Una de las cosas que más me gusta de mi trabajo como inversor de capital de riesgo es el flujo constante de fundadores de startups exitosas, trabajadores y con visión de futuro que conozco.
Desde el momento en que entran por la puerta (o en una videoconferencia), su entusiasmo llena el espacio mientras comparten los descubrimientos que han hecho y los logros que han alcanzado. A menudo aprendo mucho de sus nuevas perspectivas y siempre me inspira su apasionada ambición.
Aunque esa pasión pura es sin duda un poderoso motor para los fundadores que buscan tener un impacto, la verdad es que no suele ser suficiente por sí sola para lograr un éxito duradero. Aunque una nueva empresa pueda comenzar con la emoción de un lanzamiento de un cohete, puede desvanecerse si sus fundadores carecen de piezas cruciales del rompecabezas empresarial, algunas de las cuales ni siquiera saben que les faltan.
Como inversor de riesgo, mi trabajo consiste en identificar a las empresas emergentes y a los fundadores que van por el buen camino, apoyándoles para que sus proyectos crezcan y se conviertan en empresas ambiciosas e impactantes. Aunque no existe una receta precisa para el éxito, a lo largo de los años he aprendido a buscar ciertos ingredientes clave que siguen resultando esenciales para los equipos fundadores y su enfoque.
Detectar estos rasgos a continuación me ayuda a tomar mejores decisiones de inversión; incorporarlos desde el principio ayuda a los fundadores a garantizar mejor su éxito.
1. Enfoque profundo y estrecho
Dado que las startups suelen crear nuevas soluciones a problemas de larga duración, los fundadores pueden encontrarse en la intimidante posición de enfrentarse a grandes empresas ya establecidas. Pero esa diferencia de tamaño es en realidad donde pueden encontrar su ventaja.
Al ser pequeñas y ágiles, las startups pueden centrarse rápidamente en un aspecto concreto de la necesidad de un cliente de una forma que las instituciones más grandes no pueden. Ese enfoque único también ayuda a filtrar las distracciones que, de otro modo, pueden empantanar a los fundadores hasta el punto de obstaculizar el progreso. Por eso es tan importante que aprendan a decir que no a cosas que están fuera del reto concreto que están resolviendo.
Dicho esto, también es crucial que los fundadores se aseguren de que su enfoque láser no se dirige al objetivo equivocado, o de lo contrario su supuesta ventaja se convierte rápidamente en una debilidad fatal. Los fundadores pueden afirmar su verdadero norte preguntando: «¿Qué valor único estamos proporcionando a nuestros clientes – uno que no pueden obtener de nadie más?» Esta respuesta ayudará a construir esa diferenciación significativa que todas las startups necesitan para ganar contra la competencia.
2. Verdadera experiencia en el dominio
En este sentido, puede ser revelador ver el camino que toman los fundadores para descubrir su solución única a un desafío particular. Muchos de los equipos fundadores con los que me reúno cuentan una historia de frustración pasada: En su trabajo anterior, ellos mismos se habían encontrado con un obstáculo que debía ser solucionado o quizás tenían clientes que les pedían algo que aún no podían ofrecer.
Tener ese tipo de visión sobre un problema genuino de un cliente es inestimable para una startup que entra en el campo, pero sólo puede venir de haber tenido experiencia y conocimientos reales en ese dominio en particular. Adoptar ese enfoque de «primero el problema» también ayuda a los equipos a asegurarse de que no están creando erróneamente una solución que nadie está pidiendo realmente, que es un error común de los fundadores que carecen de esa experiencia directa.
3. Una visión clara
Una vez que el equipo fundador ha confirmado que su visión única supera la prueba de la necesidad genuina, sus implicaciones futuras pueden empezar a surgir. Al principio, las startups son pequeños equipos que intentan cambiar el mundo, literalmente, ya que trabajan para crear algo que aún no existe. Eso significa que tienen que ser una especie de viajeros en el tiempo, con una visión de cómo podría ser el mundo en el futuro.
Para tener éxito, los fundadores deben tener una visión clara del papel que desempeñará su empresa en ese estado futuro para proporcionar una oferta realmente valiosa. Por defecto, esa visión también debe ser distinta. Si fuera obvia, otros equipos también trabajarían para conseguirla. Aun así, los fundadores sabios saben que deben poner a prueba sus suposiciones, confirmando que la solución que están construyendo aún no se ha intentado por falta de una visión adecuada, no por falta de necesidad.
4. Liderazgo cultural
Una cosa es tener una visión clara, y otra es ser capaz de reunir a los demás para que la vean y se esfuercen por conseguirla. Cuando los fundadores construyen una empresa, están reuniendo a un conjunto de personas en torno a una misión común, y la definición de una cultura compartida es un elemento importante en ese proceso. Esta cultura marca la pauta para las futuras acciones de la empresa, desde la forma de tomar decisiones hasta el tipo de talento que se quiere contratar.
Es crucial establecer el tono adecuado desde el principio. Los fundadores que he visto hacerlo con éxito han establecido culturas de empoderamiento, asegurando que sus equipos actuarán con confianza incluso en su ausencia. Los mejores empresarios son los que no sólo venden su visión, sino que también crean un entorno que anima a todos a prosperar mientras realizan su trabajo significativo.
5. Recursos resistentes
Mientras trabajan duro para hacer realidad su visión, los equipos fundadores se encontrarán con no pocos desafíos en el camino. Las startups que tienen éxito son las que aprenden rápidamente a ser creativas y a pensar de forma innovadora para resolver sus problemas y hacer más con menos.
Los que superan los retos lo hacen probando continuamente nuevos enfoques hasta encontrar la manera de llegar a donde necesitan. Además, es importante que los fundadores conozcan sus limitaciones naturales tan íntimamente como su experiencia; de ese modo, pueden buscar la ayuda que necesitan desde el principio en lugar de descubrir los puntos ciegos sólo después de que surjan los problemas.
El éxito de los fundadores y las empresas emergentes nunca está garantizado. Pero el fomento de estos rasgos puede permitir a los equipos fundadores realizar una evaluación honesta de sí mismos para ver dónde tienen que mejorar. Al aplicar un impulso apasionado a su propio desarrollo, estarán realizando una valiosa inversión que aporta muchos y poderosos beneficios que les permitirán cambiar el statu quo.