Esta es la historia del hombre detrás de la multinacional IKEA.
Es la historia de Ingvar Kamprad, criado en una granja de Suecia. Desde niño comenzó su gran carrera empresarial, descubriendo que podría hacer negocios con los granjeros de la zona, comprando cerillas al por mayor en Estocolmo y vendiéndoselas individualmente a un menor precio, ganándole así una mayor rentabilidad de lo invertido. Al ver el éxito que tenía con la venta de cerillas, Kamprad decidió ampliar su particular negocio, reinvirtiendo sus ganancias para vender semillas, carteras, peces, lápices, bolígrafos y hasta decoraciones de navidad. Con tan buen resultado, que con el pasar del tiempo, al finalizar sus estudios y gracias a lo buen estudiante que era, su padre le regaló dinero para motivarlo, que luego invirtió para crear su primera empresa, la cual llamo juntado las iniciales de su nombre, con las del nombre de su granja y el de su pueblo natal: Ingvar Kamprad Elmtaryd Agunnaryd… IKEA.
Así transcurre el tiempo y 5 años después, Kamprad comenzó a vender muebles a bajo coste, con tan buen éxito, que dejó de vender otro tipo de mercancías que suministraba, dedicándose exclusivamente a la venta de muebles, tanto así fue su fama, que los vendedores suecos del sector, presionaron a sus proveedores para que estos dejaran de suministrarle productos a IKEA. La visión de Kamprad fue más allá, ante la necesidad de buscar por sí mismo la materia prima para crear y diseñar sus propios modelos de muebles, creó su primer catálogo aportando un sentido diferente al sector, como el diseño sencillo y minimalista en sus productos, el autoservicio, la importancia de que fueran artículos de fácil montaje y sobretodo la venta del mobiliario en paquetes planos para ahorrarse los gastos del envío, dándose a conocer mundialmente por sus innovadores técnicas y diseños de bajo coste.
“La felicidad no está en alcanzar tu objetivo, sino en el camino hacia el objetivo, así que quita la palabra imposible de tu diccionario”
A pesar de que actualmente IKEA cuenta con 318 tiendas en todo el mundo y factura alrededor de 23,000 millones de euros, Kamprad nunca ha dejado de ser esa persona humilde que repartía sus pedidos de cerillas en su bicicleta. A pesar de ser considerado como uno de los hombres más ricos del mundo, aún utiliza el transporte público para ir al trabajo.
Considerado como “el mayor perdedor del año” por la revista Forbes, Kamprad es llamado “El Mago” por desaparecer de su lista de millonarios, pasando del puesto 11 al 162, conservando solo un tercio de su fortuna personal. Esto se debe a la creación de Stichting Ingka Foundation, una organización sin ánimo de lucro que controla todas las tiendas IKEA en el mundo, para evitar pagar impuestos, el cual considera como un verdadero coste. A pesar de no poder tocar el dinero, Kamprad dirige la fundación que reparte los beneficios de la multinacional entre varias organizaciones para investigaciones y desarrollo de sus productos convirtiéndola en la organización sin ánimo de lucro más grande del mundo.
autor: Jonathan Gravini – 1forex1.com
Todo muy bonito… si fuera verdad. Para ser una empresa tope guay como ellos quieren, deberían ser menos egoistas, menos usureros con sus trabajadores. Deberían ofrecer sueldos decentes con los que se pudiera mantener una familia y no miserias como ofrecen en España. Los trabajadores de Ikea lo único que piensan es en encontrar otro trabajo con el que poder vivir decentemente. Si un trabajador de cualquier empresa tiene una remuneración buena, ya no digo decente, si no buena se matará por esa empresa y nunca pensará en marcharse de allí. Eso en Ikea no ocurre. Allí la gente está de paso por que no se valora a la persona y no se la remunera adecuadamente. Todo lo demás que cuente esta gente de cara a la galería es falso.
Decía mi abuela que obras son amores y no buenas razones. Si de verdad quieren ser tan guais que evadan menos impuestos con el cuento de la fundación y que den mejores sueldos.
¡ Falsos que sois unos mentirosos y unos avaros !
Ikea podría ser un sitio bueno para trabajar si corrigieran dos graves problemas: uno es el sueldo que es muy bajo, ellos dicen que está por encima del sector, pero son salarios de risa. Además no hacen contratos por 40 horas semanales para que los empleados no adquieran ciertos derechos que podrían beneficiarlos.
El segundo problema es que por el mísero sueldo se trabaja una burrada.
Otro problema añadido es que si no les sigues el rollo de «to er mundo e güeno y nosotros más güenos entoavía» quedas completamente al margen.
Si quieres estar allí por que no te queda más remedio, aunque no seas un zombi, tienes que comportarte como tal y procurar pasar desapercibido.
Todos no queremos mucho, somos muy amigos y que felices estamos trabajando para Ikea. Cuando te llega la nómina, piensas por lo bajini: ¡La madre que los parió vaya mierda de salario, esto no lo cobran ni en Africa! Ahora procura que no se te note el cabreo por que no duras ni un telediario.
Si tienes la suerte de encontrar otro trabajo, ya puedes respirar tranquilo y hacer lo que otros hemos hecho antes: ¡MARCHATE!