“El éxodo de los ingenieros” es una teoría de Steve Blank que explica porqué algunas decisiones financieras aparentemente racionales pueden precipitar un éxodo masivo de los mejores ingenieros de tu empresa.
Los elfos son seres fantásticos que en las obras de J. R. R. Tolkien aparecen como personajes prácticamente inmortales.
La Gran Marcha de los Elfos es un evento que comienza cuando los tres embajadores (Ingwë, Finwë y Elwë) de los Quendi regresan de Aman y motivan a sus pueblos para que emprendan el viaje a las Tierras Imperecederas, pues la luz de los Dos Árboles y la bendición de los Valar les parecieron la mejor opción para todos ellos.
Esta pequeña introducción sirve para explicar “El éxodo de los ingenieros” una teoría de Steve Blank, profesor de Stanford y experto en startups, que afirma que, en ocasiones, algunas decisiones financieras aparentemente racionales pueden precipitar un éxodo masivo de los mejores ingenieros de tu empresa (el equivalente a los elfos en El Señor de los Anillos).
La cultura de las startups tiene mucho de trabajo duro en pos de un objetivo, largas horas en la empresa intentando lanzar un producto mínimo viable y muchas incomodidades compensadas con beneficios tan sencillos como jugar un rato al ping-pong, o poder tomar té, café o coca-colas gratis.
Steve Blank nos cuenta el caso de una startup exitosa, con 50 empleados tras 3 años y medio funcionando y que recién había contratado una persona para el cargo de Director Financiero (CFO). En la presentación de su plan ante el Consejo de Administración y tras mostrar varios de sus objetivos y estrategia a seguir la persona en cuestión afirmo: ¿Sabemos cuanto gastamos en esta empresa en refrescos gratis y snacks? Y se contestó asimismo con una diapositiva con una hoja de cálculo mostrando los datos. Increíblemente en la reunión a todo el mundo le pareció bien (probablemente para no ser considerados estúpidos) así que nadie comentó nada y se acordó eliminar “lo gratis” de la oficina. Todos estaban de acuerdo en que “ya eran demasiado grandes para esas cosas”.
Las consecuencias fueron inesperadas para la empresa, según cuenta Steve Blank (reconocido profesor y consejero de muchas startups en Silicon Valley). Esta situación no es nueva ya que nos cuenta que ya había vivido esta situación unas cuantas veces, las suficientes como para elaborar su hipótesis de los elfos): cuando algo cambia en el entorno los más brillantes son los primeros en darse cuenta y actuar en consecuencia. En el caso de los elfos fue abandonar la Tierra Media. En el caso de los ingenieros: comenzar a abandonar la empresa.
Un ahorro de 10.000 euros anuales en cualquier reunión siempre es bienvenido (y eso fue lo que se ahorraban anualmente en cafés y refrescos, lo que en español diríamos el chocolate del loro). Lo único que nadie esperaba es que esto provocase el inicio del éxodo de los mejores ingenieros que comenzó cuando bajaron a la máquina de refrescos como de costumbre a charlar un rato.
Ese día se encontraron con que los refrescos costaban 50 céntimos. En lugar del refuerzo informal por las largas tardes trabajando hasta tarde ahora había que pagar por ello. Algunos ingenieros empezaron a quejarse por el precio. A partir de ahí la bola de nieve de las quejas creció y llegó hasta el punto de quejarse por el sueldo que cobraban comparado con el sueldo de algunos recién llegados (como el CFO). La sensación era de las cosas comenzaban a cambiar a peor en la empresa. Algunos fueron a hablar con el CEO. El daño ya estaba hecho. Algunos de los ingenieros con más talento empezaron a mirar a su alrededor y comenzaron a ver como la compañía ya no era la que ellos habían amado. Había cambiado. Y no de una manera que a ellos les hiciese felices. Los mejores ingenieros comenzaron a comentarle a sus amigos (en otras empresas) que estaban disponibles y en menos de un mes lo más brillantes comenzaron a cambiar de empleo.
- Han aprendido a ser cuidadosos con las consecuencias del crecimiento.
- Han aprendido a reconocer los límites de la transición en el tamaño de la empresa.
- Han aprendido a preservar y gestionar una cultura de la innovación.
Así que si estás en la situación de que tu pequeña empresa está comenzando a crecer, analiza qué valores quieres que se sigan manteniendo y cuidado con las decisiones aparentemente racionales. Los seres humanos estamos hechos de sentimientos. También en las empresas.