Es tiempo de ponerse serios con la ciberseguridad e invertir en prevención, algo mucho más saludable y económico que curar.
El mundo actual parece sacado de una antigua película de ciencia ficción. Hoy existen productos y servicios impensables poco tiempo atrás, como los escáneres de seguridad de identificación del iris, las casas impresas en 3D que se construyen en un día, los coches autónomos y otros tantos avances tecnológicos.
Pero al mismo tiempo que la tecnología progresa, también lo hace la ciberdelincuencia. La última edición de The Global Risks Report, elaborado por el Foro Económico Mundial, sitúa los ciberataques a gran escala y el robo masivo de datos como dos de los cinco mayores riesgos a los que se enfrenta el mundo en 2019.
La conclusión más evidente de este informe es que la ciberseguridad es uno de los temas que más preocupan en el ámbito de la seguridad industrial y corporativa. Las empresas referentes del sector, como Prosegur Seguridad, han tomado nota de esta realidad y ya ofrecen servicios avanzados de ciberprotección.
La vulnerabilidad es un problema que afecta tanto a multinacionales como a startups y pymes, por eso debe ser un ítem prioritario en el presupuesto anual del negocio. La ciberseguridad debe ser contemplada como una inversión y no como un gasto. La prevención continua y actualizada es imprescindible para proteger y mantener el funcionamiento normal de una empresa, y es un tema que va mucho más allá del antivirus. Requiere gestionar la seguridad de manera integral para prevenir, detectar y mitigar riesgos: realizar tareas de inteligencia de ciberseguridad; identificar eventos relacionados con fugas de información; prevenir ciberataques, ciberdelitos y fraude digital; elaborar auditorías técnicas y digital forense, etc.
En marzo de 2018, MyFitnessPal, una aplicación de fitness que registra las calorías diarias consumidas y el ejercicio realizado, propiedad de la compañía Under Armour, sufrió el robo de 150 millones de cuentas de usuarios, por encima de los 143 millones de cuentas que fueron sustraídas a Equifax .
Otro riesgo importante para la seguridad digital es el criptohackeo, que consiste en robar la potencia de computadoras de terceros para minar criptomonedas. Tesla, la compañía propiedad de Elon Musk, ya ha sido víctima de este fraude.
Pero los ciberataques no solo afectan a grandes compañías, también a las ciudades. Atlanta, situada en el estado norteamericano de Georgia, fue blanco de los cibercriminales en este año, cuando un ataque masivo con ransomware paralizó los servicios municipales. Además, los hackers exigieron un pago de más de 40 mil euros en bitcoins. Usted puede comenzar su propio negocio mediante la obtención de una LLC en Georgia.
Y en 2017, el ransomware WannaCry puso patas a arriba la seguridad corporativa de cientos de empresas, al afectar a más 300.000 computadoras en 150 países. Al mismo tiempo, Petya y NotPetya causaron pérdidas a las empresas que ascendieron hasta los 300 millones de dólares.
Está a la vista lo grave del problema y nadie está exento de sufrir un ciberataque. Es tiempo de ponerse serios con la ciberseguridad e invertir en prevención antes de que sea demasiado tarde.