A menudo los emprendedores no son capaces de confiar en sus ideas y se llenan la cabeza con miedo que, según ellos, son indicadores de lo que no pueden hacer.
¿Tienes una idea de negocio pero tienes miedo de fracasar? Te enumeramos algunas de las más comunes, ¿acaso te suenan conocidas?
1. No tengo experiencia
Ser una emprendedor no requiere de tanta experiencia como algunos parecen pensar. Lo que necesites aprender, lo irás aprendiendo en el camino y con la práctica suficiente. Es cierto que tener experiencia es importante, pero llegar a un área nueva creyendo que ya sabes todo lo necesario puede convertirse en un problema que te mantendrá cerrado a ideas nuevas.
Más que experiencia, lo que necesitas es iniciativa para informarte sobre el nuevo terreno en que deseas incursionar. Investiga el mercado, las oportunidades de negocio, la competencia, etc. Una mirada fresca (e inexperta) te ayudará a darle una nueva perspectiva a tu negocio.
2. No tengo tiempo
Emprender un negocio propio es compromiso que requiere una gran cantidad de tiempo, pero puedes comenzar paso a paso y sin necesidad de abandonar de buenas a primeras tu trabajo estable. Un primer buen paso es registrar una idea, dedicar los descansos y un poco de tiempo después del trabajo y durante los fines de semana para desarrollar tu plan de negocios.
3. No tengo suficiente dinero
Hoy en día, hay muchas opciones para iniciar un negocio. Si trabajas inteligentemente, hay manera de hacer algo más eficiente por menos. He reducido costos por años, desde contratar a estudiantes universitarios para hacer el diseño gráfico, hasta llenar una aplicación de patente provisional yo mismo usando un software económico. Puedes arrancar tu operación y será muy exitosa.
4. Los prototipos son caros y difíciles de hacer
Si tu idea de negocio está relacionada con la creación de un nuevo producto, entonces es necesario contar con un prototipo. Pero antes de deternerte a señalar lo costoso que es armar un prototipo, piensa en elaborar una hoja de venta. Se trata de una hoja de publicidad que puede usarse para evaluar el interés de otras personas en tu idea. Es muy sencillo: debes poner tu declaración de beneficios en una línea, una representación de tu idea dibujada por un artista gráfico y tu información de contacto. Muéstrale esta hoja a posibles inversionistas. Si están interesados es prueba de que tu idea puede realizarse.
Creo que se puede agregar «¿y si no resulta?» o «¿y si nadie contrata mis servicios?» o «¿si mi producto no es interesante?»… me parece que el principal freno se encuentra entre la idea y la acción. El temor a fracasar es un gran paralizante. Por eso la confianza en uno mismo, en el proyecto y vincularse con gente capaz es fundamental en los primero pasos del emprendedor como tal.
Una de las grandes barreras es convencer a la familia. Me decía el profesor de MBA que enseñar la idea de negocio a tu señora, familiares y amigos cercanos era una buena estrategia para ver si la «idea» es buena o mala, porque en definitiva ellos no te mentirán.