraron en alguna otra: Google, un buscador simple y llano y punto; Youtube, sitio para compartir videos, que no lo había; Flickr, almacenar y compartir fotos… Para conseguir una idea original piensa en aquellos problemas que te afectan personalmente y que con aquello que ya hay no los has podido resolver satisfactoriamente. ¿Qué es de lo que las personas se quejan, que es lo que los internautas desean? Para no ir lejos, Bubok llega y “parte el queso” (consigue éxito y buzz) porque ofrece un sistema de publicación y distribución de textos fácil con el que no se contaba.
5.- Obstinación: Si bien se recomienda muchas veces no perder los objetivos fijados, apegarse a la ruta del proyecto, habrá ocasiones en las que un cambio de enfoque sobre la marcha sea necesario y obstinarse a no realizarlo desembocará lamentablemente en el fracaso. Aquí es importante estar atento para apreciar la mejor idea cuando llega y, lo difícil en este proceso es desechar la vieja. Esto no signifca cambio de ideas semanalmente, sino apoyarse en lo ya construido para avanzar con cautela pero hacia adelante. Paul señala que terminan siendo los usuarios quienes estarán ahí para decirte (expresa y tácitamente) que tan bien o mal estás haciendo las cosas.
6.- Contratación de malos programadores: En este punto señala Paul que en muchos casos los fundadores de los proyectos son los programadores de los mismos, pero con el crecimiento de tareas se ven en la necesidad de emplear programadores. Para este perfil de fundadores, elegir a la persona adecuada no será problema, pero, ¿aquellos que no son programadores? Se anima a considerar que muchos proyectos de la web 1.0 en la década de los 90’s se vinieron al suelo pues sus fundadores eran hombres de negocio que no supieron contratar a las personas adecuadas.
7.- Selección de la plataforma equivocada: Relacionado con el punto anterior, también muchos proyectos han perecido a falta del sistema, lenguaje, cms o implementación de los recursos más adeucados. Para no ir tan lejos tenemos el caso de Twitter, que a pesar de ser todo un exitazo en la web, el lenguaje inicial elegido para su desarrollo no les ha permitido realizar la escalabilidad necesaria a su crecimiento provocándose durante verano contínuas fallas y el planteamiento de los fundadores de reescribirlo desde 0 con otro lenguaje -PHP-.
8.- Lentitud del arranque: Aquí Paul pone como ejemplo el software, comentando que los programas suelen venderse con 85% de desarrollo y el resto irá llegando mediante actualizaciones, parches, etc. Muchas startups piensan que la salida debe ser lo más cuidada posible y ya disponiendo de todas las funcionalidades, lo cual termina no resultando la mejor decisión. Otro motivo que se tiene para no postergar el lanzamiento es que esa idea asesina pueden estarla desarrollando mejor que tú en otra ciudad, por lo que terminarás siendo “parecido a…”. Y también el temor al fracaso, temor a lidiar con lo usuarios, temor a… son punzadas que le invaden muchas veces al emprendedor.
9.- Apresuramiento en el arranque: Y, desde luego, otro factor de fracaso es irse al extremo opuesto y salir sin muchos detalles sin pulir, sin funcionalidades básicas activadas o sin un plan de crecimiento; en este caso se corre el peligro de arruinar la reputación del proyecto y asesinarlo apenas dando sus primeros balbuceos. En este caso la recomendación es distinguir entre aquello que es el nucleo del proyecto y que puede ya ofrecerse sin problemas, y aquello que puede ser ampliado gradualmente para completar la totalidad del proyecto. Cito como ejemplo a la recién lanzada por Héctor MIlla, Balzac.tv. ¿Cuál es su oferta actual de salida? Un programa semanal. Listo, el usuario sabrá ello y espera su programa cada semana; con los meses esta, que pareciera rústica, oferta irá creciendo y se irán enriqueciendo los servicios que se encuentran en el sitio.
10.- Carecer de usuarios específicos en mente: Comienzo citando el ejmplo; Tuenti, red social para adolescentes y jóvenes de las ciudades españolas. No más. ¿Resultado? Un éxito tal que tiene más visitas en España que “su competencia” Facebook. Con el proyecto sus fundadores resolvieron inquietudes concretas (por ejemplo, la comunicación en línea) de personas concretas. Sin embargo resulta sorprendente la cantidad de proyectos que asumen que alguien, que no están seguro quien es, querrá lo que está construyendo. Habrá algunas veces que esa metodología funcione, pero no es lo más viable y andar por ese camino (con una venda en los ojos podríamos imaginar) es pisar sobre terrenos no sólidos. Lo más recomendable es tener bien en cuenta a quienes va dirigido el proyecto para después corroborar que tanto impacto está consiguiendo. Si a Tuenti le dicen mañana “7 de cada 10 jóvenes de Madrid no te conocen” sabrá que hay 7 usuarios de Madrid por conquistar.
11.- Financiación escasa: Con el tiempo muchas de las startups que se llegan a consolidar se verán en la necesidad de levantar rondas de capital. Ello implica todo un arte (recomendadísima esta Guía para recaudación de fondos e inversiones, también de Graham), pero el que éstas no resulten exitosas o se consigan poco recursos económicos termina jugando en contra del proyecto, pues será indicativo de la falta de confianza que gente bastante ducha en la materia -inversores- ve en tu servicio. Tomar dinero de otros implica tomar el suficiente para alcanzar el siguiente paso del proyecto, sea cual sea. Una recomendación que otorga flexibilidad es arrancar gastando practicamente nada y tener como objetivo inical la construcción de un prototipo sólido.
12.- Demasiado gasto: Contar con fondos lleva a más personas de las que uno imagina a manejar los mismos de manera suelta y poco organizada. Acabarse el dinero sin conseguir el mínimo de resultados planteados no es más que evidencia de que eres un gastón. Una de las formas más habituales en las que suele desperdigarse el dinero es en la contratación de personal de más; en este sentido, Paul hace 3 recomendaciones: no contratar a alguien si puedes evitarlo; paga a las personas lo justo, para que te ofrezcan lo mejor de sí; contrata sólo a quienes o te van a escribir el código o te van a conseguir los usuarios, que son los dos puestos que realmente necesitas.
13.- Levantar demasiado dinero de inversores: Como ya se menciono arriba, tener dinero de otros en el proyecto resulta ampliamente comprometedor, y más cuando éste es mucho. Cita una frase de un inversor a un emprendedor: “Una vez que usted toma varios milones de dólares de mi dinero, el reloj está corriendo”. Otro de los problemas que conlleva contar con dinero de muchas personas en el proyecto, es dedicar tiempo para comentarle a esas personas que estás haciendo con él, tiempo que tus competidores estarán dedicando en ofrecer un mejor servicio que el tuyo. Paul recomienda manejarse con pies de plomo y no ser demasiado ambiciosos en la recolección de fondos.
14.- Mala gestión del inversor: Llega a suceder que muchos inversores se sienten en la capacidad de injerir en las desiciones de crecimiento de la empresa, situación que el fundador debe evitar desde un principio a toda costa. Si le sucedió en su momento a Apple y el mismo fundador fue despedido, no estás tú excento de algo parecido.
15.- Sacrificar a los usuarios a costa de los beneficios: Para ello es importante desarrollar un inteligente modelo de negocio a través del cual tanto el usuario reciba un beneficio en el uso de tu servicio como tú te lleves cierto margen de ganancia en el préstamo del mismo. Pero de eso a poner un muro y ofrecer al usuario condiciones en las que no ve el beneficio para su causa no es más que una invitación para alejarlo y que no vuelva más. No dejar desde luego de lado que hacer algo que la gente quiere es mucho más difícil que obtener dinero de ello. El punto de inicio es la preguntarse la forma de crear riqueza con el proyecto bajo la fórmula: cantidad de personas que quieren algo por el número de personas que lo desean. A fin de cuentas las empresas que ganan serán las que ponen a los usuarios en primer lugar. En el caso de Google, primero se esmeraron por llevar la gente y solucionarles una necesidad; después ya pudieron preguntarse cómo conseguir dinero de ellos. Si es irresponsable no pensar en el modelo de negocio es 10 veces más irresponsable no pensar en el producto.
16.- No querer “ensuciarse” las manos: Se requiere mucho, mucho trabajo previo hasta poder entregar un producto vendible: programar, reparar bugs, añadir sugerencias de usuarios, acercar visitantes, ser mejor que la competencia; y cuando ese trabajo lo haces tú mismo te darás cuenta que se vuelve más productivo. La recomendación de que sean al menos 2 fundadores es para que uno esté metido de lleno en las labores técnicas mientras el otro invierta todo su tiempo consiguiendo usuarios, haciendo llamadas, organizando las campañas de marketing.
17.- Peleas entre fundadores: Y si contar con al menos 2 fundadores tiene sus aspectos positivos, es común que se den diferencias y peleas entre ellos que llegan a una ruptura y disolución del proyecto. Paul se atreve a decir que muchas de las situaciones que desembocan con el paso de las meses no son sino evolución de inquietudes que no se aclararon previamente del arranque del proyecto, por lo que invita a que se sea cuidadoso en estipular desde un inicio las responsabilidades, derechos y obligaciones de cada uno de ellos. Evita a toda costa iniciar un proyecto con alguien que te desagrade solo por la sencilla razón de que necesitas alguna de las habilidades que posea.
18.- Poner la mitad del esfuerzo: Un proyecto necesita la completa dedicación de sus fundadores y que éstos dejen el alma y se consagren con vehemencia al mismo. Para muchos, por tener algún trabajo formal o participar ya de otro proyecto les resultará imposible, sin embargo lamentablemente terminan siendo las startups en las que sus fundadores no están a full las que se van a la deriva. Si decíamos que el fracaso de una startup es porque no ofrece a los usuarios lo que éstos necesitan, mucha responsabilidad tendrán sus desarrolladores por no aplicarse a ello. El error más grande que puedes cometer es no intentar lo suficiente.
Fuente: PymeCrunch
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