Ecollect, es el primer desarrollador argentino de máquinas de reciclado de envases plásticos y/o de aluminio, con una propuesta que une el marketing con la responsabilidad social empresaria.
Por cada envase que se introduce en la máquina (100% ploteada con la imagen del cliente que la alquila), ésta realiza un sorteo de productos y promociones. También acumula puntos canjeables y genera rankings para premiar el esfuerzo de los que más reciclan. Victoria y Tomás, sus creadores nos cuentan su historia:
Ecollect nace a mediados del año 2015 fundada por Tomás Lanusse y Victoria Martorell aunque el primer prototipo empezó a funcionar en febrero del 2016.
Arrancamos con una inversión inicial de U$S120.000, provenientes principalmente de inversores ángeles
La primera decisión importante que tuvimos que tomar fue frente a la disyuntiva de importar la tecnología o apostar al país y desarrollar las máquinas localmente. Sabíamos que el camino de la última opción sería mucho más largo y tedioso. Pero algo nos decía que valdría la pena el esfuerzo.
Y el momento del esfuerzo llegó antes de lo que creíamos. Fue sumamente difícil encontrar un socio estratégico para el desarrollo. Tuvimos intentos fallidos que nos significaron pérdida de tiempo y dinero. La tecnología parecía muy simple pero cuando empezábamos la etapa de pruebas nos dabamos cuenta de que las variables externas eran muchas, sobre todo en lo que tenía que ver con el usuario y su modo de relacionarse con la terminal. Y nuestro prototipo fallaba.
Hasta que finalmente, creímos que la máquina estaba lista y nos animamos al primer evento masivo. A ojos del público y de la marca que nos sponsoreó, el evento fue un éxito rotundo. Se formaron filas larguísimas de gente esperando para poder dejar sus botellas y participar de un sorteo por premios instantáneos. Los que no traían botellas también querían ver de qué se trataba. Y les gustaba lo que veían. Sin embargo, nosotros que no habíamos sacado los ojos de la máquina, supimos que aún faltaba un largo camino por recorrer y muchísimos ajustes por hacer.
Pero no bajamos los brazos. Seguimos haciendo pruebas, ajustes, más pruebas y más ajustes. La máquina tenía que lograr ser autónoma y comunicarse con el usuario para acompañarlo en el correcto uso y así evitar fallas.
Con más eventos nos convertimos en expertos en eventualidades. Observábamos, anotábamos, analizábamos y ajustábamos. Así nos fuimos haciendo conocidos y las marcas nos empezaron a llamar, justo cuando la versión definitiva empezaba a concretarse.
Los planes a futuro
Nuestro plan para este año y el que viene es llegar al país entero con una red de terminales de recupero sponsoreadas por distintas marcas. Queremos explotar el potencial comunicacional y dejar mensajes simples y claros de conciencia ambiental a los usuarios que se acerquen a las terminales, para que de a poco vayan incorporando la separación de residuos y el cuidado al medio ambiente como hábito primario.
Por el lado de la marca, estamos trabajando en actualizaciones de software que les permitirán ver a la implementación como una inversión que impacta no solo en imagen de marca, sino también en marketing y ventas. Nuestras terminales les permiten promocionar productos e impulsar ventas, así como también generar bases de datos, conocer más al usuario y fortalecer su vínculo con la comunidad
El tip: Desdibujar los «no» y reciclarlos en «si»
Descubrimos que sin la tenacidad con la que encaramos el proyecto no hubiese sido posible llegar a donde llegamos. Fueron infinitas las veces que las señales externas nos invitaban a claudicar, pero nuestro estómago nos decía lo contrario. Había que seguir, desdibujar el “no” y reinventarlo. Un “no” abre puertas a muchos SI. Es cuestión de encontrarle la vuelta.
Otro gran aprendizaje que obtuvimos, es que no hay que ser celoso del proyecto y abrirse a la gente de la industria. Enriquecerse de los que más saben, brindar apoyo y esperar a que solo vuelva. Porque sembrar relaciones positivas y apostar al esfuerzo colectivo no puede otra cosa que llegar a buen puerto, por más trabas que aparezcan en el camino.