Hemos escuchado en los últimos tiempos las tentativas de compra de una bolsa a otra en diferentes países del mundo e inclusive algunas operaciones ya se han realizado.
Por ejemplo la Bolsa de Nueva York, más comúnmente conocida como NYSE esta en proceso de adquisición de una bolsa europea que agrupa la operación electrónica de varios países, el Chicago Mercantil Exchange se ha fusionado con el Chicago Board Of. Trade.
El avance en la globalización de los mercados financieros del mundo también llega a los inversores que pueden acceder desde una plataforma y operar una inmensa parte de los activos financieros que existen en el mundo.
Esto tendencia que no piensa detenerse por ahora, da a los inversores una amplísima gama de activos a los cuales acceder para armar sus carteras de inversiones.
Entonces los inversores se ven atestados de informes y opiniones sobre un universo enorme de activos financieros, implicando un trabajo más grande que el de cualquier analista de un banco de inversiones.
Es decir que lo que tendría que leer y entender una persona para invertir correctamente es realmente infinito e inalcanzable. De esto no quedan exentos los administradores de carteras de inversión profesionales.
Como la principal condición para administrar una cartera de inversión en forma profesional es la diversificación de tal forma de disminuir sensiblemente los riesgos, realizar esto correctamente lleva excesivo trabajo.
Por eso en los últimos años se ha creado unos productos llamados ETF. (Exchange Traded Funds).
Estos productos se operan de la misma forma que una acción pero son fondos comunes que agrupan Mercados como el NASDAQ, NYSE o Sectores Específicos de la Economía como el de Tecnología, Energía, Comunicación o a las Principales bolsas de Países como, Brasil, Hong Kong, Inglaterra, Japón entre otros.
A su vez, debido a que los Fondos Cotizantes cuentan con cotizaciones intradiarias, pueden ser comprados y vendidos durante la rueda normal de operaciones, al igual que una acción de una empresa que cotiza sus valores en la bolsa. No requieren tiempo mínimo de permanencia, no habiendo penalización alguna por salidas anticipadas.
En este sentido, funcionan igual que una acción, debido a que puede ser comprados y vendidos en un mismo día, y a que no tienen otros costos inherentes en relación a su operación que la misma comisión que debe pagar cuando compra y vende una acción cualquiera en el mercado de los EE.UU.
Por ejemplo si uno quiere invertir en Japón en vez de buscar entre todas las empresas que cotizan en ese mercado, directamente compra el ETF de Japón que imita de forma exacta el movimiento de la bolsa de ese país, lo mismo con otros países.
De esta forma se soluciona el problema mencionado anteriormente de la diversificación en una cartera de inversión con la inmensa cantidad de activos cotizantes en el mundo.
Lic. Ezequiel Asensio. Economista –Director Fundamentals.S.A
CONSULTORIO EMPRENDEDOR DE ECONOMÍA
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