Este líder ayuda de manera activa a sus seguidores para que alcancen su máximo potencial. Este personaje de la literatura nos enseña cómo hacerlo.
Todos, sin excepción, hemos pasado por esta etapa aunque, desafortunadamente, el tiempo y la experiencia nos han hecho perder mucho de la magia que nos caracterizaba en nuestra niñez.
Trae a tu mente a una persona a quien consideres un gran líder. ¿Qué atributos lo definen? Es probable que pienses en cualidades importantes, tales como: autoridad, poder, influencia, comunicación, carisma, éxito, inteligencia, entre muchos otros.
El mundo empresarial de nuestros días, requiere no sólo de la presencia de grandes líderes, sino de líderes coach. Aquellos que ayudan de manera activa a sus seguidores para alcanzar su máximo potencial de liderazgo. Su papel es aconsejar, apoyar y ser facilitadores para que los miembros del equipo cumplan con su trabajo.
Para ser un líder coach, es necesario desarrollar otro tipo de competencias y curiosamente el entrañable personaje de un niño puede mostrarnos cómo. Me refiero al “Principito” de Antoine de Saint-Exupéry. A continuación las cualidades que tiene este personaje para convertirse en un líder coach.
1. Enfoque Múltiple
La historia del Principito, describe la capacidad que tienen los niños para ver más allá de lo evidente. Es así que en la imagen de un sombrero, encuentran a una boa que devora a su presa entera sin masticarla, o bien, en el dibujo de una simple caja, encuentran a un cordero.
La habilidad de observar múltiples posibilidades en donde ya hay un concepto prestablecido, es uno de los mayores talentos que puede tener un líder y la historia del Principito lo muestra. Un líder debe empoderar e incita a su equipo a que la tengan la habilidad de ver múltiples posibilidades.
Un líder debe empoderar e incita a su equipo a que la tengan también.
Al Principito le agradaba la gente que se ocupa de algo más que de sí mismos. Es por eso que no logró entender y convivir más a fondo con el rey, el vanidoso, el bebedor y el hombre de negocios, pues todos estaban muy inmersos en ellos mismos y en sus necesidades. Un líder coach busca servir y colaborar con otros. No sólo se remite a lo que él quiere, piensa y hace.
2. No tomarse las cosas con tanta seriedad
“Los adultos sólo hablan de cosas serias” decía el Principito. Un líder coach debe de tener la delicadeza de valorar lo que es importante para los demás y no sólo enfocarse en lo que es valioso para él o lo que cree que debe de tomarse con seriedad.
Para el Principito era una flor. Para otras personas puede ser su familia, amigos, sus ratos de esparcimiento, su salud, etcétera. Un líder que respeta el tiempo y la vida personal de sus colaboradores genera vínculos estrechos de confianza y compromiso por parte de sus seguidores.
3. Su capacidad para hacer preguntas
El Principito nunca renunció a una pregunta que haya hecho. Era su principal modo de interactuar y conocer a otros. De avanzar en el camino. Un líder que indaga, muestra interés, apertura y humildad. Lejos de pensar que cuenta con todas las respuestas, incita a que los demás piensen y generen nuevas realidades.
En su libro El Arte de las preguntas poderosas, Eric E. Vogt, Juanita Brown y David Isaacs mencionan que la utilidad del conocimiento que adquirimos y la eficacia de las acciones que tomemos dependerán de la calidad de las preguntas que hacemos. Abren la puerta al diálogo y al descubrimiento. Son una invitación a la creatividad y al pensamiento progresivo.
Te invito a jugar
Si pudieras desempolvar el baúl de los recuerdos y recuperar 3 de tus principales cualidades que tuviste en tu infancia
¿Cuáles elegirías?
¿Cómo mejorarían tu desempeño como líder o como miembro de un equipo?
¿Cómo impactarían en tu vida personal?
por Marcela Hernández y Hernández. Coach de vida empresarial
fuente: Alto Nivel
Interesante!!
Héctor
Todo lo que motive e impulse a los emprendedores en bien venido, el líder coach, deben motivar y motivar para de la teoría, la gran idea sea realice en la práctica, en entrenador en cualquier deporte lleva al éxito en un verdadero trabajo en equipo, analizando las fortalezas y las debilidades de las personas que conforman el grupo de trabajo.