La gente tiende a pensar en los empresarios como héroes solitarios, pero no es así como funciona en la vida real.
Muchos viven a la altura de su reputación como gente que corre riesgos y se mantienen como seres ajenos al resto, pero pese a su estatus especial, lo cierto es que los empresarios necesitan apoyo para ser exitosos.
De hecho, somos parecidos a los corredores de Fórmula 1: la persona en la cabina del piloto recibe toda la gloria dado que los admiradores tienden a olvidarse del equipo de los pits y de todo el trabajo tras bambalinas que es necesario para mantener al conductor en la pista.
Los negocios no son diferentes, porque un emprendedor no tiene éxito si está solo.
Esta diferencia es más importante de lo que la gente supone. Los dueños de empresas pequeñas son cruciales para un país próspero: son los motores que impulsan las economías, crean empleos, atizan el crecimiento y, en última instancia, transforman las comunidades.
Esto significa que es vital que los gobiernos, los inversores y educadores encuentren formas de aprovechar esa energía. Significa también que alentar a los emprendedores a empezar de nuevo cuando un negocio fracasa es fundamental para una economía saludable.
Un empresario, por ejemplo, que se pone en pie después de un revés necesita un mentor para recordarle que la perspectiva es todo. Mis padres me enseñaron desde mi más tierna edad la importancia de mantener una actitud positiva y asumir la responsabilidad por mis actos. Esas son las bases que han dado forma a mi carrera.
En cierta forma, mi madre fue mi primer mentor. Cuando era niño yo siempre estaba impaciente por intentar nuevos retos en todas las áreas: en casa, en el campo deportivo, e incluso en la escuela.
Cuando las cosas no salían bien (¡y frecuentemente eso sucedía!) ella siempre me decía que no viera hacia atrás con tristeza, sino que siguiera adelante e intentara algo nuevo.
Creo que esa habilidad básica es absolutamente crucial para tener éxito en los negocios.
Empezar una empresa o negocio puede ser una experiencia muy dura y solitaria -muchas compañías fracasan en sus primeros años-, pero un emprendedor no puede ver un revés como una mala experiencia: es sólo parte de una curva de aprendizaje.
Para ayudar a cambiar al mundo necesitamos preparar a gente joven interesada en los negocios para que desarrollen su espíritu empresarial, y no es una tarea fácil.
Las universidades e institutos pueden enseñar ciertas habilidades, pero creo que la mayoría de los emprendedores incipientes harían mejor en depender de una red informal de consejeros y mentores que posean la experiencia y conocimientos para guiarlos.
En lo personal, dependo de un asombroso grupo de asesores, gerentes y colegas empresariales para ayudarme a operar el Virgin Group.
Esa fue una de las razones por las que decidimos establecer la Branson School of Entrepreneurship en Johannesburgo, Sudáfrica.
No tanto una escuela sino una incubadora de talento empresarial. Es un lugar lleno de personas entusiastas con grandes ideas que aprenden habilidades prácticas de negocios al tiempo que conocen a emprendedores de todo el mundo y aprenden de ellos.
La clase de este año tuvo énfasis en la creación de empleos en las comunidades con menos ventajas en Sudáfrica, y consistió más que nada en empresarios que deseaban llevar sus negocios al siguiente nivel.
Una empresa desarrollada por la escuela es Gaming Zone (Zona de juegos). Fundada por Musa Maphongwane y Amos Mtsolongo, Gaming Zone ha dado nuevo uso a siete contenedores de barco para crear un lugar seguro y barato para que los clientes practiquen los más recientes juegos de video.
Musa y Amos tienen planeado expandirse a 40 tiendas, y también proporcionar clases semanales sin costo de conocimientos computacionales que estarán abiertas para todos.
Este es un gran ejemplo de un gran negocio que puede crecer comercialmente y, al mismo tiempo, causar un gran impacto en la comunidad que lo alberga, y un ejemplo maravilloso para que sea emulado por la nueva generación de empresarios sudafricanos.
Creo que si deseamos conquistar retos globales como el hambre, la pobreza y el cambio climático, debe haber más cooperación, colaboración y conocimientos compartidos entre empresarios.
Es por eso que dedico mucho de mi tiempo a conocer emprendedores en todo el mundo, en busca de grandes ideas que alentar.
No se trata sólo de dar fondos para muchas nuevas empresas, sino también de ayudar a los aspirantes a empresarios a encontrar esos fondos por cuenta propia.
En los negocios no hay sustituto para la experiencia. Así que si usted es un empresario, adelante. Si ha logrado éxito empresarial, piense en devolver algo a la comunidad, siendo mentor de emprendedores prometedores. ¿Quién sabe? Podrían ser los próximos Musa y Amos.
Richard Branson. Fundador de Virgin Group y compañías como Virgin Atlantic, Virgin America, Virgin Mobile y Virgin Active.
Fuente: Revista Portafolios
Felicidades y, buen fin de semana!!.
Hector