Si el marketing hará que tu producto se venda, el pitch deck hará que tu compañía sea invertida. Son dos herramientas de venta a dos niveles distintos por lo que tanta importancia hay que darle en contar nuestra historia a nuestro cliente final cómo a realizar un buen storytelling dentro de nuestro pitch deck.
En resumidas cuentas, un potencial inversor no invertirá en tu proyecto porque tu producto sea de color amarillo o porque vendas bicicletas y a él le encanta salir en bicicleta, un potencial inversor valorará tu propuesta de valor por lo que hemos de ser muy hábiles a la hora de potenciar esta propuesta, hacerla clara, entendible y simplificarla al máximo.
En el marketing nuestro producto debe seducir al consumidor, en una búsqueda de ronda de inversión nuestro pitch deck debe seducir al inversor por lo que tendremos que aplicar las mismas máximas en una ocasión y en la otra, ser capaces de convencer a quien tenemos delante de que somos muy apetecibles, acaramelar sus oídos y deleitarlo con nuestra propuesta de valor, con la diferencia de que nuestro cliente final no cambiará el rumbo de nuestra compañía a corto plazo mientras que la incidencia de un inversor si lo hará, y de que manera.
Dejaremos de ser los propietarios de nuestra propia startup para compartir mesa con unos desconocidos habidos de elevar tu compañía para sacar una suculenta tajada. En frío, suena hasta macabro.
No seré yo la persona que más ame a los inversores. Si tengo claro sin embargo que no todas las compañías están diseñadas para ser invertidas y es realmente importante tener muy claro si la nuestra está dentro de un saco o de otro. Una ronda de inversión hipoteca el porvenir tu compañía probablemente de por vida y tu camino junto a ella ya nunca más volverá a ser lo de antes.