Patrick Finnegan, de 19 años, se sentó frente al magnate de la música Kevin Liles y se describió a sí mismo como un «disruptor» y un «líder de opinión». Liles, otrora presidente de la discográfica Def Jam y ahora al frente de 300 Entertainment, escuchó con atención.
Con el brío de un veterano de las salas de juntas, Finnegan dijo que es el momento de que marcas como Coca-Cola y Mercedes Benz dejen de desperdiciar dinero en anuncios de televisión y revistas que no apelan a su generación, o la generación Z, como se denomina a menudo. En su lugar, dijo el joven, deben invertir en líderes de opinión: artistas como Fetty Wap y Young Thug de 300 Entertainment, que tienen un total combinado de 6.8 millones de seguidores en Instagram.
Liles era todo oídos.
Finnegan se ha forjado una reputación de experto en la generación Z. Asesora a empresas de marketing como Havas Luxe y es socio del fondo de capital riesgo Studio.VC.
La Generación Z no es lo mismo que los millennials. Es una población más joven -nacida a fines de los años 90 y mediados de la década del 2000- y se espera que supere a los millennials en tamaño y poder de compra. Esta capacidad adquisitiva de la generación Z ya se estima en 44,000 millones de dólares.
«Las marcas que solían centrarse exclusivamente en los millennials apenas están entendiendo la importancia de la generación Z, y puedo ayudarles a hacer esa transición», declaró Finnegan a CNNMoney.
El chico siempre ha tenido un espíritu emprendedor. A los 12 años recaudó 10,000 dólares para la campaña del presidente Obama y fue invitado a la investidura presidencial. Ganó alrededor de 80,000 dólares construyendo sitios web para varios clientes cuando aún estaba en la secundaria en Massachusetts y consiguió un trabajo en Intel antes de dejar la escuela, mudarse a Portland y lanzar dos nuevas empresas: una aplicación de noticias llamada World State y una empresa de diseño web llamada onmsg.
Tras el fracaso de sus start-ups, Finnegan se trasladó a Manhattan y relanzó su carrera. Hoy, con 19 años, trabaja con las principales empresas de marketing, inversionistas y gestores de fondos para ayudarlos a entender a ese grupo demográfico más joven.
Desde su llegada a la ciudad de Nueva York ha acumulado una impresionante lista de contactos, incluyendo CEO, multimillonarios y prominentes inversionistas ángel. «Tengo un par de docenas de personas a las que puedo llamar y decirles, ‘¿Puedes poner 50 [mil]?’ A veces es 1 millón, a veces 2 millones», explicó Finnegan.
Esta capacidad para crear una red de contactos es una de las causas por las que Liam Lynch, fundador del fondo Studio.VC, contrató a Finnegan. «Patrick es un networker fantástico y aprende rápido lo que le interesa a la gente», señaló Lynch, quien previamente fundó la firma de marketing Key Brand Entertainment. «Desde mi experiencia, hay grandes beneficios en los equipos intergeneracionales».
A cambio, Finnegan gana un sueldo (se negó a decir cuánto) y una tajada de los 5 millones de dólares de participación de beneficios del fondo. También ingresa entre 3,000 y 7,000 dólares por mes gracias a otros trabajitos de consultoría. En total, está en camino de facturar seis cifras este año.
Finnegan afirmó que su inteligencia empresarial proviene exclusivamente de las experiencias prácticas, en particular sus fracasos.
«He sido ingenuo. Cuando eres joven, se pueden aprovechar de ti», dijo. «Cuando tenía 16 años, en la prepa, trabajaba para una empresa [la firma de computación en la nube MetricsHub ] que fue adquirida por Microsoft. Yo fui su primer empleado y no me dieron nada».
Pero su aprendizaje más importante, contó Finnegan, no tuvo nada que ver con la falta de una educación formal en los negocios. Esa lección ocurrió hace ocho meses, cuando llegó tarde a una reunión con uno de sus mentores después de haber salido de fiesta en Nueva York.
«Él realmente creía en mí y yo lo decepcioné», refirió Finnegan. «Me di cuenta de que si quiero ser este gran hombre de negocios de la generación Z y que la gente confíe en mí, no puedo estar de fiesta. Tengo que estar preparado, tengo que dar mi 150% en todo momento».
El joven apunta que aún tiene tiempo para divertirse, pero está mucho más centrado en progresar en su carrera. “Seré un magnate. Quiero trastocar el establishment porque necesita ser trastocado”.