Un socio más otro socio son dos cabezas opinando sobre los mismos temas
Dos amigos, entre cerveza y cerveza tienen una idea de empresa con impacto social. Y arrancan. Con el paso del tiempo, ambos están tiempo completo en la empresa prestando un servicio o un producto relevante para el mundo pero…
Aunque la emoción inicial es palpable. Hay mucha incertidumbre, café y jornadas de 12 horas de trabajo. Quisiéramos que esa emoción fuera perenne pero comienzan a llegar los problemas y junto con ellos las voces de fondo en la mente de los fundadores: ¿o le pagamos a tu tío que nos prestó dinero o pagamos nóminas? Entonces si tú eres el CEO, ¿yo qué soy? ¿Y si corremos al Pedro que me habló feo? ¿Por qué exportar el producto si podemos vender acá primero? O ¿por qué vamos tan lento? ¿Y si compramos facturas? ¿Por qué demonios está tu novia aquí todo el día queriendo tomar decisiones?
Las causas más comunes del fracaso de startups documentadas hablan poco de la relación entre socios. El Instituto del Fracaso comenta que hay factores, como la pobre ejecución la que hace que estas iniciativas mueran.
Otras fuentes como el blog ArcticStartup (y FastCompany) mencionan causas como crecimiento acelerado, gastar dinero en donde no debieran o tener una idea que no resuelve nada para nadie. Pero piénsenlo… en cada uno de los rubros, cuando hay socios, son dos cabezas opinando sobre los mismos temas.
Para ayudar a nuestros emprendedores a llevar una relación sana con sus socios y colaboradores, les sugerimos algunos frameworks que les ayudan a mantener las relaciones funcionales:
Lo que distingue a un equipo de un equipo extraordinario son dos cosas: a) visión compartida; b) la capacidad de tener conversaciones difíciles con un final feliz. ¿Te cuesta trabajo decirle las cosas a tu socio? Mal asunto. Durante el Instituto 2016 tuvimos una empresa que su proceso de aceleración prácticamente fue ayudarles a generar esta buena práctica: ¿tienes algo que decir? Dilo. Punto.
1.- El DARCI. Es un acrónimo en inglés que te permite delegar. Representa las siguientes palabras: Decision, Accountable, Responsible, Consulted, Informed. Cuando por cada departamento/proyecto logras ponerle nombre a cada una de estas categorías, la toma de decisiones se simplifica considerablemente. Esto se resume en: “te dejo decidir porque ya confié en que tú tomarás una buena decisión por ambos”. Los últimos años hemos metido una frase más a nuestros valores: “si tú lo rompiste, entre todos lo arreglamos”.
El DARCI te da la agilidad para romper muchas cosas. Y si no rompemos cosas… ¡algo no estaríamos haciendo bien!
2.- El acuerdo entre socios. Algunas cosas que se deben considerar: ¿cuál es nuestro compromiso en tiempo? ¿Quién contribuyó inicialmente con qué? ¿Cuánto tiempo quieres estar en esta organización? Regularmente cuando se plantea una sociedad nos vamos directo a las participaciones (los porcentajes). Pero antes tendría que hacerse un análisis previo… ¡y plasmarlo en un papel! El acuerdo entre socios te permite incluso poner esquemas de vesting (donde vas ganando participación en el negocio dependiendo del compromiso que plantees). Así, si de pronto uno se tiene que ir al negocio familiar, las cosas quedaron claras desde inicio.
Dice nuestro mentor Ivan Mancillas y cofundador de Banco Compartamos que antes que emprendedores… ¡personas! Así que deja bien claro lo personal desde el inicio. Si tienes eso claro… ¡el resto se va a dar!