El Covid-19 empujó a que los negocios adopten estrategias de comercialización de la mano de la tecnología para no quedar fuera del mercado. Fintech 4.0 abre un abanico de posibilidades en la nueva normalidad.
El coronavirus se hizo presente cuando el mundo en su totalidad estaba haciendo cada vez más propia la economía en línea. El confinamiento marcó un punto de inflexión en las conductas de consumo, acelerando el crecimiento de las transacciones online.
Desde que comenzó el aislamiento en Argentina, según indican desde la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), las ventas por internet aumentaron un 84%, un crecimiento del 38% en órdenes de compra y un 71% en unidades vendidas. Esta aceleración y cambios en los modos de compra, venta y consumo, se advierte mucho más en los rubros esenciales como alimentos, farmacia, productos de limpieza, así como también en entretenimiento y conectividad.
Alternativas como los links de pago, las billeteras virtuales y los pagos con QR en plataformas virtuales, demostraron la posibilidad de reducir el intercambio de efectivo entre personas, y la circulación de éstas, para realizar operaciones de manera presencial. Todo esto, con un solo objetivo, cuidar la salud de la población, al minimizar las posibilidades de contagio del virus.
Según cifras oficiales de PayU, en América Latina, aunque el estado de emergencia desaceleró por unos días algunos segmentos, el número de transacciones aumentó y los sectores que evidencian el mayor crecimiento en el mes de marzo de 2020 con respecto a marzo de 2019 son: Supermercados (86%); Domicilios/Restaurantes (77%); Droguerías (57%); Servicios Médicos (39%); Facturación Electrónica y Pago de Servicios (27%).
A raíz de ello, se pueden delimitar tres tendencias muy marcadas en lo que respecto a los hábitos de consumo en Latinoamérica y el Caribe durante la pandemia de COVID-19, como ser la aceleración en la adopción del comercio electrónico, la priorización de compras de bienes y servicios esenciales, y el incremento en el número de transacciones de débito en el ámbito de e-commerce.
Según BNAmericas, en Argentina aumentó exponencialmente el número de personas que debutaron en la compra online (90% de ellos son adultos), al igual que en otros países de la región, como Brasil y Chile.
De esta forma, el boom del e-commerce es la respuesta esperable a las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio que en mayor o menor medida rige en todos los países de la región. Pero tal vez, esta tendencia en aumento, también sea el comienzo del triunfo definitivo de la economía de los datos, de las compras y servicios online: menos retail y más catálogo en línea, menos carrito y más delivery, menos operaciones en sucursales y más transacciones en la banca online.
Toda esta revolución fintech, producto de la irrupción del COVID-19, aceleró la transformación e innovación digital en muchas organizaciones. Los empresarios y comerciantes han tenido que recalcular rápidamente su modelo de negocio ajustando sus mecanismos y circuitos de transacciones online, para estar a la altura de las circunstancias y nuevas necesidades del mercado.
Para dar evidencia de esta tendencia, solo nos basta considerar que de acuerdo a información recabada por CACE, desde la última edición del CyberMonday, la cantidad de marcas participantes pasó de 550 a 710 en el reciente HotSale. Esto demuestra que por la pandemia, hay más consumidores y marcas interesadas en el comercio electrónico, y que muchas empresas que no tenían en consideración a la venta online, la debieron incorporar de forma abrupta ante las dificultades que se presentaron para hacer efectiva la venta presencial. En todo este proceso de reestructuración, la tecnología juega un papel clave.
En este sentido, según un análisis presentado por Forbes, se revela que los hits de internet subieron entre 50 y 70% desde que la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia. Siguiendo esta tendencia, es esperable que siga en alza el tráfico y en consecuencia, las empresas aumentarán sus operaciones y servicios digitales. Es aquí donde la industria tecnológica en general, y del software en particular, tienen una gran oportunidad por delante, porque indefectiblemente en casi todos los rubros, negocios y actividades, la migración -parcial o total- hacia lo digital, es inevitable.
Lo cierto es que si bien aún no tenemos certezas acerca de cómo será nuestra vida frente a “la nueva normalidad”, no quedan dudas de que el e-commerce saldrá fortalecido de esta situación, ya que las personas cambiaron sus hábitos de consumo y las empresas realmente revalorizaron la fidelidad y los gustos de sus clientes a través de cientos de plataformas y herramientas online. El usuario tuvo que perderle el miedo a las operaciones en línea, por necesidad y obligación, más que por elección.
El Covid-19 empujó a que los negocios adopten estrategias de comercialización de la mano de la tecnología. Se tuvieron que aggiornar rápidamente para no quedar fuera del mercado. Esto recién empieza, el mundo Fintech 4.0 abrirá un abanico de posibilidades en la tan renombrada “nueva normalidad”.