Irrumpió con fuerza en el 2010, pero la televisión 3D no ha cumplido las expectativas generadas. Al menos, las de los usuarios. Se comercializaron multitud de modelos, tamaños y precios, pero los nuevos contenidos en tres dimensiones no encandilaron a los consumidores como se había pensado. De hecho, se estima que en EE.UU los equipos 3D no representaron ni el 5 por ciento de los televisores del mercado, mientras que en España solo correspondieron al 2 por ciento. Es decir, que en 2012, solo 2 de cada 100 teles vendidas en España eran 3D.
Pero, ¿por qué la televisión 3D no obtuvo el éxito esperado? Su elevado precio, sin duda, fue uno de los escollos. Pero también fue un error que cada fabricante optara por una tecnología diferente, lo que se conoce como 3D activo y 3D pasivo. Esto confundió al consumidor a la hora de elegir un modelo u otro. Y si a ello sumamos la falta de contenidos, no es de extrañar que la televisión 3D no cosechara los brillantes resultado que le auguraron.
La puntilla le llegó con la aparición de las televisores 4K, que incorporan una nueva resolución para televisores y cine digital que tiene cuatro veces más píxeles (3840 x 2160) que la alta definición, una calidad visual inimaginable hasta ahora. A partir de ese momento, la industria y los fabricantes han apostado más por incrementar la resolución de la imagen y la profundidad de color que por las 3 dimensiones. De hecho, si nos fijamos en los modelos de televisores presentados en las ferias CES de los últimos años, no hay duda de que es la tecnología 4K o UHD y las televisiones curvas las que están marcando tendencia.
Los equipos 4K que ya están a la venta suelen asociarse a pantallas grandes. Y es que para apreciar todas las ventajas que ofrece esta resolución es recomendable contar con una pantalla de al menos 60 pulgadas. De hecho, el tamaño más común es el de 80 pulgadas. También conviene que el espectador se ubique a unos tres metros de distancia del televisor.
Entre sus desventajas, el precio, que sigue siendo elevado. No obstante, hay fabricantes que cada vez lanzan al mercado modelos más asequibles. Basta con echar un vistazo a los nuevos televisores 4K de Sony para comprobar que el precio no tiene por qué ser un obstáculo a la hora de comprar uno de estos dispositivos.
Eso sí, la industria tiene que producir más contenidos compatibles con esta tecnología para que no le ocurra lo mismo que al 3D. Afortunadamente, el éxito de plataformas de vídeos en streaming como Neftlix, pionera en la producción y distribución de contenidos 4K, demuestran que esta tecnología sí tiene demanda.
A diferencia de lo que ocurrió cuando se lanzaron los televisores en 3D, en esta ocasión tanto los fabricantes como los espectadores apuestan por la tecnología 4K. De momento, la resolución y la profundidad de color han ganado la batalla a las tres dimensiones.