¿Son buenos tiempos para crear una startup? España es uno de los polos de creación de empresas en fase startups más activos en Europa, con puntos como Madrid, Barcelona, Levante o Málaga. A pesar de que la mayoría de las startup no llegan a los cinco años de vida, la experiencia y el aprendizaje que se obtiene de esa experiencia se suele trasladar a otros proyectos. Del mismo modo, existe un nuevo perfil de emprendedor: el denominado viejennial, perfiles senior con amplia experiencia, mente abierta y ganas de demostrar que aún pueden estar en activo. Para todos ellos, además de un buen producto se requiere una adecuada estrategia de marketing para startups.
En este sentido, existen dos vías: crear un equipo interno con perfiles experimentados u optar por la contratación externa. Existen agencias especializadas en marketing para startups con un buen bagaje a sus espaldas en éxito con empresas en fase semilla y en fase startup.
Independientemente de la vía por la que se opte, lo que no hay duda es que el marketing tradicional no genera ese retorno esperado un proyecto de rápido despegue como exige este ecosistema. De ahí que haya tomado fuerza el Growth Hacking aplicado a empresas de nuevo cuño.
Growth hacking: todo lo que puede hacer por tu startup
Aunque existe una correlación entre el ecosistema startup y el growth hacking, esta se debe a la filosofía de trabajo entre ambos, basada en la experimentación y los productos mínimos viables. ¿Por qué resulta tan atractivo imbuirse de esta metodología de marketing para una startup? Precisamente porque pone el foco en el producto diseñado para el público, que este se enamore de él, y por supuesto, de la marca que lo ofrece.
Los pilares del growth hacking aplicado a las startups
Uno de los grandes hándicaps de por qué el growth marketing ha llegado para quedarse es que no se circunscribe únicamente a venta de producto, sino que puede convertirse en la estrategia marketing para todo tipo de startups. Se basa en método, análisis y experimentación controlada. Ahora bien, por supuesto, incluye una serie de pivotes sobre los que se trabaja cada uno de los objetivos.
El primero de ellos es ampliar los canales de captación. Dar ese salto mental hacia el caladero de usuarios afines a la solución ofrecida que nadie está prestando atención. Pueden ser redes sociales, o medios menos tradicionales.
Por supuesto, el SEO a medio plazo sigue siendo vital. En este punto, la mayoría de las startup juegan con la desventaja de que la antigüedad del dominio no acompaña, por lo que hay que focalizarse en el resto de factores que deciden el posicionamiento.
Un tercer pilar, y uno de los claves para que los cimientos del éxito sean sólidos, pasa por la usabilidad del proyecto y de los puntos de contacto con el cliente-usuario. Ojo, que esto no tiene que ver únicamente con el aspecto sino con la facilidad de uso y la rapidez en la navegación. Para una startup la retención es vital. No solo por la recurrencia de pedidos sino por la referencialidad que genera una buena experiencia de compra (sea producto o servicio). Mimar a ese cliente será la base del éxito de cualquier empresa, incluidas las startups