¿Cómo ha conseguido Pep Guardiola, entrenador del Barça, lograr el triplete en sólo una temporada? Con la ayuda de expertos en liderazgo y en psicología deportiva hemos analizado su trabajo y te contamos cuáles son las claves de su gestión y qué enseñanzas se pueden aplicar al mundo de la empresa.
Si en junio de 2008 –cuando aceptaba dirigir al Barcelona– alguien le hubiera dicho a Guardiola que sólo un año después iba a ganar tres títulos (la Copa del Rey, la Liga y la Liga de Campeones), pensaría que estaba loco y le tacharía de irresponsable, como señaló el día de su presentación como nuevo técnico cuando le preguntaban por esa posibilidad. Y sobre todo, porque, al margen de su exitosa trayectoria como jugador, su experiencia como entrenador de fútbol se limitaba a dirigir al filial del primer equipo blaugrana, es decir, ni siquiera tenía experiencia en entrenar a uno de primera división. Guardiola era un novato al frente de un gran reto.
Esta gesta, que sólo han conseguido cuatro equipos han conseguido (Ajax, Celtic Glasgow, Manchester United y PSV Eindhoven), se hace más especial si se tiene en cuenta que, además de su inexperiencia, Guardiola ha vencido, por un lado, las críticas iniciales que tildaban su elección de tremendo error. Y, por otro, llegaba al club en un momento muy crítico para la entidad: dos años de sequía sin ganar títulos y también atravesaba una crisis interna después de que su presidente, Joan Laporta, se tuviera que enfrentar a una moción de censura que consiguió salvar por los pelos (en una votación muy ajustada de los socios compromisarios) en agosto de 2008.
DECISIONES CRÍTICAS
Pero los muros que ha tenido que derribar Guardiola no acaban ahí, porque tuvo que lidiar con dos de las vacas sagradas del equipo, como Ronaldinho y Deco, que abandonaron el club porque no eran del agrado del entrenador. Una decisión que cosechó críticas y miedos a partes iguales al deshacerse de dos grandes jugadores.
O el culebrón de Samuel Eto’o (otro de los estandartes deportivos del Barça), que ha durado dos años. Primero, en 2008, le dio una segunda oportunidad dejándole en la disciplina del equipo. Los entendidos del fútbol sostienen que la intención inicial de Guardiola era la de haberle vendido, pero el club no encontró comprador.
Esta teoría se confirmó en julio pasado cuando Guardiola animaba al díscolo jugador camerunés a que se marchara del equipo: “Es sólo una cuestión de olfato”, dijo para argumentar la decisión de dejarle fuera de la plantilla. “Es lo mejor para el equipo y para el club. Eto’o es un jugador maravilloso. Nos ha dado goles y sacrificio. Fue determinante su contribución al triplete. Sin él no hubiéramos ganado todo, estoy seguro”, pero… “después de ganar toca cambiar. Me lo dice la experiencia como jugador. Lo más sencillo sería no cambiar nada. Es sólo una cuestión de feeling, de sensaciones. Algo me dice que saldrá bien y que lo necesitamos. Si me equivoco, la responsabilidad será sólo mía”. Con estos piropos, Samuel Eto’o se marchó finalmente al Inter de Milán, después de que el club blaugrana fichara a su delantero Zlatan Ibrahimovic.
PRIMEROS RESULTADOS
Y como no hay dos sin tres, el inicio de temporada no fue el más deseado para los aficionados blaugranas: el equipo de Guardiola perdía el primer partido de liga contra el Numancia y empataba el segundo con el Racing de Santander.
A pesar de este escenario tormentoso, Guardiola –fiel a su idea de convertir al Barça en un equipo cohesionado, sin fisuras, que rema en un mismo sentido– se mantiene firme e impregna a sus jugadores valores como confianza, compromiso, pasión o esfuerzo por el trabajo. Valores que le ayudan a superar la última parte de la temporada; fase crítica cuando su acérrimo rival se coloca a sólo cuatro puntos. Seguro, sereno y humilde en todo momento –sólo una vez pierde las formas cuando en la semifinal de la Liga de Campeones corre por la banda como poseído celebrando unos de los goles del equipo, fruto de la tensión acumulada en la temporada– triunfa en las competiciones en las que participa logrando un hito en el fútbol español. Aunque queda en segundo plano cuando su eterno rival consigue en una semanas –tras la llegada de Florentino Pérez y sus fichajes estrella– acaparar las portadas y restar protagonismo al triplete.
¿Y AHORA QUÉ?
Josep Guardiola se enfrenta a un gran reto en su segundo año al frente del Barça ya que, aunque sería presuntuoso exigirle igualar el triplete por la dificultad que eso conlleva, ha puesto el listón de éxitos tan alto que todo lo que haga a partir de ahora será comparado con los triunfos conseguidos. La línea entre el éxito y el fracaso es delgada para la mayoría y, sobre todo, para los que le criticaron entonces y que ahora aprovecharán cualquier resquicio para continuar.
“Solemos ser muy implacables con los resultados. Si es bueno se entiende que lo has hecho bien, pero si es malo es que lo has hecho mal. Y eso no es justo porque hay gente que hace las cosas bien, pero los resultados llegan a largo plazo. Si Guardiola no hubiera conseguido los títulos, los analistas inteligentes deberían fijarse en si el método de trabajo ha sido el correcto, si la entrega ha sido máxima y si los objetivos eran comunes a todos los miembros del equipo”. Ésa es la lectura lógica que habría que hacerse, según Miguel Ángel Violán, autor del libro El método Guardiola para un liderazgo triunfante, que saldrá a la venta en septiembre.
Tal vez Guardiola no olvidará esta temporada la máxima que una vez le dijo Gabriel Masfurroll, ex vicepresidente del Barça y presidente de USP Hospitales: “Es más difícil mantenerse que llegar”.
LAS CLAVES DE SU GESTIÓN
Supera la inexperiencia… aprendiendo de los mejores. Según Gabriel Masfurroll, Guardiola ha adquirido una gran formación desde que ingresó en La Masía, su vida en el Barça, donde vivió derrotas, victorias, etc., o su paso por Italia donde maduró como persona. “Ha tenido como maestros a grandes entrenadores. Y eso le ha permitido elaborar su receta”. Eugenio de Andrés añade que siempre estudió lo que hacían sus entrenadores: “Preguntaba el porqué de sus decisiones”.
Gestiona la presión… sin perder el objetivo. Para Juan Carlos Cubeiro, “ha demostrado gran serenidad, incluso cuando el Madrid le tuvo cerca. Ha dosificado esfuerzos y mantenido el discurso de que aún no habían ganado nada”.
Asume la responsabilidad… y quita presión al equipo. “El líder soy yo”, contestó cuando le preguntaron si el equipo no echaba en falta un líder en el campo. “Ha dado la cara en los momentos difíciles para quitar presión al grupo. Y ha manejado el tempo psicológico”, destaca Jaume Cruz.
Comunicativo… y exigente. “Ha demostrado que un estilo de comunicación positivo no está reñido con ser exigente al máximo”, afirma Cruz. “Es ejemplo de un liderazgo no autoritario ni rígido, sino flexible, que sabe ser exigente”, afirma De Andrés.
Se rodea de colaboradores… que dan valor. “Si el líder piensa que es el mejor, está acabado; no puede saber de todo. Para rodearse de buenos colaboradores, ha hecho autocrítica y reconocido que necesita de otros”, apunta De Andrés. “Se ha rodeado de su gente. Tal vez, no sean los mejores, pero sí son sus mejores, en los que confía ciegamente y ellos, en él. Y juntos multiplican su valor ‘n’ veces”, recalca Masfurroll.
Gestiona la diversidad… con la dirección personalizada. ”Si intentas resolver por la fuerza un conflicto con un profesional muy competitivo, que busca lucirse, estás acabado. Le puedes ganar, pero rompes la relación y tendrás problemas con él”, explica Eugenio De Andrés. El socio director de Tatum profundiza aún más: “Ha sabido ver cuáles son los puntos fuertes y débiles de cada uno, técnica y personalmente. A unos les ha abierto la mano, y a otros, les ha guiado, porque pueden ser ejecutores de sus decisiones, pero no todos valen para proponer ideas, gestar proyectos…”.
Grupo… frente a individuos. “Si el equipo está unido y con iguales objetivos, el proyecto será ganador. Si surgen díscolos que ponen trabas, peligra. Por eso, prescindió de Ronaldinho, Deco y Eto’o. Los roces y las dificultades provocan distorsiones y se pierde el rumbo”, argumenta Gabriel Masfurroll.
Gestiona el talento… desde el compromiso. “De nada vale gente con capacidad 10 y compromiso cero. Si tienes un 5 en capacidad –gente con poca experiencia, que se acaba de incorporar– pero con un 10 en compromiso –que se entrega, que entrena, que respeta las normas internas, etc.– consigues un talento mayor”, defiende De Andrés. Y Masfurroll añade: “La clave es hallar a las personas adecuadas para cada posición, que combinen compromiso y talento y sean complementarios entre sí, profesional y personalmente”.
Gestiona la cantera. En opinión de Cruz, “la ventaja de la cantera es que sabes lo que puedes esperar de cada uno. En el Barça, los filiales juegan con el método de trabajo del primer equipo, y un juvenil que salte al primer equipo no lo extraña. En una empresa, la ventaja de la cantera –promoción interna, junior, etc.– está en conocer la estructura y el funcionamiento de la organización”.
AFRONTANDO LOS PROBLEMAS
“Estamos componiendo un equipo y no están en nuestro pensamiento”, afirmó Guardiola cuando le preguntaron por Ronaldinho y Deco. “Si sintiera que Ronnie quiere, que siente que puede volver a ser el que fue, no hay entrenador que no lo quiera. Quiero un vestuario fuerte en el que todos se sientan importantes. Si no blindamos esos aspectos, seremos menos fuertes. Si él sintiera esto, estaría”.
Juan Carlos Cubeiro, de Eurotalent, destaca que “en la búsqueda del talento está la capacidad y el compromiso, y éste cada vez pesa más en esa fórmula. Los dos tenían poco compromiso con el club. Jugaban más para sí mismos, dosificando energías. Si tienes prima donnas que no trabajan para el equipo, al final tendrás problemas”. ¿Qué enseñanzas se obtienen? “Que la actitud y, por tanto, el compromiso es más valioso que la aptitud. Conocimientos y habilidades se pueden adquirir y aprender, pero el compromiso es imprescindible e insustituible, si alguien no lo tiene”, subraya.
EL MÉTODO PARA UN LIDERAZGO TRIUNFANTE
Recordando a Séneca (“Ningún viento es favorable para aquel que no sabe a dónde navega”), Miguel Ángel Violán, autor de El método Guardiola para un liderazgo triunfante, que sale a la venta en septiembre, sostiene que lo primero que se necesita saber cuando se gestionan equipos es hacia dónde quieres ir, “y Guardiola lo tenía claro desde el principio”. Este experto afirma que el énfasis no es tanto que el Barça haya ganado tres títulos –“es una anécdota brillante, pero una anécdota”–, sino que Guardiola ha demostrado que, a través de una gestión adecuada de valores humanos, se puede conseguir un éxito enorme.
Uno de los valores que destaca Violán es el de predicar siempre la humildad. “En el caso del fracaso, la persistencia, y en el del triunfo, la humildad. Esto ayuda a no perder de vista a los rivales que siempre están preparados para superarte. Esa cultura de la humildad es muy difícil de establecer en organizaciones cuyos trabajadores son jóvenes millonarios que están constantemente en los medios. Es lo que se conoce como gestión de los egos”.
Esfuerzo, ejemplaridad (no exige nada que no esté dispuesto a hacer él mismo), gratitud constante (incluso con los contrincantes), cultura de equipo, dar confianza, exigir entrega, buscar formas distintas de hacer las cosas o diálogo y coaching en la gestión de las diferencias culturales son otros valores que subraya el experto.
Fuente: Javier Escudero (Revista Emprendedores)