Mi flechazo con el beautytech fue durante una escapada de fin de semana con una amiga que vivía en Shanghái, y que me descubrió un dispositivo facial para el cuidado diario en casa que, sin duda, era algo muy innovador en España.
A partir de ese momento ya no pude pensar en otra cosa, y comencé a investigar y probar todo un universo de aparatos que facilitan la vida a las mujeres, y que aún no tenían mucha visibilidad en Europa. Entonces decidí cuál era mi camino: traerlos a España y ponerlos al alcance de todas.
Y es que los datos demuestran que cada día más mujeres adoptan tecnología para su bienestar, y la tecnología que antes solo estaba disponible en centros profesionales ahora está disponible para uso en casa conforme va evolucionando. Así que me puse a ello.
Los inicios
Con una inversión inicial de 15.000€ procedentes exclusivamente de recursos propios, arranqué en 2020, en plena pandemia y con las fábricas cerradas, lo que dificultó el cierre de acuerdos con proveedores que priorizaban el stock para sus clientes más antiguos. También fue un reto hacernos un hueco entre competidores con proyectos multinacionales, con gran presupuesto, pero hemos hecho un trabajo muy a medida, con mucho cariño, y eso nos ha permitido ir haciéndonos un pequeño hueco, que no para de crecer.
Otro aspecto que creo que nos ha facilitado las cosas es que somos una compañía de mujeres, para mujeres.
Más del 80% de la plantilla somos mujeres de mediana edad muy comprometidas con lo que hacemos, que es dar visibilidad a esa tecnología cosmética de uso en casa que realmente puede mejorar cuestiones que son la preocupación de muchas de nosotras, como la recuperación tras la maternidad o el cuidado en la menopausia, y, en definitiva, que nos ayude a explorar y descubrir nuestro cuerpo para sacar lo mejor de él.
Lo que sigue
Por eso, nuestra ilusión es convertir SKINVITY en un espacio infinito donde cualquier mujer pueda adquirir la mejor tecnología disponible en el mundo que le procure el bienestar que anhela.
Para ello, analizamos cada mercado, cada necesidad y cada dispositivo con ojo crítico, y probamos y analizamos cada dispositivo, los combinamos, los desmontamos, los compartimos con expertos y hacemos lo que haga falta para acabar ofreciendo solo lo más eficaz, honesto y duradero de la aparatología femtech.
Ahora que celebramos el tercer aniversario con la previsión de superar el millón de euros en 2023, considero que hemos tenido unos años muy buenos, con muy buena tracción, métricas muy controladas y gestión muy eficiente de los recursos. Y, lo más importante, hemos aprendido mucho, nos hemos divertido, y hemos generado virtuosos círculos que nos han traído hasta aquí, lo que nos anima a seguir aprendiendo de los nuevos retos que traerá el futuro.
Hoy nuestro foco está en la fabricación de producto propio, como la línea de cosmética que lanzamos el año pasado y, sobre todo, la Silicone LED Mask, el dispositivo que acabamos de lanzar, a la venta desde hace unas semanas, y que propone un tratamiento en casa sencillo, no invasivo y altamente eficaz a base de fototerapia LED para el autocuidado de rostro, cuello y escote.