El 29 de noviembre, el presidente Barack Obama anunció que se congelarán por dos años las remuneraciones para los empleados federales, con excepción de los militares.
Y con un desempleo del 9,8 por ciento, según la media de las estimaciones de 57 economistas en un sondeo de Bloomberg News, es muy probable que haya aumentos anémicos en las remuneraciones, pero no en Google Inc.
Con la idea de evitar la deserción de empleados clave hacia otros empleadores atractivos de Silicon Valley, el gigante de los motores de búsqueda anunció el mes pasado que su fuerza laboral de unos 22.000 empleados recibirá un aumento salarial de 10 por ciento a partir de 2011. (Imagínese, ¿cuándo pensará el empleado medio que entrar en la oficina del jefe para exigir un aumento de 10 por ciento o amenazar con irse es una jugada razonable) «Google debe anticiparse al deseo de sus empleados talentosos de buscar trabajo en otra parte», dice Richard Florida, director del Martin Prosperity Institute en la Universidad de Toronto.
«He visto a empleados talentosos abandonar el empleador anterior del momento por el siguiente empleador del momento -que le pregunten a Microsoft».
Con unos 33.000 millones de dólares en efectivo e inversiones a corto plazo, y una capitalización en el mercado bursátil de casi 180.000 millones de dólares, Google puede permitirse tirar dinero y acciones a sus empleados. Sin embargo, el significado del aumento generalizado en las remuneraciones de Google va mucho más allá de la competencia empresarial. Refleja una guerra por cerebros y talentos que se está caldeando en todo el ecosistema de la tecnología de la información.
Pelea por una posición
Las empresas de motores de búsqueda en la web, los proveedores de Internet móvil, los desarrolladores de aplicaciones, las empresas inalámbricas y otras firmas innovadoras de comunicación se disputan una posición en mercados rentables y en crecimiento. Y si bien la implosión de la vivienda, los rescates bancarios y el historial desestabilizador de la política fiscal y monetaria vienen ocupando la mayoría de los titulares desde 2007, esos años también marcaron la aceleración de la economía creativa volcada fuertemente a la información.
El crecimiento y la prosperidad compartida de Google sirven de signo de puntuación. «Llevo bastante tiempo convencido de que estamos viviendo una reestructuración importante de la economía que es mucho más grande que el momento difícil que atravesamos en este momento», dijo Erik Brynjolfsson, director del Center for Digital Business del MIT.
Ciertamente, en comparación con la mayoría de las partes de la economía, en la ecología de las comunicaciones y la información la innovación florece. Pensemos en Apple Inc. y aplicaciones. Amazon.com Inc. y vendedores minoristas online.
Esto presenta una nueva tendendia en la economía estadounidense y mundial, en la cual los valores agregados para empleadores y empleados serán el conocimiento y la creatividad en la red, y los grandes de la Internet continuarán peleandose los más capacitados en el sector.
La creatividad como generadora de empleos
La riqueza de la emergente economía del conocimiento o economía de los creadores está yendo en gran medida al bolsillo de los empleadores y los empleados de los sectores creativos.
Es un sector creciente de la economía con trabajo del conocimiento o trabajo creativo –a la gente se le paga para pensar– que incluye desde programadores de software hasta científicos y diseñadores gráficos.
La clase creativa representaba 32 por ciento de la fuerza laboral estadounidense en 2009, frente a un 29 por ciento en 1998, y se prevé que siga aumentando.
El aumento de salarios podría traer nueva era de prosperidad
La expansión de todo lo que tiene que ver con la Internet se está notando en los empleos y los salarios. De octubre de 2009 a octubre de 2010, el número de empleos en diseño de sistemas informáticos y servicios afines aumentó un 7,5 por ciento, según la Oficina de Estadísticas del Trabajo.
El empleo en las telecomunicaciones creció (0,9 por ciento), igual que los servicios de procesamiento de datos, alojamiento web y afines (0,5 por ciento), equipos de computadoras y periféricos (0,7 por ciento) y equipos de comunicación (0,7 por ciento).
La división aparece también en la geografía. Los trabajadores en las ciudades más cosmopolitas están viendo aumentos de sueldos. Por ejemplo, el aumento salarial semanal medio para todos los empleados del sector privado en Estados Unidos desde el primer trimestre de 2009 hasta el primer trimestre de 2010 fue de 1 por ciento, según la Oficina de Estadísticas del Trabajo.
Sin embargo, en ese mismo periodo, los salarios semanales medios en San Francisco, con su fuerte acento en la tecnología, aumentaron 5,4 por ciento.
El aumento en Washington, con fuerte sector de información, fue de 2,8 por ciento. La ciudad de Nueva York tuvo un aumento del 11,9 por ciento, con la mayor remuneración ganada en finanzas (22,7 por ciento) y servicios profesionales empresariales (10,9 por ciento) Es fascinante observar que hace casi un siglo otro aumento de las remuneraciones marcó la siguiente transformación en la economía estadounidense. Henry Ford anunció el 5 de enero de 1914 que duplicaría los salarios de los trabajadores de su fábrica a 5 dólares por día. (También redujo las horas diarias trabajadas de 9 a 8.).
Ford Motor Co., como Google, tenía buenas razones empresariales para esta medida: la línea de montaje del Modelo T, el modelo que popularizó y masificó el automóvil en Estados Unidos.
CHRIS FARRELL / Bloomberg
fuente: Portafolio.com