En junio de 2010, mientras se jugaba el Mundial de Fútbol en Sudáfrica, yo me estaba recibiendo de padre primerizo. En ese mismo año Steve Jobs anunció la llegada del primer iPad, dispositivo que adquirí un día antes de que Tobi, mi hijo, llegara al mundo y con el que pasaba los ratos en la clínica mientras el pequeño dormía. Por aquel entonces yo usaba un Blackberry con teclado porque no concebía tener que tocar la pantalla para escribir, me parecía extraño e incómodo. En poco tiempo, la nueva tablet y el entorno iOS, me habían atrapado y me encontraba conociendo el mundo de las apps que alterarían para siempre la forma en que los usuarios buscan, navegan y acceden al contenido.
A medida que mi hijo fue creciendo, me di cuenta de que algo que para mí era un mundo nuevo, que tenía que aprender desde cero, para él era algo natural, simple y hasta obvio.
Hoy Tobi, con sus 4 años, maneja los dispositivos móviles de una manera súper intuitiva, porque nació con un iPad, y un smartphone a su alcance, y veo reflejado en él, un cambio en el hábito de consumir contenidos que vino para quedarse. En este mismo período, pude experimentar en carne propia lo difícil que es encontrar contenido de buena calidad y apropiado para los más pequeños.
Según Common Sense Media, en Estados Unidos, la cantidad de niños que ha utilizado dispositivos móviles se ha duplicado desde 2011 (38% a 72%). Por otra parte, en 2011, sólo el 10% de los niños menores de 2 años había utilizado alguna vez un dispositivo móvil. Ahora ese número ha subido hasta el 38%.
En el año 2006, Google compró YouTube por U$1.650 millones y en aquel momento nadie entendía por qué pagaban tanta plata por una empresa que perdía dinero. Hoy, creo que YouTube es “la televisión“ para las nuevas generaciones. También surgieron compañías como Netflix y Spotify, entre otras, que brindan al usuario la posibilidad de consumir contenido de video o música en forma ilimitada y desde cualquier dispositivo, por una tarifa fija que equivale a una fracción de lo que cuesta el cable. Y por supuesto los App Stores de Apple, Google, Amazon y Microsoft que hace años no existían y hoy son también actores principales en el cambio de paradigma de la industria del contenido ya que ayudan a YouTube, Netflix, Spotify y el resto a distribuir sus aplicaciones en forma masiva.
En marzo de 2013, después de estar al frente de dream ad, compañía que fundé junto a Andrés Laniado y que fue adquirida por Ybrant Digital en 2009, decidí renunciar a mi cargo para emprender nuevamente, y junto a mis amigos y socios, Fernando Abdala, Andrés y Jacob Nizri, decidimos fundar VidClub.
Nuestra empresa se dedica a la generación de contenidos multiplataforma pensados para niños de 1 a 5 años de edad. Bajo nuestra marca propia “Toobys” desarrollamos videos de formato corto, e-books y apps, todo específicamente pensado para este segmento. Nuestros contenidos son educativos y además cumplen la función de entretener. Abordamos temas de interés de los niños como aprender los colores, los números, las letras y otras cosas. A través de nuestro canal de YouTube, donde tenemos más de 11.00 suscriptos y más de 6 millones de visualizaciones, recibimos comentarios de los padres contándonos cómo sus hijos aprenden, o se apoyan en nuestro contenido para reforzar sus conocimientos, mientras cantan nuestras canciones. Eso nos genera una gran satisfacción personal al margen de cualquier ambición económica. De alguna manera tenemos un impacto en los momentos que los padres comparten con sus hijos cuando ven nuestro contenido y recibir ese feedback no tiene precio.
Nuestra audiencia proviene mayormente de países de Latinoamérica, España y la comunidad hispana en Estados Unidos. Pero vemos una oportunidad global ya que nuestro contenido puede ser traducido a distintos idiomas y ser relevante en cualquier país.
En este primer año llevamos invertido unos U$S 100.000 entre los socios fundadores, que nos han permitido desarrollar una librería de más de 40 videos, empezar a desarrollar nuestras primeras apps y destinar un mínimo de inversión a marketing. En los próximos 12 meses tenemos objetivos claros para extender nuestra oferta de contenidos, desarrollar nuestra audiencia y concretar algunos acuerdos comerciales que nos permitan llegar a una facturación de al menos AR$1.000.000 en 2015.
Mi nombre es Emanuel Goldschmidt, Co Founder & CEO de VidClub, empresa que une mis pasiones, experiencias personales y profesionales y me mantiene pensando todos los días en las cosas que más quiero y me gustan.
Emanuel Goldschmidt, Co Founder & CEO de VidClub